Ernesto Aliaga Montesinos se muestra tranquilo, sereno. Asegura tener armonía en su alma y por momentos esboza paz.
Afirma que el estado emocional en que se
encuentra es el resultado de un proceso de interacción con la naturaleza
en la isla de los Anapia, en la provincia de Yunguyo al sur de Puno. La
zona alberga un archipiélago de islas peruanas (frontera Bolivia) con
exóticos paisajes naturales, extensos campos verdes y playas de arena
fina en el lago Titicaca. Desde sus orillas se observan los colosales
picos, eternamente nevados, de los Andes bolivianos.
El paisaje adquiere una belleza
excepcional cuando cambia de color por el reflejo del cielo azul sobre
el lago. Este panorama ha convertido a la isla de Anapia en una zona de
destino imperdible pero hasta ahora poco explorada.
Ernesto Aliaga, guía de turismo y
fotógrafo profesional, ha aprovechado ambas pasiones, para mostrar en
imágenes lo que uno es capaz de encontrar en la isla.
“Anapia, junto a Yuspiki, son centros de
energía que ayudan a sanar el alma para poder vivir en paz y armonía,
aspectos fundamentales para que el hombre pueda conocer la verdadera
felicidad, la cual está en el alma de las personas”, dice Aliaga
Montesinos.
Botes a vela son uno de los principales atractivos de la zona, además
son el único medio de transporte de los isleños
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Entre las imágenes que el fotógrafo
exhibe para lograr el interés por conocer esta zona hay botes de vela
que surcan idílicamente el lago. El contraste con el cielo azul crea
una armonía de colores encendidos que solo la naturaleza puede ofrecer.
También registra vistas de atardeceres y parte de la vida del poblador
de la zona, captadas durante sus labores agrícolas.
Ernesto Aliaga asegura que la geografía y
la naturaleza de esta zona es ideal para usar cuencos de cristal de
cuarzo, que son instrumentos de percusión utilizados para sanar el
alma. “Éstos, a través del sonido que emiten, penetran las células,
activando y regenerando la memoria celular para sanar y curar problemas
físicos, emocionales y espirituales. Eso ayuda a que los siete centros
energéticos (Chakras) que tenemos estén bien alineados con la médula
espinal, de tal forma que logremos armonía y paz”, asegura Aliaga.
Las muestras del fotógrafo forman parte, además, de su segundo propósito: que más gente se interese por conocer Anapia, a fin de descubrir algo más del altiplano. Aliaga cree que no sólo hay que aprovechar turísticamente este lugar, sino conocer la magia que envuelve el lago, porque es un gran centro energético natural. Está convencido que la vida del hombre en armonía con la naturaleza permite tener una visión más amplia de la vida.
Las muestras del fotógrafo forman parte, además, de su segundo propósito: que más gente se interese por conocer Anapia, a fin de descubrir algo más del altiplano. Aliaga cree que no sólo hay que aprovechar turísticamente este lugar, sino conocer la magia que envuelve el lago, porque es un gran centro energético natural. Está convencido que la vida del hombre en armonía con la naturaleza permite tener una visión más amplia de la vida.
No lo dice por gusto. Decenas de
extranjeros cada año tienen como destino este lugar. Aliaga espera que
también los peruanos gocen de su energía.
Para llegar hasta el lugar hay que
emprender un viaje de cuatro horas. Primero hay que llegar a la
provincia de Yunguyo y posteriormente, desde el sector de Punta Hermosa,
embarcarse en bote hacia Anapia, en un viaje que demora hora y media.
Turismo vivencial a toda marcha
Los isleños de Anapia actualmente practican y ofrecen el
turismo vivencial. Acogen a turistas nacionales y extranjeros, a quienes
por precios módicos les ofrecen hospedaje y alimentación. Parte del
tour supone compartir sus formas de vida en la agricultura y faenas
diarias. Pero su práctica más atractiva es la pesca con redes.
Reposo. Los paisajes ofrecen una perfecta armonía
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Vivo en Puno y esa la primera vez que conozco esta hermosa tierra de Anapia. La redacci´pon me gusto.
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