sábado, 17 de agosto de 2024

DEBATE: LA INDEPENDENCIA DEL PERU

 BALANCE DEL BICENTENARIO… ¿“DE” O “EN”?… PUNO 

Nicanor Domínguez Faura

El presente texto es una versión ligeramente revisada de la presentación del día viernes 9 de agosto de 2024 en el Evento “El Bicentenario en Puno”, organizado por la Universidad Nacional del Altiplano.  La invitación a participar fue hecha por el historiador Mario Copa Paucar.  La lectura del texto corrió a cargo de Ana María Pino, gestora cultural en Puno

Para el portal de la Casa del Corregidor 12 de agosto de 2024

Introducción

E

n la carta de invitación a participar se me dice que debo “discutir el Bicentenario de la independencia ‘de’ Puno”.  El evento, oficialmente, es sobre “El Bicentenario ‘en’ Puno”.  El tema del programa para el día viernes 9 es: “La construcción de la República ‘en’ Puno”, y esta presentación en particular debiera ser un “Balance del bicentenario ‘de’ Puno”.

Como se darán cuenta por el énfasis puesto en las distintas preposiciones gramaticales de estas cuatro frases, no estoy muy seguro sobre de qué tema debo hablar esta noche.  Me parece que son cuatro cosas distintas, muy interesantes cada una de ellas, pero bien distintas:
- Primero: ¿Querrán que hable de los 200 años de Puno como entidad política autónoma e independiente?
- Segundo: ¿O quieren que comente sobre los eventos culturales y/o patrióticos llevados a cabo entre el 2021 y este 2024 en Puno, por los 200 años de la Independencia del Perú?
- Tercero: ¿O esperan que explique el proceso mediante el cual la administración estatal del Perú, a través de leyes y disposiciones fiscales y administrativas, ha sido aplicada e implementada en el caso concreto de Puno en los últimos 200 años?
- Y cuarto: ¿O debiera hacer una síntesis y evaluación de los 200 años de historia regional de Puno durante la Época Republicana?

Creo que podría intentar proponerles tres preguntas para la reflexión, más o menos inspiradas en las distintas indicaciones e interpretaciones que acabo de comentar.  El énfasis estará en ver a Puno como parte del Sur del Perú y como parte del Perú todo.

Las tres entradas al problema que les propongo son:
- Primero: ¿desde cuándo existe la “unidad regional” que hoy conocemos como “la región Puno”, el espacio que en los siglos XIX y XX, durante la Época Republicana, era llamado “el departamento de Puno”?
- Segundo: ¿cuántos y quiénes han sido los presidentes peruanos nacidos en Puno?
- Tercero: ¿cuál ha sido, en rasgos muy generales por supuesto, el comportamiento político de Puno, y del Sur Andino peruano, en los 200 años de vida republicana?

Primera pregunta: ¿desde cuándo existe la “unidad regional” que conocemos hoy, en el siglo XXI, como “la región Puno”, espacio que en los siglos XIX y XX era llamado “el departamento de Puno”?

El actual departamento o región de Puno, en el Sur de la República peruana, se ubica en la mitad septentrional del Altiplano del lago Titicaca.  Esta jurisdicción o “unidad regional” corresponde aproximadamente a los territorios que fueron habitados en la Época Prehispánica por los grupos étnicos de los Collas (al norte del lago) y los Lupacas (al sur del lago).  Aunque hoy pueda sonar sorprendente, en el siglo XVI ambos grupos hablaban la lengua aimara (idioma que, en ese entonces, se hablaba desde las “Provincias Altas” del Cusco, pasando por todo el Altiplano, hasta llegar a Potosí, actualmente en el centro de Bolivia).

Los Collas y los Lupacas fueron incorporados al Imperio de los Incas cusqueños a mediados del siglo XVI.  Los Incas llamaron “Colla-suyo” a toda la región de los aimaras.  Sin embargo, los conquistadores Incas ocuparon el Altiplano durante menos de un siglo, entre aproximadamente las décadas de 1450 y 1530.  Es decir, por poco más de 80 años.

Los invasores españoles llegaron a los Andes en la década de 1530, y se repartieron las riquezas y la fuerza de trabajo de las poblaciones indígenas que habían estado bajo dominio incaico.  A estos “premios”, en la forma de comunidades indígenas obligadas a pagar tributo a los conquistadores españoles, se les llamó “encomiendas” o “repartimientos de indios”.  El grupo de los Collas fue subdividido en unas 30 a 35 “encomiendas”, que fueron asignadas a conquistadores españoles que debían residir y avecindarse en el Cuzco.  Los Lupacas, en cambio, fueron asignados en su totalidad a pagar tributos directamente a la Corona española.  La zona de los Lupacas fue conocida en la Época Colonial con el nombre de “provincia de Chucuito”, formada por siete sectores: Chucuito, Acora, Ilave, Juli, Pomata, Yunguyo y Zepita.

Collas y Lupacas
La primera gran división colonial del Altiplano ocurrió con la fundación de la ciudad de La Paz en 1548: los encomenderos de la parte central (donde están hoy las localidades de Puno y Huancané) pasaron a residir en esta nueva ciudad.  En 1610, al crearse el obispado paceño, se reafirmó esta división altiplánica entre Cuzco y La Paz. Desde la época del virrey Toledo, el Altiplano septentrional fue dividido administrativamente en cinco “corregimientos” o provincias: Carabaya, Lampa, Azángaro, Paucarcolla y Chucuito.  Las tres primeras (Lampa, Azángaro y Carabaya) estuvieron incluidas en el obispado del Cuzco y bajo la jurisdicción de la Audiencia (o tribunal de justicia) de Lima.  Las otras dos provincias (Paucarcolla y Chucuito), formaron parte del obispado de La Paz y de la jurisdicción de la Audiencia de Charcas.  Esta división se mantuvo durante unos 220 años en la Época Colonial, entre los años de 1565-1575 (cuando se establecieron los corregimientos) y los años de 1782-1785 (cuando se los agrupó administrativamente en un nuevo conjunto de provincias).

Porque fue solo a partir de 1784, con la creación de la “intendencia de Puno”, que se estableció la “unidad regional” puneña.  Las cinco antiguas provincias, que habían formado dos grupos distintos (tres hacia el Cuzco, dos hacia La Paz), se reunieron en una sola unidad administrativa regional.  Después de la Independencia peruana de 1821-1824, la “intendencia de Puno” recibió en la Época Republicana el nombre de “departamento de Puno”, y luego, ya en nuestro siglo XXI, el de “región Puno”.  Así es que la idea que tenemos de la región puneña como compuesta por territorios ubicados entre La Raya (el límite con el Cuzco) y el Desaguadero (el límite con La Paz y, desde 1825, con Bolivia), cumple este año 2024 sus 240 (doscientos cuarenta) años de existencia.

Para mayor precisión, hay que decir que durante dos décadas, entre 1776 y 1796, las cinco provincias del Altiplano septentrional formaron parte del entonces nuevo Virreinato del Río de la Plata.  En 1782 se aplicó allí el nuevo sistema de gobierno regional y provincial de Intendencias.  Inicialmente, todas las diez provincias de la región del Titicaca (cinco puneñas y cinco paceñas) fueron puestas bajo la jurisdicción de un solo intendente residente en la ciudad de La Paz.  Pero dos años después, esta intendencia fue dividida para lograr su mejor administración.  El virrey Juan José de Vértiz y el superintendente de Buenos Aires, Francisco de Paula Sanz, propusieron a la Corona la creación de la Intendencia de Puno, separada de La Paz, en base a las cinco provincias (informe del 21 de diciembre de 1783).  La propuesta fue aceptada por el rey Carlos III y su ministro José de Gálvez en la Real Orden del 5 de junio de 1784.  Es decir, hace apenas dos meses que se cumplieron los 240 años de esa creación administrativa.

Pero, por otra parte, los cinco corregimientos o provincias coloniales continuaron existiendo por 30 años más en la Época Republicana.  No hubo mayores cambios hasta que en 1854 el presidente Castilla firmó un decreto que reorganizaba la división administrativa puneña.  Entonces se separaron varias localidades de las antiguas provincias de Lampa, Paucarcolla y Chucuito, para formar la nueva provincia del Cercado de Puno.  Y partes de Azángaro y Paucarcolla formaron la provincia de Huancané. Sumaron entonces seis provincias puneñas (Cercado, Chucuito, Lampa, Azángaro, Huancané y Carabaya).  Dos décadas después, en 1875, la antigua provincia de Carabaya se dividió en dos partes: Carabaya (capital Macusani) y Sandia (capital Sandia).  Sumaron entonces siete las provincias del Departamento de Puno.

Los siguientes cambios administrativos ocurrieron ya en el siglo XX: en 1901 se creó la provincia de Ayaviri (separada de Lampa), y rebautizada Melgar en 1925.  Luego, en 1926, se creó la provincia de San Román, con capital en Juliaca (también separada de Lampa). Así, durante la mayor parte del siglo pasado, hubo nueve provincias en Puno (Cercado, Chucuito, San Román, Lampa, Melgar, Azángaro, Huancané, Carabaya y Sandia).

Pasaron casi seis décadas más hasta el año 1984, cuando se creó la provincia de Yunguyo (separada de Chucuito).  En 1989 se creó la provincia de San Antonio de Putina (con distritos que habían sido parte de Azángaro, Huancané y Sandia).  Y, finalmente, en 1991 se establecieron dos nuevas provincias: Moho (separada de Huancané), El Collao (separada de Chucuito), con capital en Ilave.  Así, desde hace ya casi 35 años, tenemos trece provincias en Puno (Cercado, El Collao, Chucuito, Yunguyo, San Román, Lampa, Melgar, Azángaro, Huancané, San Antonio de Putina, Moho, Carabaya y Sandia).

* * *

Para recapitular esta primera parte:
- La división colonial del Altiplano entre el Cuzco y La Paz duró 236 años, entre 1548 (fundación de La Paz) y 1784 (establecimiento de la Intendencia de Puno).
- Las cinco provincias coloniales, ya establecidas por el virrey Toledo para 1575, se mantuvieron sin modificaciones significativas por 280 años, hasta la reforma administrativa del presidente Castilla en 1854.
- La “unidad regional” puneña que hoy conocemos se forma en 1784, hace 240 años, con la creación de la Intendencia de Puno.
- Pero en ese momento, y por 20 años, Puno fue parte del Virreinato de Buenos Aires (1776-1796).
- Desde que en 1796 se restituyó al Virreinato del Perú, y por 228 años hasta el día de hoy, la mitad septentrional del Altiplano del lago Titicaca ha estado invariablemente ligada, para bien y para mal, le pese a quien le pese, al resto del Perú.  ¡Puno sí es el Perú, señoras y señores!

Segunda pregunta: ¿quiénes han sido los presidentes peruanos nacidos en Puno?

En el Perú hemos tenido 57 gobernantes en 200 años de vida republicana (quizás algunos más, que gobernaron por pocos días en momentos de aguda crisis política).  Pero 57 es la cifra que manejaremos, considerando que algunos gobernaron en dos oportunidades (como Manuel Prado Ugarteche, Fernando Belaúnde Terry, o Alan García Pérez), o en periodos consecutivos (como Leguía durante “el Oncenio” o Fujimori en la década del 90).  Los 57 presidentes en 200 años hacen un promedio de 3 años y medio de gobierno para cada uno.  Sabiendo que el periodo presidencial ha sido usualmente de 5 años, la estadística revela y muestra bastante bien la inestabilidad de la política peruana.

De estos 57 presidentes, veintiocho (el 49%) gobernaron en el siglo XIX, veinte (el 35%) en el siglo XX, y nueve (el 16%) en los 24 años que llevamos del siglo XXI.  Esto último significa que cada uno de esos nueve presidentes más recientes gobernó en promedio 2.6 años (aunque los tres primeros sí completaron su mandato de 5 años, y los seis siguientes en 8 años, desde el 2016, han gobernado por menos tiempo aún, 1.3 años en promedio, o sea la mitad del promedio anterior de 2.6). De los 57 presidentes del Perú, veinte (el 35%) fueron limeños, treinta y tres (el 58%) fueron provincianos, y cuatro (el 7%) habían nacido fuera del Perú (aunque quizás ahora habría que sumar cinco, con Fujimori, que parece haber nacido realmente en el Japón).

De los 33 presidentes provincianos, once (el 19% del total de 57) fueron norteños, cinco (casi 9% del total) nacieron en el Centro, y diecisiete (el 30% del total) han sido sureños.  Es decir, en 200 años de vida republicana, uno de cada tres presidentes del Perú nació en el Sur.  Entre estos, dos nacieron en Puno.  ¿Quiénes fueron estos dos presidentes puneños del Perú, y cuándo fue que gobernaron el país?

Se trata de dos caudillos militares del siglo XIX, los generales Miguel de San Román y Meza (nacido en Pichacani en 1802), y José Rufino Echenique Benavente (nacido en Puno en 1808).  Ambos eran hijos de familias criollas, cuyos antepasados habían migrado desde el Norte de España al Perú en el siglo XVIII.  Los San Román eran de Asturias, y llegaron a La Paz y a Puno desde principios de ese siglo, dedicados especialmente a la minería.  Los Echenique eran vascos de Navarra, pero llegaron primero a Chile a fines del XVIII y luego a Puno, como funcionarios coloniales.  Los padres de estos dos generales puneños habían nacido en tierras americanas, y se vieron envueltos en las guerras de Independencia de la década de 1810.  Ambos murieron en el contexto de la rebelión del Cusco de 1814-1815, la llamada “rebelión de Pumacahua y los hermanos Angulo”.

En 1820 el joven San Román se unió a las tropas patriotas que incursionaron en la Costa Sur, participó en la campaña a “puertos intermedios” de 1823, uniéndose luego al ejército del Libertador Bolívar, con el que terminó luchando en las batallas de Junín y Ayacucho.  Por su parte, el joven Echenique se unió al ejército del Libertador San Martín en Lima en 1822, y también participó en la campaña a “puertos intermedios” de 1823, pero terminó prisionero en la Isla Esteves hasta fines de diciembre de 1824.  Cuando se supo en Puno de la victoria patriota en Ayacucho, los realistas abandonaron la ciudad, y se proclamó la Independencia el lunes 27 de diciembre de 1824, acto al que asistió Echenique.

Durante las siguientes cuatro décadas, ambos jefes puneños participaron en las distintas guerras internacionales en las que se vio envuelto el Perú, así como las sucesivas guerras civiles entre caudillos peruanos, en las que sobresalió otro sureño que había participado en la batalla de Ayacucho, el tarapaqueño Ramón Castilla (nacido en 1797).  Ambos jefes puneños llegaron al poder manteniendo buenas relaciones con Castilla, que fue la figura política dominante del mediados del siglo XIX.  Echenique, después de ser ministro en el primer gobierno de Castilla, llegó a la presidencia en 1851.  Igualmente San Román, después de ser ministro en el primer y segundo gobiernos de Castilla, llegó a la presidencia en 1862.

Miguel de San Román Meza
Es interesante anotar que en las elecciones presidenciales de 1851 se enfrentaron ambos jefes puneños.  Los enemigos de Echenique desarrollaron entonces una campaña de desprestigio, buscando descalificar su candidatura.  Argumentaron que él en realidad no había nacido en Puno, sino en Bolivia (donde tenía numerosos familiares), por lo que no podía ser candidato presidencial.  Como vemos, una vieja táctica utilizada desde el siglo XIX para atacar políticamente a los sureños en general, y a los puneños en particular.  Lo más sorprendente es que, entre los que acusaban a Echenique de ser boliviano, se encontraban los partidarios San Román.

Echenique fue elegido en 1851, pero durante su gobierno se produjo el llamado escándalo de “la Consolidación” (el pago de la “deuda interna” con dineros del guano, a ciudadanos que habían apoyado con préstamos a la causa de la Independencia, aunque esos pagos terminaron beneficiando a personajes vinculados al gobierno).  Contra las denuncias de corrupción generalizada se alzó en rebelión el general Castilla, que derrotó a Echenique en 1855.  Por su parte, cuando San Román finalmente alcanzó la presidencia el 24 de octubre de 1862, no pudo disfrutar del poder por mucho tiempo, apenas cinco meses y once días, ya que falleció el 3 de abril de 1863.


No les fue muy bien a estos dos paisanos en la cúspide del poder político del Perú de mediados del siglo XIX.  La ruta fue muy larga y estuvo llena de luchas con distintos rivales, tanto en las guerras civiles como en las campañas políticas por la presidencia.  El propio Ramón Castilla encontraría la muerte en medio del desierto de su nativa Tarapacá, el 30 de mayo de 1867, cuando intentaba liderar una nueva rebelión en contra de los desmanes del gobierno de turno (del caudillo liberal Mariano Ignacio Prado).  Eran formas de hacer política típicas de aquel siglo.

Tercera pregunta: ¿cuál ha sido el comportamiento político de Puno, y del Sur Andino peruano, en los 200 años de vida republicana?

Se ha puesto de moda, de un tiempo a esta parte, el subrayar el contraste entre las opciones políticas mayoritarias del Sur peruano con respecto a las del resto del país.  Especialmente durante las campañas electorales del 2006 (con el candidato Ollanta Humala del “polo rojo”), la del 2011 (con el Ollanta del “polo banco”), la primera vuelta del 2016 (con la candidata Verónika Mendoza), y la última campaña del 2021 (con el profesor Pedro Castillo en medio de la pandemia).  Vemos una tendencia al rechazo de aquellos candidatos que prometían defender y profundizar el orden económico capitalista primario-exportador del país, buscando cada cinco años nuevas alternativas que ofrecieran promover la redistribución de la riqueza nacional, concentrada egoístamente por los grupos de poder principalmente capitalinos.

Pero ya hace 35, hasta 45 años atrás, ha habido en el Puno y en el Sur peruano apoyo mayoritario a candidatos que pudieron considerase “anti-limeños” en su momento: el Belaúnde de 1980, el candidato Alfonso Barrantes de “Izquierda Unida” en 1985, hasta el Fujimori del “no shock” de 1990.  ¿Qué tan antigua es esta tendencia sureña, de oposición a los intereses capitalinos y de otras regiones del país ligadas directamente a la ciudad capital?

Viene inmediatamente a la mente el recuerdo de la Confederación Perú-Boliviana, de 1836 a 1839.  Tuvo gran apoyo en el Sur (Cuzco, Puno, Arequipa, Huamanga), y mucho rechazo en el Norte (Lima, Trujillo).  Antes, todavía, la oposición Norte-Sur durante las Guerras de Independencia.  A partir de setiembre 1820, con la llegada de la “Expedición Libertadora” de San Martín, los conspiradores criollos peruanos lograron el apoyo del recién nombrado intendente de Trujillo, el limeño Marqués de Torre-Tagle, y proclamaron la Independencia (24-29 de diciembre de 1820), más de medio año antes que en Lima (el famoso sábado 28 de julio de 1821).  El virrey La Serna abandonó Lima y se instaló en el Cuzco, que fue la última capital virreinal del Perú hasta 1824.

Sin embargo, nada de esto fue automáticohomogéneoinvariable o inevitable.  En el Norte hubo varias revueltas de oficiales y vecinos realistas en 1821-1822, que fueron reprimidas por los patriotas.  Y el Sur venía experimentando una sostenida militarización desde una década antes, cuando los ejércitos realistas reclutados en el Cuzco, Puno y Arequipa reprimieron a la “Junta Tuitiva” de La Paz (en 1810), y se enfrentaron a los ejércitos de Castelli (en 1811), de Belgrano (en 1813) y de Rondeau (en 1815), venidos desde Buenos Aires al entonces llamado “Alto Perú”.

El Sur se mantuvo fiel a la Monarquía española no solo porque hubiese criollos, mestizos e indígenas de ideas conservadoras, sino porque, además de eso, hubo una fortísima represión de aquellos criollos, mestizos e indígenas autonomistas (muchos con ideas políticas liberales), que habían apoyado la rebelión del Cusco de 1814-1815 (de Pumacahua y los Angulo).

En el Perú de las Guerras de Independencia, en los 15 años transcurridos entre 1810 y 1824, hubo de todo.  Patriotas autonomistas (algunos de ideas monárquicas constitucionalistas, otros republicanos liberales) y fidelistas pro-monárquicos (algunos liberales, muchos conservadores y retrógrados), de ambos hubo en todas las provincias.  Los vaivenes de la guerra permitieron o limitaron las posibilidades de que se expresaran esas ideas abiertamente.  Como tuvieron que ocultarse en su momento, han dejado pocas evidencias documentales que permitan a los historiadores estudiarlas a cabalidad, especialmente cuando eran opiniones minoritarias (fidelistas en territorios patriotas, patriotas en territorios realistas).

* * *

Pero, además de la discusión sobre la existencia o no de una geografía político-electoral con un eje Norte-Sur en el Perú de los siglos XIX al XXI, es necesario mencionar las particularidades del componente étnico-cultural de la población Sur peruana.  Evidentemente me refiero a la población indígena que en Puno, desde el siglo XVIII, se divide en un norte quechua y un sur aimara (cambio lingüístico que debió ocurrir durante el siglo XVII, pero que no ha sido aun estudiado).

En el año 1978 el historiador Jorge Basadre hizo una afirmación tajante y a la vez sorprendente: “El fenómeno más importante en la cultura peruana del siglo XX es el aumento de la toma de conciencia acerca del indio entre escritores, artistas, hombres de ciencia y políticos” (Basadre 1931/1978, p.326).  Pese a constituir la mayoría de la población del país, la población indígena había sido ampliamente ignorada por la mayoría de los intelectuales liberales peruanos del siglo XIX, más bien siempre atentos a las ideas y las modas culturales europeas.

La expresión máxima de este vivir de espaldas al país real, fue la reforma electoral del año 1896, promovida por el Partido Demócrata (del caudillo civil conservador Nicolás de Piérola) y por el Partido Civil (fundado en 1871 como el órgano político de la burguesía liberal surgida del negocio del guano).  Se impuso entonces, como requisito para ejercer el derecho al voto, el saber leer y escribir en castellano.  Esto dejó a los campesinos fuera del sistema político. Hasta ese momento, por su condición de contribuyentes al fisco, sí habían tenido acceso al sistema electoral anterior a 1896 (un sistema de votación indirecta, “corporativa”, con tres niveles de selección de representantes: distritales, provinciales y departamentales).

La respuesta del campesinado puneño ha sido estudiada en el libro de la historiadora Annalyda Álvarez-Calderón, ‘Ciudadanía Indígena’ (2021).  Ella destaca la historia de las comunidades aimaras del pueblo de Santa Rosa, en la antigua provincia de Chucuito (hoy en la provincia de El Collao).  En octubre de 1901, ante los abusos de sus autoridades locales (gobernadores y subprefectos), y sabiendo que en la ciudad de Puno no serían escuchados, enviaron a tres representantes a Lima, a entrevistarse con el Presidente de la República, el ingeniero y hacendado arequipeño Eduardo López de Romaña.  José Antonio Chambilla, Mariano Yllachura y Antonio Chambi fueron estos primeros “mensajeros” de las comunidades de Apupata, Orccoyo, Chichillape, Llusta, Ccasani, Sullcanaca, Chocorasi y Puntaperdida.

Con ellos se inició un proceso inédito en el Perú republicano, de búsqueda de un diálogo directo con la cúspide del poder político, para lograr la aplicación de la legislación liberal del Estado en beneficio de sus habitantes más marginados, a quienes un lustro antes se les había removido de la ciudadanía.  Para poder volver a ser ciudadanos con derecho a voto, se pedía al gobierno que promoviera la educación escolarizada en castellano en las zonas rurales.  Sabiendo leer y escribir, podrían nuevamente votar y elegir a sus autoridades, tanto al Congreso como a la presidencia de la República.  Así podrían ser oídos.

Este caso de los “mensajeros” enviados a Lima a inicios del siglo XX, como antes la campaña en favor del respeto a los derechos indígenas dirigida por Juan Bustamante en Huancané y Azángaro entre 1866 y 1868, como luego los reclamos de los comuneros de Wancho Lima en 1923, nos muestran con claridad que lo que siempre han pedido los puneños y puneñas es una participación política en condiciones de respeto e igualdad con el resto de los ciudadanos del país.  Y es lo que le siguen pidiendo al actual gobierno el día de hoy.

Conclusiones

Una primera conclusión, que es más que bicentenaria, es la constatación de que Puno, como la “unidad regional” que ocupa la mitad septentrional del Altiplano del lago Titicaca en el Sur de la República del Perú, acaba de cumplir 240 años de existencia.

Una segunda conclusión es que los dos presidentes puneños que ha tenido el Perú, Echenique y San Román, fueron caudillos militares que estuvieron vinculados, como aliados y antagonistas, al mayor caudillo militar del siglo XIX, el mariscal Ramón Castilla.  Después de alcanzar la cima del poder (Echenique en 1851, San Román en 1862), ambos personajes sufrieron una rápida caída (Echenique, acusado de corrupción, fue depuesto por una revolución liderada por Castilla en 1855; San Román, por su parte, falleció al año siguiente, en 1863).  Ambos jefes puneños son ejemplos típicos, y bastante exitosos, de las prácticas políticas de aquella época.

Una tercera conclusión es que lo que siempre han pedido las puneñas y puneños es una participación política en los asuntos nacionales en condiciones de respeto e igualdad, como ciudadanos peruanos equivalentes a los demás ciudadanos de otras regiones del Perú.

Espero haber respondido en algo a las tres preguntas que les propuse discutir al principio de esta charla.  Muchas gracias por vuestra paciencia.

Referencias:

- Álvarez Calderón Gerbolini, Annalyda. En búsqueda de la ciudadanía indígena: Puno 1900-1930. Lima: Fundación Bustamante de la Fuente, 2021.

- Basadre Grohmann, Jorge [1903-1980]. Perú: Problema y posibilidad; con el apéndice: Algunas reconsideraciones 47 años después [1931]. 2da ed. Lima: Banco Industrial, 1978.

- Del Águila, Alicia. La ciudadanía corporativa: Política, constituciones y sufragio en el Perú (1821-1896). Lima: IEP, 2013.

- Domínguez Faura, Nicanor. Aproximaciones a la Historia de Puno y del Altiplano. Puno: Dirección Desconcentrada de Cultura de Puno, 2017.

- Jacobsen, Nils. Juan Bustamante y los límites del liberalismo en el Altiplano: La rebelión de Huancané (1866-1868). Lima: Asociación SER, 2011.

- Ramos Zambrano, Augusto [1929-2012]. Ezequiel Urviola y el indigenismo puneño; Tormenta altiplánica; Rumi Maqui y La Rebelión de Huancané. Lima: Fondo Editorial del Congreso, 2016.

- Rénique, José Luis. La batalla por Puno: Conflicto agrario y nación en los Andes peruanos [2004]. 2da ed. Lima: La Siniestra, 2016.

viernes, 16 de agosto de 2024

PUIEBLOS PUNEÑOS: JULI

 PAISAJE JULEÑO

Ubaldo Castillo Espezùa

(Fragmento extraído de su libro LA CULTURA POPULAR DE JULI. Arequipa 1996)

J

uli, en su característica de una de las poblaciones circunlacustres que se levantan junto al lago de los aymaras, es la expresión más maravillosa de paisaje. Situado sobre este pequeño mar suspendido cerca al cielo donde las olas alcanzan alturas que hacen temblar de miedo al navegante más atrevido en los días de tormenta y la superficie plateada de sus aguas, “hierve de irradiaciones doradas en los días tranquilos". Cerca al azul intenso de su cielo que pareciera que se une con el lago, formando una bóveda azulina de cielo y agua pura. Este es el "Lago Encantado...resto palpa­ble del Diluvio Universal...de panorama quieto...de islas flotantes de los uros y grandes balsas fabricadas por los collas", que conoció Pedro Martín de Moguer[1].

"El cielo de la meseta del Titicaca, formando, según la frase de Humboldt, un círculo a manera de los que se ven en la luna, limitado por altísimas monta­ñas, tiene un aspecto general de grandeza primitiva e infinita..."Imaginemos por un instante instalados sobre la cumbre de cualquiera de sus montañas. Se divisará una franja nevada de cordillera al Este que son los nevados de la Cordillera Real, que como cristales inmensos, sublevados desafían la altura del cielo. Más abajo, como calentando sus faldas, las aguas tibias y cristalinas de su lago milenario. Más cerca, las playas de arenas finas, limpias de aguas dia­mantinas, para conducir por una pendiente muy suave, al templo de San Juan que como una mole rojiza se levanta para ingresar al pueblo, más arriba la plaza Bertonio, extensa y monumental, mostrando sus qollis2 ornamentales, únicos en el departamento...El nombre de Juli, tiene el más rico contenido de paisaje y belleza. Es portón de mitos, leyenda e historia encerrado en su cofre, grandeza infinita e indescriptible, fruto de tierra fértil y produc­tiva, de montañas elevadas levantadas muy cerca que desafían al Sol. Es una de las tierras más ricas en paisaje natural, arqueología, arquitectura colo­nial, folclore, etnias diversas y variedad de recursos turísticos que están esperando una eficiente promoción, para que el viajero conozca sus maravillas, llene sus ojos con la luz blanquecina de sus amaneceres y disfrute de su historia con la fuerza incontenible de los sedientos de saber y cultura. Juli, es anuncio de paisaje emotivo y brillante, donde danzan al compás de un K’ajelo cordillerano o un wayño pandillero, estrechados de la mano, la antigua grandeza de su cultura y el promisor futuro de un pueblo hasta hoy abandonado y arrinconado por el olvido de sus conductores y la desidia de sus propios habitantes.

El Padre Vargas Ugarte ha descrito el lugar con contenida emoción:

 “El viajero que llega de Pomata por la carretera - divisa en una vuelta que ella hace, el caserío de Juli, arracimado en una colina de suave pendiente hacia el lago. En el centro y en la parte más elevada surge la mole de San Pe­dro, al noreste se divisan los muros de piedra blanca de Santa Cruz y, casi en diagonal, descubren nuestros ojos por el lado del sur a La Asunción, cu­ya torre de piedra en forma de espadaña, la delata. Finalmente, al oriente y más cerca de nosotros, asoman las rojizas tejas de la techumbre de San Juan”.

Hoy Juli, ha perdido su Santa Cruz y sus otras tres iglesias sufren el dete­rioro del tiempo y el descuido comprometido y destrucción de sus pobladores, que indiferentes y resignados miran su pérdida.

Hay que conocer Juli, con su plaza extensa, sus calles rectas y estrechas, sus cuatro moles legendarias que se levantan desafiantes para cortar los vientos que suben del lago o bajan de la cordillera, sus colinas suaves y ligeramente inclinadas, sus faldas extendidas donde se distinguen casitas pequeñas a manera de nidos suspendidos en sus pendientes, donde es fácil y da ganas de tenderse a pierna suelta; sus pampas solariegas y planas que llegan hasta las orillas de sus playas, su cielo azul y claro sol, desde donde se puede divisar la inmensidad de Qotapampa, que como gigante espada­ña serpenteante se introduce en el lago, como si quisiera tragarse las aguas de este lago, fuente de vida y belleza infinita. Cerca, las casas solitarias de Olla Parki, Chojchoni, Pisirapi, Wakina, Choqejawa, Siwekjawira o Palermo, que están esperando que el visitante llegue para recordar la hospitali­dad de sus antiguos dueños, cuyos espíritus están rondando sus aposentos es­perando mejores días en un futuro lejano y cercano al mismo tiempo.

“El lago iluminado por los rayos crepusculares y las noches tachonadas de estrellas, ponen una nota de serena melancolía en esta población, alma viviente del mestizaje americano”. Juli, de “amaneceres fulgentes de sol reluciente, lánguidos atardeceres, noches de luna plateada, rumor de olas y brisas tibias, collis de belleza inconfundible que adornan su extensa plaza Bertonio y hombres hospitalarios, charlatanes, comunicadores francos y amplios, completan este paisaje de maravillas y ensueños. <>

_______________

[1] Martín de Moguer junto con Diego de Agüero fueron los primeros españoles que –desde el Cusco- ingresaron al Altiplano por orden de Francisco Pizarro, para verificar las riquezas en oro que había en el templo de la isla Titicaca.

2. Arbol autóctono de pequeño o mediano tamaño



 

NOTICIAS DE LA TIERRA NUESTRA

 NOTIPUNO15AGO24

LA MINERÍA EN PROCESO DE FORMALIZACIÓN REPRESENTA EL 56% DEL ORO PRODUCIDO EN PERÚ

PACHAMAMA RADIO 15/08/2024.- El ingeniero Máximo Franco, vocero de los mineros en proceso de formalización, destacó la significativa contribución de este sector a la producción de oro en el Perú, subrayó que la minería en vías de formalización produce el 56% del total del oro en el país, un logro alcanzado a pesar de las dificultades que enfrentan estos mineros, quienes aún buscan mayor reconocimiento y apoyo del Estado.

Franco enfatizó que, de ese 56%, los mineros en proceso de formalización producen el 50% del oro, sin contar con la considerable cantidad de oro que sale del país de manera no registrada, lo que subraya la importancia de este sector para la economía nacional. “Queremos formalizar nuestra disciplina minera”, afirmó, destacando que la pequeña minería y la minería artesanal tienen raíces ancestrales en Perú, y que estas prácticas se han transmitido de generación en generación.

A pesar de su importancia, Franco expresó su preocupación por la percepción negativa que el Estado tiene sobre este sector. “El Estado no nos ve como una opción de solución, sino nos ve como un problema”, lamentó, resaltando que la visión oficial sobre la minería en proceso de formalización está equivocada.

Franco propuso que se reglamente adecuadamente la minería a pequeña escala, permitiendo que todos los mineros en proceso de formalización puedan operar bajo las mismas condiciones que las grandes empresas. Esta regulación, según el ingeniero, no solo contribuiría al desarrollo de este sector, sino que también proporcionaría oportunidades para aquellas personas que buscan alternativas de empleo en un contexto económico difícil.

Finalmente, Franco hizo un llamado a las autoridades para que reconsideren su enfoque hacia la pequeña minería y la minería artesanal, reconociendo su valor y contribución al país, y promoviendo políticas que faciliten su formalización y desarrollo sostenible.

INAUGURAN PUENTE CARROZABLE EN BOCA SAN GABÁN DEL CENTRO POBLADO PUERTO MANOA

Por Diario Sin Fronteras.-

Con una inversión de más de cuatro millones de soles, la Municipalidad Provincial de Carabaya, inauguró el puente carrozable Boca San Gabán del centro poblado  Puerto Manoa, distrito de San Gabán, estructura que cuenta con una longitud de 51 metros.

La actividad estuvo encabezada por el alcalde provincial  Edmundo A. Cáceres Guerra quien llegó a la zona acompañado de regidores y funcionarios municipales para participar de la inauguración de esta obra anhelada por más de 30 años.

Esta obra fue ejecutada por la “Corporación Delta Consultores y Contratistas SAC”, en un plazo de ejecución de 6 meses y beneficiará a los moradores de la zona que por años cruzaban el caudaloso río, poniendo en riesgo sus vidas.

La entrega de obra contó con la participación de los regidores Martha Calcina Flores, Gregorio Alvaro Arapa, Alicia Ramos Mamani, Lorgio Vitaliano Quispe Aragón y el gerente Municipal Agb. Bari Leoncio Huaman Condori.

Durante su participación, el alcalde carabaino recordó que desde que inició su gestión en el año 2023 se reunió con el alcalde distrital y unidos emprendieron los trámites para ejecutar esta y otras obras en beneficio de la población.

“El sueño que hemos tenido por más de 30 años, lo ha cumplido y estamos profundamente agradecidos señor alcalde por este puente carrozable”, expresó Gil Apaza, poblador notable de la zona

Los moradores de la zona recepcionaron al alcalde provincial y sus funcionarios con danzas en señal de alegría.

PRESENTACION DE LA PELICULA AIMARA “LOS INDOMABLES”

1780 estalla la rebelión más grande en América, Amaru en Cusco, Vilcapaza en Puno y Katari en Bolivia. La película llegó al Festival de Cine de Lima como LOS INDOMABLES. La noche de su estreno Tito Catacora estremeció la sala: “240 años después se repite la historia y se masacra Puno”.

EL BÚHO: “LOS INDOMABLES” DE TITO CATACORA LLEGA A AREQUIPA CON EL FESTIVAL DE CINE DE LIMA, por Milagros Gonzáles Sánchez, 8 agosto, 2024.- El aclamado director peruano Tito Catacora, regresa a los cines tras el éxito de Yana Wara.  “Los Indomables” se proyectará en Arequipa como parte de la selección del Festival de Cine de Lima 2024 que empiezan sus funciones este viernes 9 de agosto.

El film es un drama histórico inspirado en un intento de revolución contra la corona española en Perú, en 1781. La película fue filmada en quechua, aymara y español, para narrar el relato sobre Sapa Inca, quien sería el último descendiente de los incas aymaras.

En la edición y la fotografía de “Los indomables”, está Julio Gonzales. El guion fue escrito por Óscar Catacora, y el sonido estuvo a cargo de Diego Julca. En la dirección artística del film está Andrés Morales. La película cuenta con las actuaciones de Edwin F. Riva y Maribet Berrocal. Es apta para el público en general y forma parte de la sección Competencia Peruana del Festival de Cine de Lima 2024.

Sinopsis de “Los indomables”, película peruana dirigida por Tito Catacora

En 1781, las huestes revolucionarias Amaru-Kataristas ocupan el altiplano del sur de Perú. Sapa Inca, el último descendiente de los incas aymaras y su esposa Gregoria, deciden continuar con la insurrección indígena contra los opresores españoles. Sin embargo, en una época tumultuosa, la obsesión por la causa libertaria, el amor en tiempos de caos y la traición entre la hermandad, desencadenarán una serie de tragedias.

CONSEJERO REGIONAL CRITICA PROMOCIÓN DE LA FESTIVIDAD VIRGEN DE LA CANDELARIA EN ESPAÑA

El consejero regional por la provincia de Puno, Alfredo Ucharico, expresó su descontento con la promoción de la Festividad Virgen de la Candelaria 2025 en Tenerife, España, señalando que se debió realizar una actividad más contundente para representar mejor a la región.

Ucharico, quien no viajó a España debido a compromisos programados en su rol de consejero, explicó que tampoco lo hicieron sus colegas, siendo solo la vicegobernadora regional, Eladia De La Riva Valle, quien se trasladó a Europa para dicha promoción.

El consejero manifestó que aguardarán el regreso de la vicegobernadora para conocer los logros alcanzados durante la gira. Sin embargo, señaló que, como representantes de Puno, se debió participar con una presencia más fuerte, incluyendo muestras de danzas y otras expresiones culturales.

Además, Ucharico enfatizó la importancia de que tanto la comuna puneña como los representantes que viajaron a Tenerife, presenten los resultados de esta misión. Destacó también que Puno debe prepararse adecuadamente en términos de capacidad logística, alojamiento y servicios para recibir a los turistas que atraiga esta festividad.

MÁS 'ORO BLANCO': MINEM ANUNCIA DOS NUEVOS PROYECTOS EN LA "FRANJA DE LITIO" DEL PERÚ

Además de estos proyectos en proceso de obtención de permisos, existen solicitudes de nuevas áreas para la investigación. Las áreas de interés para estos estudios se encuentran en la región comprendida entre Puno, Moquegua y Cusco.

Esteban Salazar LA REPUBLICA 8AGO24.- El viceministro de Minas del Ministerio de Energía y Minas (Minem), Henry Luna, anunció que, actualmente existen dos proyectos de litio en Perú que están tramitando sus permisos para iniciar la fase de exploración.

Estas declaraciones se dieron para Diálogos Mineros, programa del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), en el contexto de un creciente interés por este mineral, conocido como el "nuevo oro blanco", debido a su alta demanda en diversas industrias. Explicó que, además de estos dos proyectos en proceso de obtención de permisos, existen solicitudes de nuevas áreas para la investigación de litio.

"Estamos escuchando de algunos inversionistas que ya están investigando sobre el litio, aunque aún no han presentado sus expedientes técnicos", indicó. Una vez presentados estos documentos, se podrían incorporar nuevos actores a la cartera de inversiones.

Las áreas de interés para estos estudios se encuentran en la región comprendida entre Puno, Moquegua y Cusco, una zona denominada la "franja de litio".

El viceministro resaltó la importancia de confirmar las reservas internacionales a través de estos estudios y la transferencia de información al sector privado para futuras concesiones.

Litio, el futuro de la minería en el Perú

El litio ha ganado relevancia a nivel mundial debido a su uso en baterías recargables para vehículos eléctricos, dispositivos electrónicos y otras aplicaciones tecnológicas.

La Dirección General de Promoción y Sostenibilidad Minera del Ministerio de Energía y Minas (Minem) ha señalado en mayo de este año que la demanda principal proviene del sector transporte, una tendencia que seguirá creciendo a medida que se busquen alternativas más limpias a los motores de combustión interna.

En Perú, las exploraciones iniciales de litio se han centrado en la zona del Trapecio Andino, que abarca áreas de Argentina, Chile, Bolivia y Perú.

Según Carmelo Condori, director de Promoción Minera del Minem, se han realizado estudios preliminares en el sur del país, especialmente en Puno, Tacna, Moquegua, Arequipa y Cusco, donde existen indicios de la presencia de litio.

Falchani, único proyecto hoy de litio en el Perú

El proyecto Falchani, a cargo de la empresa Macusani Yellowcake, es uno de los más avanzados en la región de Puno. Esta iniciativa está en proceso de obtener permisos para iniciar la exploración y espera confirmar la presencia de reservas probadas de litio.

La empresa presentó un Estudio de Impacto Ambiental (EIA) semidetallado que actualmente está siendo evaluado por el Minem. El proyecto Falchani planea comenzar la construcción de su planta de producción en 2027, con una inversión estimada de US$867 millones.

Esta planta tiene como objetivo producir anualmente 25.000 toneladas de carbonato de litio en sus primeros tres años, incrementando su capacidad a 50.000 toneladas en el cuarto año y alcanzando las 100.000 toneladas anuales en el undécimo año.

ENTREGAN 2 MIL PACKS DE AYUDA HUMANITARIA A COMUNIDADES AFECTADAS POR EL FRIAJE

EL COMERCIO 13/08/2024.- El friaje está impactando particularmente a los niños y ancianos de comunidades las comunidades en Puno, que ya enfrentan desafíos significativos en términos de acceso a servicios básicos y asistencia humanitaria.

La Fundación Romero distribuyó 2.000 packs de ayuda humanitaria a cinco comunidades de Puno, ubicadas a 4.900 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m.), que vienen siendo gravemente afectadas por las condiciones climáticas adversas en la región, soportando temperaturas por debajo -1.3°C, según la temperatura más baja registrada en julio de este año.

Esta entrega se realizó en coordinación con Caritas, organización de apoyo social que viene trabajando en las comunidades que en esta oportunidad fueron beneficiadas: Tiquillaca, Vilque, Mañazo, Juncal e Ichuña. Esta intervención forma parte de la campaña de ayuda social que Fundación Romero ha venido impulsando para enfrentar las bajas temperaturas y las heladas en diversas regiones del país.

Los packs de ayuda incluyen alimentos calóricos, además de frazadas y ropa abrigadora para niños y adultos, diseñados para cubrir las necesidades más urgentes provocadas por las bajas temperaturas y las adversas condiciones climáticas.

Estas situaciones están afectando gravemente a la población más vulnerable, especialmente a niños y ancianos, quienes, en su mayoría, no cuentan con la vestimenta adecuada para protegerse del frío de manera efectiva.

Esta entrega forma parte de la campaña de ayuda social que la Fundación Romero ha estado impulsando frente al friaje y las heladas en diversas regiones del país. Recientemente, la Fundación también entregó más de 6.000 packs de ayuda en Huancavelica y Junín, donde la población enfrenta condiciones extremas a más de 4.000 metros de altitud.

Estamos comprometidos con el bienestar de las comunidades más vulnerables y continuaremos trabajando para brindarles el apoyo necesario en momentos críticos”, afirma Martín Pérez, Director ejecutivo de la Fundación Romero.

PUNO TENDRÁ 2 NUEVAS UNIVERSIDADES NACIONALES

De las 11 universidades que han sido oficializadas por Dina Boluarte, 2 se construirán en el sur del país. Una de ellas ofrecerá la carrera profesional de Ingeniería Agroindustrial-Ecológica.

José Sáenz. LA REPUBLICA.- En su mensaje a la nación con motivo de las Fiestas Patrias, la presidenta Dina Boluarte anunció que su Gobierno está promoviendo la creación de 11 nuevas universidades en diversas regiones del país. A pesar de las críticas que han surgido en torno a la calidad educativa de las nuevas instituciones, la mandataria subrayó que la iniciativa tiene como objetivo beneficiar a más de 27,000 estudiantes en todo el Perú.

“Comprometidos con la educación universitaria, incrementamos en 48% el presupuesto de las universidades públicas, a 6.968 millones de soles”, comentó Boluarte. De estas 11 nuevas universidades, 2 se encuentran en la región Puno.

La presidenta Dina Boluarte promulgó la ley que declara de interés Nacional la Creación de la Universidad Nacional Fronteriza Autónoma de Yunguyo en mayo de este año. Foto: Andina

¿Cuáles serán las nuevas universidades de Puno?

En los próximos años, la región de Puno contará con dos nuevas universidades. La primera será la Universidad Nacional Fronteriza Autónoma de Yunguyo (UNAFY), situada en el distrito de Yunguyo, establecida mediante la ley 07797. La segunda, la Universidad Nacional de Carabaya, se ubicará en el distrito de Mucusani, y su creación está respaldada por la ley 32011.

La implementación y el funcionamiento de ambas universidades se financiarán con recursos propios, donaciones, legados y recursos del canon de la zona.

Además, contarán con un presupuesto asignado por el Ministerio de Economía y el Gobierno Regional de Puno. Actualmente, las comisiones organizadoras, encargadas de la administración y construcción de estas nuevas instituciones, están en funcionamiento.

La región de Puno contará con dos nuevas universidades en los próximos años. Una estará ubicada en el distrito de Yunguyo. Foto: Congreso

¿Qué carreras profesionales ofrecerán?

Universidad Nacional Fronteriza Autónoma de Yunguyo

Medicina Humana / Medicina Alternativa / Comercio Internacional y Finanzas / Gerencia Estratégica y Gestión Pública / Ingeniería Sanitaria y Recursos Hídricos /Industria Textil / Ingeniería Agroindustrial-Ecológica / Psicología / Etnología y Turismo.

Universidad Nacional de CarabayaEconomía / Contabilidad / Ingeniería Agropecuaria / Ingeniería Ambiental / Ingeniería Civil / Ingeniería de Recursos Energéticos / Ingeniería de Sistemas / Medicina Humana / Obstetricia / Enfermería / Psicología.

PIDEN INTERVENCIÓN DE CONTRALORÍA GENERAL EN EL PROYECTO REGIONAL ARTESANÍA

ONDA AZUL PUNO 15 agosto, 2024.-

Presidenta de la Federación Regional de Artesanos lamentó que, desde el Consejo Regional de Puno no se haya implementado algunas acciones correctivas en el Proyecto Regional Artesanía

Rosa Colquehuanca, presidente de la Federación Regional de Artesanos de la región Puno, lamentó que, el gobernador regional Richard Hancco Soncco haya minimizado las diversas irregularidades y anomalías que hoy se evidencian en el Proyecto Regional Artesanía, cuyo expediente ha sido modificado únicamente para elevar la remuneración del jefe de proyecto, técnicos y otros trabajadores. 

Dijo que, esta modificación del documento ha postergado la capacitación a los artesanos, que es un componente del proyecto, “lamentablemente lo únicos beneficiarios han sido los jefes del proyecto, quienes se han pagado con total normalidad en estos 10 meses de paralización”, indicó.

Lamentó que, desde el Consejo Regional de Puno no se haya implementado algunas acciones correctivas, más aún siendo visible, “pareciera que hay una actitud de blindar todas estas irregularidades, que solo benefician a la gente del partido político”, indicó la representante de los artesanos en Puno; quien afirmó que, solicitará la intervención de la Contraloría General de la República, a fin de transparentar algunas denuncias. <>

domingo, 11 de agosto de 2024

MAS SOBRE UNA HISTORICA DESOBEDIENCIA VICTORIOSA

 BATALLA DE JUNIN.

SE CUMPLEN 200 AÑOS.

120 USARES DEL PERU, CONVIRTIERON LA DERROTA EN VICTORIA, EN EL CAMPO DE BATALLA, DESOBEDECIENDO ORDENES.

BOLÍVAR, HUYÒ ABANDONANDO A SUS HOMBRES.

 Por Danilo Sánchez Lihón

Fragmento de su libro “La épica victoria de Junín. Las huellas de nuestros sueños”. 

D

esobediencia audaz de José Andrés Razuri. Patriotismo y valentía de Isidoro Suarez. Desprecio de Bolívar por tropas peruanas y abandono del campo de batalla; ordena retirada. Tres horas después, se entera de la victoria patriota

Siendo las 4 de la tarde de hoy, 6 de agosto del año 1824, la batalla ya está irremediablemente perdida para el ejército patriota, integrado principalmente por fuerzas colombianas, peruanas, argentinas, venezolanas y chilenas. Otra vez la victoria es para el arma de la caballería española, hace centurias, imbatible.

Pero aún se escucha el choque de sables, el galope y el piafar de los caballos, los gritos y quejidos de los heridos en el aire translúcido de la tarde. Es horrendo el acezar de los que caen atravesados por las lanzas, el bronco retumbar de los cuerpos antes ágiles que se desploman sobre la tierra. El agudo quejido de quienes son atravesados por las espadas, y otra vez el relincho de los caballos al escape. O de los que se doblegan descoyuntados, o abiertos por algún tajo, hecho al quitar el cuerpo el combatiente al cual iba dirigido el sablazo.

Los escuadrones independentistas en estos momentos siguen siendo diezmados por las armas punzocortantes realistas, aunque algunos ya se baten en retirada. El agrupamiento que comanda directamente el general Miller va amenguando desordenado, pese a la bravura con que siguen luchando.

En estas circunstancias es que el comandante Isidoro Suárez, de apenas 23 años y jefe de los dos escuadrones que no han sido tomados en cuenta para ingresar a batalla, pide a su ayudante de campo, el teniente José Andrés Rázuri, que solicite órdenes concretas al General José de La Mar, acerca de las acciones que deberían tomar.

Ya Bolívar ha emprendido veloz carrera montado en “Palomo” su alazán blanco, huyendo desde el altozano desde donde ha contemplado la batalla, a unirse con la infantería que avanza a dos leguas de distancia al mando del General Sucre.

José Andrés Rázuri se acerca apresurado al General La Mar y aun galopando le consulta:

– El coronel Isidoro Suárez pide órdenes e instrucciones para los dos escuadrones a su mando.

– ¡Que huyan! –Dice a gritos La Mar– ¡Que emprendan la fuga! ¡Sálvense! ¡Escapen como puedan!

Rázuri espolea su caballo de regreso, bordeando el escenario de la batalla.

Le conmueve el titubeo de nuestras banderas, que aún flamean inhiestas. Y presiente el holocausto de los sueños más acariciados de una patria libre.

– ¿Qué dice? –Insiste Suárez con ansiedad al verle llegar.

Las palabras parecen habérsele atascado en su boca.

Ya terminan de pasar los jinetes españoles persiguiendo a los grupos dispersos de patriotas americanos.

– ¡Cuál es la orden! –Amenaza Suárez haciendo cabriolear su caballo.

Rázuri, al divisar otra vez cómo se escarnece a los nuestros, consciente que arriesga la vida, cambia en su mente y después en su boca la orden. Y las palabras sin vacilar brotan inatajables:

– Dice: ¡Ataquen como puedan! ¡Esa es la orden!

Rázuri después de haber respondido otra vez ha vuelto los ojos al campo de batalla en el momento en que se acuchilla a varios jinetes patriotas

Al decirlo ha sido consciente, como ironía, que el cambio apenas distan dos sílabas, que ni siquiera modifica totalmente una palabra completa. Pero que de repente de ello depende la libertad de América e ineluctablemente ahora también su destino.

Es inminente que por ello será fusilado, sin atenuantes ni apelaciones al alterar una orden en pleno campo de batalla, cualquiera sea el resultado que se obtenga. El Código Militar en tal sentido es estricto.

Pero todo sacrificio por el sueño de una patria libre vale la pena. Al final, la orden de ¡Escapen!, en el sonido, está tan cerca de: ¡Ataquen! ¡Apenas parece cambiada!

Ràzuri y Suàrez

Para Isidoro Suárez la orden, tal y como ha sido anunciada, es lo que él esperaba. Y se regocija por ello. ¡Ahora es el momento de cargar!, piensa.

Por eso, sin demora levanta su espada, investido de un fuego sagrado, tres veces la blande en el aire, que relumbra ante sus más de cien hombres montados sobre mulas y caballos que hieren con sus belfos espumosos el aire de la tarde.

Antes de hincar los talones en los ijares de su corcel, se oye primero decir:

– ¡Soldados! ¡Desenvainen…! ¡Espadas!

Y luego prorrumpe en un grito:

– ¡Húsares del Perú! ¡Al ataque!

Cien voces resuenan como si temblara la tierra en un grito límpido y unánime:

– ¡Al ataque!

Pican espuelas y arremeten con tal furor que hacen trastrabillar a todo un ejército ya victorioso, a quien atacan por la retaguardia, y quienes ya sentían haber ganado la batalla.

El ímpetu es tal que no dejan jinete sobre caballo enemigo. Uno a uno va cayendo.

Ahora todo es un bosque tupido y trabado de lanzas y sables.

El rasguito de las espadas se oye como bordones graves, o a ratos agudos lamentos de guitarras.

O los gritos de quienes son cercenados o acuchillados con la espada, o atravesados por la lanza, se confunde con los clarines sonámbulos.

El rasguito a alas de moscas de los cuchillos entona con los tambores lejanos.

El vuelo cortante de las espadas, cuando surcan el aire, es el mismo sonido a cuerdas de mandolinas que se rasgan, se rompen y se callan para siempre.

Y en apenas veinte minutos están revirtiendo la contienda.

Necochea estaba herido y hecho prisionero y acaba de ser rescatado. Miller huía y ha vuelto. Y en estos momentos contraataca, encerrando a la caballería enemiga entre dos frentes.

Bolívar emprendió la fuga, se dice que para apurar a la infantería, y ver si con ella algo aún se puede salvar.

Pero, en estos momentos, más bien se persiguen a las escuadras realistas. Y Canterac deja el campo de batalla sin creer lo que sus ojos están viendo.

345 cuerpos de jinetes del ejército realista han quedado regados en el campo de batalla. 400 caballos ensillados con todos sus aparejos pasan a manos del ejército patriota. 17 jefes y oficiales del Ejército del Rey yacen muertos en la pampa. 80 prisioneros, entre jefes y soldados, restañan sus heridas.

No ha habido un solo disparo, ninguna explosión que produjera humo, ninguna detonación ha denigrado ni contaminado esta ara del sacrificio. Una ley sacrosanta ha querido que este sea un rito y una gesta heroica.

No lo ha mancillado el humo de ninguna detonación ni la pólvora de ninguna cobardía. Todo ha sido zumbido de espadas. Todo fuerza del músculo y del coraje.

Ya ha cesado el combate. Ya se detuvo la persecución.

La trabazón ha sido feroz, tanto que la mitad de muertos patriotas en esta contienda ha sido de los Húsares del Perú, que han quedado regados en el campo.

Algunos cuerpos aún yacen colgados del estribo de los caballos que relinchan y se sacuden impacientes.

Los jinetes del ejército realista del general Canterac sobrevivientes finalmente han emprendido la fuga más humillante durante largos siglos en que no habían sido abatidos.

La masa de bronce de la caballería del Regimiento Húsares del Perú, que se ha investido de gloria esta tarde, en su gran mayoría provienen de Trujillo, Chiclayo, Lambayeque y de la cuenca del Mantaro.

Los Húsares del Perú es un ejército de montoneros mestizos, la mayoría cetrinos, que han combatido en guerra de guerrillas al ejército colonial, que los teme como a nadie.

Para que no quepa dudas, todos visten de poncho, a ratos increíblemente colgado del hombro. Y todos tienen un lazo envuelto que cuelga de la silla de sus caballos.

En su mayoría usan un sombrero gacho de lana de vicuña en la cabeza.

Como armas tienen espadas, cuchillos, lanzas o picas que manejan con increíble destreza.

Ellos ya se han enfrentado en cientos de escaramuzas al ejército español.

Ellos mismos se han organizado y no reciben pago alguno de nadie.

700 peruanos se han incorporado en Rancas al ejército libertador el día 3 de agosto, es decir hace tres días. Y ellos son los que han dado la victoria.

Cuando los primeros mensajeros han llegado hasta el refugio de Bolívar y le han dado la noticia de la victoria este no podía creerla.

– ¡Imposible! –Ha sido la palabra más frecuente que ha salido de su boca.

Sin embargo, el General La Mar, jefe de la división peruana ha mandado llamar al teniente José Andrés Rázuri, natural de San Pedro de Lloc, población muy cerca de Trujillo, sobre quien pende orden de fusilamiento, y a quien interroga.

Tras amonestarle severamente con gesto adusto por su intolerable indisciplina, le dice de manera tajante:

– Supongo que usted conoce el Código Militar.

– Sí, mi general

– ¿Entonces, que significa cambiar una instrucción en el campo de batalla?

– Pena de muerte inminente e inapelable.

– ¿Es usted totalmente consciente de ello?

– Sí, mi General.

– Quiero decirle primero que soy consciente, y todo el ejército patriota lo sabe, que a usted se debe la victoria de esta tarde, pero ya sabe que en este tipo de decisiones los resultados no cuentan, cualesquiera que hayan sido.

– Sí, mi General.

– ¿Entonces? Dígame una razón.

– Si me permite, le diré dos: La primera: Decidí arriesgar mi vida porque continúa el complot en contra del Ejército del Perú, que se nos dejó fuera de la batalla en nuestro propio suelo. Aludía a que esos dos escuadrones Bolívar los había desestimado completamente. Ni los tomó en cuenta. Los dejó en la retaguardia por olvido o por desprecio.

– Esta aseveración agrava su situación. ¿Y la segunda?

– Vi la huella de nuestros sueños entre la yerba y la escarcha en la pampa de Junín. Y consideré que nuestro ejército debía seguir esas huellas.

La Mar se queda largo rato mirándolo:

Y levantándose de su asiento lo abrazó efusivamente. <>