LECTURAS INTERESANTES Nº 613
LIMA PERU
2 MAYO 2014
JUEGO DE TRONOS
CÉSAR HILDEBRANDT en “Hildebrandt en sus trece”N°200 2MAY14
Admisiones
que roen la institución de la presidencia de la república y describen una
auténtica figura de usurpación de funciones
Bien, señora Nadine: ya lo confirmamos. Usted es la autora de su marido,
la Vargas Llosa de esa novela que se vive en Palacio, la Daenerys de la
Tormenta. Usted, simbólicamente, ha matado a quienes se le oponían y ahora
reina como si el ancestral sueño sanmartiniano para el Perú ("que a este
país lo rija una monarquía") se estuviese cumpliendo.
"...En la siguiente vez, quince días después, me puse firme y le
dije: “Tienes que hacerlo (lo de Locumba), no hay forma de que no lo hagas...'.
Si él me ve más firme, se fortalece"
¿O sea que usted planeó el levantamiento de Locumba y se lo impuso
dulcemente al irresoluto de su marido? Felicitaciones, señora. Quizá si Andrés
Avelino Cáceres la hubiese tenido a usted, y no a Antonia Moreno Leyva, como
pareja, otro habría sido el Huamachuco de nuestras desgracias. Además, señora,
qué precocidad: tenía usted 24 años en aquel año 2000. Qué audacia, qué cálculo
estratégico para una chica que hacía dos años acababa de salir de estudiar
Comunicaciones en la de Lima.
"-¿Qué vas a hacer? -preguntó el militar por el auricular.
-¿Qué voy a hacer de qué?
-No sé, hoy día...
-Nada...
-Ah, ya...
-¿Ah ya, qué?
-No nada, o sea... Si no vas a hacer nada...
-No, no voy a hacer nada, ¿quieres salir? —le preguntó Nadine
("O sea, yo lo invité a salir")
Su reinado no tiene fisuras, señora, ¿pero era necesario narrar con
esos detalles la timidez de fábrica de quien hoy es el presidente de la
república? ¿Era imprescindible contarle a la gente cuán arrolladora es usted
cuando se propone algo y de qué índole es el tartamudeo de aquel a quien usted
virtualmente conquistó? Pocas veces el mal gusto y la audacia han tenido una
unión civil tan emprendedora.
"Cuando hay iniciativas legislativas tengo que verlas algunas
veces con los ministros y otras veces con los asesores..."
Dice usted que despacha con los ministros que no son suyos, con los
asesores con los que nada tiene que ver, y añade, con la mayor de las
jactancias, que al expremier César Villanueva "le quedó gigante el
cargo". Admite usted en público -porque tan inteligente no es, señora
Heredia: usted se siente genial ante su marido y ese es su problema- que detestaba
a Villanueva, con lo que reconoce que esa tirria pudo ser decisiva a la hora de
tumbarse a quien presidía "formalmente" el Consejo de Ministros. E
incurre en una enésima infidencia palaciega cuando cuenta que Villanueva les
decía a usted y a su marido:
"Ustedes no me tienen confianza".
¿Cómo? ¿El primer ministro peruano hablaba en plural en este caso?
¡Otra enorme confesión!
Y sigue usted derramando lisura cuando escarba la herida para decirnos
que Villanueva quería sacar del gabinete a Pedro Cateriano, el del satélite
francés que tanto le concierne a su marido, y a Eda Rivas, la diplomática sin
pasado y sin más futuro que el que ustedes determinen. El mensaje está claro,
señora. Que Cateriano y Rivas continúen ejerciendo sus cargos es un asunto de
su competencia. Es usted fiel con sus aliados. A propósito, ¿eran Cateriano y
Rivas dos de los ministros que les preguntaban a usted y a su marido
"¿quiénes vamos a salir?", como usted se ha permitido revelar?
Seguramente no. Ellos contaban con su blindaje, el mismo que hace intocable a
Luis Miguel Castilla, el inspector de la CONFIEP en el gobierno de la gran transformación
vendida al diablo. Lo que está claro es que su cargo de presidenta del Partido
Nacionalista (nombrada por su marido) no la autoriza, desde ningún punto de
vista, a las vastas intromisiones de las que se enorgullece.
"-Queda claro que este gobierno le debe mucho a su presencia.
-Yo creo que facilita mucho. Todos lo ven así, por lo menos en el
gobierno en general. Incluso con los alcaldes, con los gobiernos
regionales..."
Sí, señora. Confirmado está: usted es el eje de este gobierno que
traicionó minuciosamente cada promesa de renovación que hizo (por eso es que
Vargas Llosa la engríe, no crea otra cosa: atrévase a
hablar de cambios antiliberales y verá cómo reacciona el marqués). Usted
gobierna, en suma. Usted es decisoria.
Y ahora se va de viaje a una gira cuyo
financiamiento será tan misterioso como los gastos que usted hace mensualmente
con aquella tarjeta de crédito que Scotiabank sabe que usted honrará. Quizá
ahora, visitando algunas regiones, comprobará usted de qué tamaño es la
decepción y cuán densa es la rabia que usted y su marido han generado.
Por último, se ha comentado
mucho en relación a esta huracanada reaparición suya. Hasta se ha llegado a
decir que usted la ha calculado y la ha hecho rebotar magistralmente. No lo
creo. Eso es muy sofisticado. Lo que pasa es que usted relajó sus defensas al
hablar con un antiguo compañero de estudios. Y volvió a meter la pata. Y cuando
quiso rectificar, aconsejada por los favres que leyeron el original, ya era
tarde. ¿O usted no sabía que "Cosas" no es asunto de la accesible y
socialité Isabel Dulanto de Miró Quesada sino negocio de Alejandro Miró Quesada
Cisneros, que se muere por regresar al núcleo de poder de "El Comercio",
de donde fue echado hace años por algunas proximidades indeseables?
Cuando usted desapareció para no seguir
minando la popularidad del régimen, hice una apuesta personal de la que hay
testigos: no pasarían ni dos meses para que todos asistiéramos a su reingreso
majestuoso. Es que usted no puede con su genio. Y no le basta con usurpar
funciones: quiere que todos lo sepamos. Ni le es suficiente ser tres cuartas
partes de la naranja conyugal. Se muere de déficit egocéntrico si eso no se
publica. El 2021 la espera, señora. Y si gana, como el feminismo ramplón lo desea,
allí sí podrá salir a los balcones con su marido de comparsa. Nadie podrá
reprochárselo. ▓
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