Por: Edmundo G. Moreno Terrazas*
SER 30/07/2015
A inicios de la década de 1970, caminar por el muelle de la
ciudad de Puno era un atractivo incomparable, gracias a la claridad de las
aguas del lago. Embarcarse desde allí para dar un paseo por Titicaca, visitar
la isla de los Uros o llegar a la bella Isla de Taquile era uno de los más
grande atractivos del país. Sin embargo, a partir de los 80, empezó a verse
afectada la pureza de un ecosistema cuya antigüedad se estima en 14 millones de
años.
En 1991 fueron publicados cerca de 35 estudios que habían
sido realizados por jóvenes investigadores locales con la orientación de profesores
de la UNA Puno y de la UBC del Canadá. En ellos se describe la degradación que
sufre la calidad física y química del agua del lago, así como la que afecta a
sus componentes vegetales y animales, en una zona de 16 kilómetros cuadrados,
ubicada frente a la denominada “Bahía Interior de Puno”.
Desde entonces, se habla de la “eutroficación de las aguas
del lago” como un sinónimo de “contaminación de las aguas”. Las causas de
ella son dos: Primero, el alto nivel de nutrientes y materia orgánica que llegaban
al lago a través de aproximadamente trece ingresos de aguas servidas sin ningún
tratamiento y, segundo, la escasa profundidad de esta zona del lago, que,
además, está encerrada y no tiene flujo. Las consecuencias de esta situación
son la pérdida de la biodiversidad, los peligros para la salud humana y el
“afeamiento” del paisaje, todo con un impacto negativo para las actividades
económicas en la ciudad.
Es evidente que el crecimiento poblacional de la ciudad de
Puno ha sido un factor predominante para la contaminación de la Bahía de
Interior, al igual que la falta de asignación de un presupuesto adecuado para
el tratamiento de este asunto. Así, en 1876 el “pueblo” de Puno tenía 7,032
habitantes, mientras que en la actualidad la población podría llegar a 150 mil
personas. Por otro lado, la inversión municipal en proyectos de inversión
pública ha priorizado, entre el 2011 y el 2013, al sector transportes, mientras
que el de saneamiento básico es uno de los de menor inversión.
El actual tratamiento de aguas servidas
La ciudad de Puno cuenta con una laguna de tratamiento
situada en la zona de Espinar, que lamentablemente es calificada de
insuficiente. No se conoce cuál fue el criterio original de diseño de esta
infraestructura de menos de un cuarto de kilómetro cuadrado y tres metros de
profundidad. Al parecer, habría funcionado como una laguna anóxica, es decir,
sin la presencia de oxígeno. Después de su limpieza, en el año 1998, esta está
saturada de lodos nuevamente, situación que ha reducido enormemente su
capacidad de volumen y de retención de aguas servidas. El actual funcionamiento
de esta laguna y la falta de oxígeno para los procesos biogeoquímicos ocasionan
olores que son percibidos en las tardes de temperaturas tibias. En enero del
2014, expertos de la UNA Puno determinaron los bajos niveles de oxígeno en el
agua, en una zona próxima a la laguna de Espinar: 5,16 mg/l en aguas de la
superficie, 1,8 mg/l a dos metros de profundidad y 0.66 mg/l a tres
metros de profundidad. Expertos señalan que niveles abajo de 2 mg/l de oxígeno
disuelto en aguas, en pocas horas puede causar mortandad de gran número de
peces. Tal vez ese fue el motivo de la muerte de peces en la zona de Vallecito,
en marzo del 2013. Como referencia, baste señalar que los niveles de oxígeno
disuelto en aguas del lago Titicaca, en zonas limpias, es de 6 a 7 mg/l.
Es necesario recordar que a partir de 1999, aproximadamente, la mayoría
de los ingresos de aguas servidas de las proximidades del muelle fueron
trasladados por el sistema de desagües a la laguna de Espinar, siendo esta área
la que recibe la mayor presión de contaminación a partir de esa fecha.
El futuro sistema de tratamiento de aguas servidas
El sistema de aguas servidas de la ciudad requiere de una
planta estándar de tratamiento de aguas servidas. Actualmente no la tiene, pues
los esfuerzos municipales para contar con ella no han tenido éxito. Se ha dado
a conocer que una empresa privada, a través de un programa del Estado, viene
elaborando una propuesta técnica para su construcción. Se espera que así sea,
ya que la existencia de una planta es necesaria para proveer tratamiento
primario y secundario a las aguas provenientes de los desagües de la ciudad.
Además, de acuerdo al Dr. Paul Du Bowy, especialista en ecohidrología, es necesario
el tratamiento funcional completo de un sistema de humedales que provea
tratamiento terciario antes de que las aguas servidas tratadas sean liberadas
al Lago Titicaca. La existencia de un Instituto de Estudios del Lago, que
congregue a los mejores especialistas de la región, también complementará el
tema del tratamiento de aguas de la ciudad. Educación ambiental también es un
componente importante para contribuir al sistema global de tratamiento de aguas
servidas de la ciudad.
Concretar estas propuestas significa un nivel de gasto
elevado. Además, sin un compromiso de parte del gobierno y del pueblo de
Puno, la degradación de la bahía continuará. En necesario que se valore la
importancia y singularidad de este ecosistema natural, así como la existencia de
un centro saludable de turismo para la remedición de la bahía interior. Sin un
compromiso de esta naturaleza, la salud de los ciudadanos de Puno estará en
peligro, la de la Bahía Interior seguirá deteriorándose y los ingresos que
ahora provienen del turismo se perderán, cuando los turistas se vuelvan más
desconfiados respecto a eventuales visitas a Puno, el lago Titicaca y otros
atractivos regionales.
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*Catedrático de la Universidad Nacional del Altiplano
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