Puno es un Departamento con oficinas que se han denominado “Región Puno”. Por lo tanto, no requiere de mayores símbolos que lo señalen como tal. Su identificación ancestral, no tiene necesidad de mayores símbolos para ser lo que es. Por esta elemental razón, el concurso para un nuevo himno, escudo y bandera de Puno, que viene propiciando una Gerencia de la Oficina Regional, provoca no sólo discrepancias en la colectividad, sino que unos lo toman como un chiste de mal gusto; en tanto, en la ciudad de Juliaca los asistentes a la convocatoria (pro-nuevos símbolos de Puno) han tomado en broma que un señor Antropólogo, bajado posiblemente de la Luna, haya sido el que sustente la descabellada idea. “Nada tenía que hacer en el asunto”, manifestaron. Los símbolos representativos de un pueblo no se cambian como ropa interior, a gusto y paciencia de cualquier hijo de vecino. De esta manera, los argumentos y alegatos del antropólogo y un acomedido periodista quedaron flotando en el aire con la opinión de un vecino notable, que interpretando el sentimiento de un pueblo laborioso, manifestó: “qué manera de perder el tiempo y gastar la plata de los puneños”. Total. Los autores de esta propuesta, nos parece, deben arrojar la idea y los papeles al tacho de basura, y dedicarse a cosas más positivas, vale decir, más trascendentes.
Empero, lo democrático del asunto sería seguir perdiendo el tiempo con una consulta popular, cuando el Himno de Puno, su Bandera y Escudo viven en el sentimiento del pueblo. Son parte fundamental de su tradición y su historia; y, a esta altura del Siglo XX1, pretender reemplazarlos por nuevos símbolos que representen a un espacio del todo llamado “región”, resulta simplemente descabellado, no tiene objeto alguno, salvo para quienes pretenden hacer peliculina en un tonto afán de congraciarse con los que han puesto en tapete la estrafalaria idea.
Claro que Puno nunca tuvo escudo de armas. El que hoy ostenta, pertenece a la señora Eugenia de los Ríos, Duquesa del Infantado y Marquesa de Covadonga, nos dice el Escritor Víctor Villar Chamorro (Nolasco Nozco). A su muerte hereda el escudo la familia Garcés, como parte de su ancestro, y al fallecer el penúltimo descendiente, Miguel Garcés, cuyo ataúd es envuelto con una bandera española, en la que aparecía lujosamente bordado el escudo. La figura se ha estampado en una moneda de plata acuñada en Potosí al coronarse el Rey Fernando V11 de España, con el timbre de “Puno, Hispaniarum Regia Semper Fidelis“ (yo vi la moneda, me la enseñó el escribano y numismático N. Prado en Juli), pero esto no tiene importancia, si sabemos que la familia Garcés se la donó al municipio de Puno el año 1927; y estando de Alcalde Eduardo Beroldo, se reproduce la figura ciñéndola con banderas blancas y sus torres gualdas en campo de azur, sofisticándola con cañones, fusiles y granadas, como se usaba en la era republicana, de tal manera que la Junta Edilicia lo adopta como escudo de la ciudad, hasta el año de 1950, en que por acuerdo de Concejo y Resolución Municipal, queda establecido oficialmente como el símbolo que identifica a la ciudad de Puno. Figura en los miles de documentos que emite el municipio y resulta inútil pretender cambiarlo por otro, que en todo caso representaría sólo a una oficina llamada regional.
En cuanto al Himno a Puno, Todos sabemos que el autor es el abogado, luchador social, periodista, perseverante defensor del indio en su tiempo y poeta de acrisolada inspiración, Manuel Augusto Quiroga.
El Himno está calificado como el resumen de la historia épica de Puno. Su música elaborada por el periodista y prestigioso artista del pentagrama, Rosendo Huirse, es una pieza sinfónica que no esperó el fallo de un concurso. Contaba la escritora y poeta Mercedes Bueno Morales que apenas se dio a luz, fue entonado con unción puneña, por las escuelas y colegios, instituciones culturales y todo el pueblo le dio su espaldarazo, porque impactado por su esencia telúrica y étnica, musical y poética, por ley natural su identificación pertenece al pueblo de Puno.
En cuanto a la Bandera de Puno, se cuenta que un ciudadano de nacionalidad argentina de apellido Zela se inspiró en el emblema de su patria y creó la bandera azul-celeste, que simboliza el Lago Titicaca y los nevados de las cumbres andinas.
En resumen, pensamos que Puno está bien representado por los símbolos creados por la historia y la tradición, y los muy respetables señores que propician concursos o escriben mamotretos demandando mayores objetos o figuras que nos identifiquen deberían archivar su propuesta y trabajar más seriamente por un desarrollo regional y de la patria chica.
Por lo demás, nos parece que existe consenso colectivo, que rechaza el tal Concurso de la Oficina Regional.
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