LECTURAS INTERESANTES Nº 554
LIMA
PERU 29 MARZO 2013
De izquierdas,
derechas y ecologismo libertario
MARCO ARANA
Diario EL COMERCIO 27 de marzo p. A21
Diario EL COMERCIO 27 de marzo p. A21
Todos los presidentes de América Latina, sean de
izquierdas o derechas, fueron electos por sus promesas de seguir impulsando el
crecimiento económico y disminuir o erradicar
la pobreza. Para algunos la receta es el neoliberalismo económico Para otros la
mayor
participacjón del Estado en las actividades económicas y la redistribución de la renta. En cualquiera
de los casos, apostaron por intensificar y expandir las industrias
extractivas (minería, petróleo, pesca), en una suerte de sobreentendido de que las
necesidades son infinitas y los recursos naturales también No creo haber escuchado de uno solo de
los Presidentes de la región un discurso sofisticado diciendo que "los
avances científico-tecnológicos compensarán y resolverán los graves problemas ecológicos que el actual
modelo de desarrollo genera". Como si lo hicieron los defensores de la
"economía verde" en la última cumbre ambiental de Río +20.
En el actual escenario, Chile pugna por mantenerse
como el primer productor de cobre y harina de pescado, aunque para ello se tope
ya con el agotamiento y contaminación de sus aguas dulces y no disponga de
los recursos energéticos que necesita (dimensión que la geopolítica peruana parece ignorar). En el Perú,
los neoliberales, y ahora también los nacionalistas, dicen que hay que imitar o
superar a1sureño país. Se continúa con la política del "perro del hortelano para justificar la entrega en concesión
petrolera y minera del 72% de la Amazonía peruana.
Brasil sueña con la explotación del petróleo de
las profundidades marinas (proyecto Presal) y la infraestructura vial IIRSA para que "cada brasileño tenga
oportunidad de tener un vehículo, un televisor, un refrigerador una computadora» según nos dijo, en
Sao Paulo la entonces candidata Dilma Rousseff en el 2010.
La Bolivia de Evo Morales tiene
hoy más explotación minera que la del Presidente Gonzalo Sánchez de Lozada
(quien era minero) y la Amazonía boliviana empieza a convertirse en la más
deforestada de la región. En Ecuador, Rafael Correa es el más entusiasta presidente
minero de la historia de su país y promotor de la minería "limpia a gran
escala» De paso, ha endurecido la represión contra quienes él denomina
"ecologistas infantiles" y "enemigos del desarrollo".
En Venezuela, Hugo Chávez
intensificó la economía petrolera y
declaró la minería aurífera "recurso
estratégico” suscribiendo dos semanas antes de su última elección, grandes acuerdos
con las mineras chinas. En Colombia, el presidente Santos busca implantar la
"locomotora minera" incluso en
los páramos de Santurbán, una zona de alta biodiversidad y naciente de los ríos
que surten al principal acueducto de Santander.
Solitario, el presidente uruguayo
Pepe Mujica suena como voz de profeta en el desierto: 'Tiene el mundo hoy los
elementos materiales como para hacer posible que 7mil millones u 8 mil millones de personas puedan
tener el mismo grado de consumo y de despilfarro que tienen las más opulentas
sociedades occidentales? (...) ¿Estamos gobernando la globalización o
la globalización no gobierna? ¿Es posible hablar de solidaridad (...) en una economía basada
en la competencia despiadada?»
Ante esas preguntas urge que los pueblos de
América Latina, sus intelectuales y líderes políticos construyamos una nueva
visión e desarrollo con sostenibilidad ecológica, con afirmación de la democracia y justicia
social. Esa visión no puede dejar la naturaleza y los territorios que habitamos sometidos a los abusos
del capital y a las arbitrariedades del mercado. Tampoco puede justificar
que, en nombre de una economía de Estado, se limite la actividad empresarial
para repartir más, sin importar la crisis ecológica y económica que solo podrá
superarse administrando adecuadamente la biodiversidad, la Amazonía, los
recursos hídricos y marítimos y diversificando la matriz energética y principalmente,
dedicando más atención a nuestra principal riqueza, el "capital humano"
con mejor educación y desarrollo de ciencia y tecnologías adecuadas a nuestras
múltiples y diversas realidades.
El ecologismo político, y en el caso Peruano,
también libertario, tiene que enfrentar el paradigma del crecimiento económico
depredador impulsado por las derechas liberales y las izquierdas tradicionales.
Requerirnos
cambios profundos no solo económicos,
políticos y sociales, sino también culturales. El verdadero reto es
construir derroteros para el desarrollo sostenible nuestros pueblos afianzar
una democracia (en nuestro caso de izquierda) justa y libertaria, que no
solo es política, sino también económica y ecológica.
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