LOS 4 JINETES
DEL
APOCALIPSIS EN PUNO
PANDEMIA, INTOLERANCIA
SOCIAL, CORRUPCION Y SEQUIA EN EL 2023
El Apocalipsis de San Juan es el último
libro del Nuevo Testamento de la Biblia. También es conocido como Libro de las
revelaciones.
Los cuatro jinetes del apocalipsis. Representan las tragedias
e infortunios que dan fin a la humanidad. El caballo blanco es
cabalgado por el misterioso jinete de la victoria. El caballo rojo es montado
por el jinete de la guerra. El caballo negro es cabalgado por el jinete del hambre. El caballo de color bayo es
montado por el jinete de la muerte.
Escribe: Juan
José Vera del Carpio
No. No intento, en lo más mínimo, ser negativo,
pesimista o agorero predicando el fin del mundo. No. Busco la objetividad, en
medio de la gravedad de una situación insólita, con el afán de poner sobre
aviso que este año 2023 será pésimo y que debemos estar en guardia. Lo que
ocurre es que, el presente año, Puno enfrenta el desafío de una tragedia o
tormenta perfecta, que inevitable y dolorosamente desembocaría en caos y más
pobreza.
Como si los elementos componentes de la desdicha se
hubieran puesto de acuerdo, a manera de (gráfica y metafóricamente) los 4
primeros jinetes del apocalipsis se han alineado contra Puno, pues tenemos en
ciernes las amenazas pregonadas por cada uno de ellos. Primero la pandemia del COVID, de la cual a
duras penas logramos salir y que aún sufrimos sus secuelas. Segundo la intolerancia política social generada por grupos
étnicos inconformes, y desgraciadamente ideologizados, que han hecho de
la violencia y la beligerancia, la forma de hacerse escuchar. Como tercer
elemento perturbador, está el cambio climático que anuncia para el último
trimestre del año una grave sequía, como parte del Niño Global, y que
generalmente desemboca en hambruna, Y en cuarto lugar la corrupción y la absurda
ineficiencia de sus autoridades en todos sus niveles, que no logran tomar las
previsiones que amengüen estos impactos.
Saliendo de la
pandemia
De acuerdo a un último informe de la Región de Salud,
al cierre de la emergencia la situación del COVID 19 es la siguiente:
·
102,519 infectados (alrededor del 7% de la población)
·
39,955 fueron hospitalizados
· 3,159 fallecieron (cifra que no incluye a campesinos
que en las áreas rurales no lograron atención médica, en especial los miles de
puneños que regresaron (incluso a pie) de las ciudades donde migraron).
Las cifras nos aproximan a
entender el problema, pero no llegan a explicar en su real magnitud el drama
vivido durante ese tiempo, en que la economía, la producción, el empleo, la
vida social y comunitaria se deterioró notablemente. Oficialmente la cuarentena
e inmovilización social duró del 15 de marzo del 2020 a febrero del 2023. Sin
embargo, hay una larga secuela de daños al corazón, los riñones, la piel y el
cerebro, así como inflamación y problemas del sistema inmunitario, que Puno,
sin mayor apoyo tecnológico, ni sanitario, sigue afrontando. Adicionalmente en
Puno las bajas temperaturas y la altitud de los espacios de vida, hacen sentir con
más énfasis que en otros sitios las consecuencias de la pandemia.
¿Sequia
para fin de año?
De acuerdo a la información
disponible, por lo general la ocurrencia de un niño costero, origina la
disminución de lluvias en la sierra sur del Perú, especialmente en el altiplano
puneño. Cuando el fenómeno atmosférico es prolongado se producen sequías,
deteriorando la producción agropecuaria, que utiliza las técnicas de secano,
ante la ausencia de sistemas de riego y control de cuencas.
La escasa
nubosidad ocasionará que se registren altas temperaturas diurnas y bajas
temperaturas nocturnas (durante la noche y madrugada). Asimismo, se espera el
incremento de los índices de radiación UV y ráfagas de viento, especialmente
durante las tardes.
Como resultado, la vida de los pobladores desprotegidos del área rural
de Puno, corren alto riesgo. Especialistas del Senamhi indican que las
condiciones frías y secas incrementarían los daños como marchitez de hojas
(quemado), muerte de plántulas y otros efectos en los principales cultivos como
papa, avena, habas y otros, ubicados en las zonas por encima de 3500 m s. n. m
de la sierra sur. Asimismo, se considera una notable mortandad pecuaria, proliferación de plagas y
enfermedades. que afectarían principalmente a los pequeños productores
agrarios, así como la producción de energía eléctrica.
Una sequía
hará retroceder la recuperación de la expansión de pasturas forrajeras, que, de
acuerdo a la información del Banco Central de Reserva, sucursal de Puno, en los
últimos años y pese a la pandemia, han presentado un notable crecimiento, en
especial en avena forrajera y alfalfa.
Respecto a
la avena y cebada forrajera y alfalfas, en conjunto el censo agropecuario de
1993 registró poco más de 20,000 hectáreas. Ahora en la campaña 2021-2022 se
llega a 92,308 hectáreas.
Este
innegable éxito, que ha cambiado el escenario de la ganadería de carne y leche
de vacunos en el departamento de Puno corre el peligro de venirse abajo, si se
produce la tan temida sequía. Vale la pena destacar que este año se habla de un
“Niño Global” y no sólo de un “Niño Costero, localizado en el Perú”. El
fenómeno de calentamiento de los mares, en esta oportunidad y como consecuencia
del cambio climático, por primera vez se presentará en múltiples lugares del
planeta, de allí que no haya certeza del comportamiento en el Altiplano peruano
y que se presentaría con más intensidad entre noviembre del 2023 y el primer
semestre del 2024.
De
la rebeldía a la revuelta sin fin
En estos meses Puno ha
pasado por una etapa de convulsión social, en donde las leyes que rigen la vida
y las relaciones personales en sociedades civilizadas han sido sobrepasadas y
sustituidas por acciones violentistas, típicamente ilegales, que en muchos
casos han servido de cobertura a otro tipo de delitos, como la corrupción, el
contrabando o el narcotráfico, todo lo cual ha sido “superado” por un manto
impunidad. Aquí una breve reseña de antecedentes,
que explican el actual desprecio a la vigencia de la ley y el predominio de
actitudes violentistas, que soterradamente ienen un trasfondo ideológico, de un
discurso de izquierdas que el mundo ya superó, pero que en Puno tinen vigencia,
pese a ser prédicas que vienen de mediados del siglo XIX.
·
En abril del 2004 pobladores de Ilave, capital de la provincia de El
Collao, decidieron cambiar al Alcalde legítima y democráticamente electo Robles
Collamamani. Una turba sacó a empellones de su casa al Alcalde y a golpes lo
llevó a la plaza de Armas de la ciudad, donde la turba lo asesinó brutalmente. Años
después la Contraloría General de la República dictaminó que no se encontró
dolo en la administración del alcalde asesinado y pasados 10 años el Poder
Judicial encontró como culpables intelectuales del crimen al Teniente Alcalde
Alberto Sandoval y a Valentín Ramírez a
quienes impuso 30 años de prisión. Ninguno de los actores activos y materiales
del crimen (que fueron identificados) fueron sancionados, pues vendieron la
idea que fue una turba de aymaras los actores, que actuaban al amparo de sus
leyes ancestrales. Es decir, la justicia
dictaminó la impunidad.
·
En febrero del 2017, el Presidente de la República Pedro Pablo Kucynzky visitó Puno y en un acto de
demagogia pura, en un discurso pronunciado en la plaza de armas de Juliaca
declaró que “un poquito de contrabando no hace daño” justificando,
irresponsablemente, los miles de
millones de dólares que circulan en una economía negra que se inicia en el
puerto de Iquique en Chile, pasa por La Paz en Bolivia, ingresa al Perú en
caravanas de camiones (las llamadas “culebras”) y luego inundan Arequipa y
Lima, con grave daño a la economía formal del país. Es decir, la primera
autoridad del país, declaró que los
contrabandistas eran impunes,
·
Se conoce como
'Aymarazo' al conjunto de acciones de
enfrentamiento social que se desarrollaron en la región Puno entre mayo y junio
de 2011, durante las últimas semanas del gobierno aprista de Alan García Pérez.
En resumen, los pobladores de la zona sur de Puno, de origen aymara, apoyados
por ONGs, protestaron pidiendo la nulidad de la concesión de la mina Santa Ana
de la canadiense Bear Creek Mining Corporation (BCMC). Las protestas
se vuelven violentas. El 10 de mayo del 2011, una turba de autoproclamados
“aymaras” ingresa a la ciudad de Puno, saquea e incendia la SUNAT, la
Gobernación, la Contraloría y los almacenes de la Aduana, donde estaban los
decomisos del contrabando. El 24 de junio otra turba toma e incendia el
aeropuerto internacional de Juliaca, muriendo 7 manifestantes por acción
policíal. Luego de eso la policía y el Ejército se negaron a salir a controlar
el caos. Días después el candidato Ollanta Humala avaló los hechos. Por su
parte el Poder Judicial toma preso a Walter Aduviri Calisaya, el líder aymara,
que dirigió la asonada y años más tarde, lo sentencia a 7 años de cárcel. A la
fecha no se ha procesado a los culpables del incendio de Juliaca y los 7
muertos. Tampoco fueron sancionados los que incendiaron los locales públicos en
la ciudad de Puno. Una vez más la
impunidad.
Estos
cuatro antecedentes sirven de telón de fondo a lo acontecido entre diciembre
del año pasado y marzo del 2023 en que luego de meses de ser organizados por
agentes del gobierno, infiltrados en defensa del ex presidente Castillo. Creo
que los desmanes se dan no sólo por culpa de la azuzada población. sino por
negligencia e inacción de las autoridades. La población aimara está consciente
que sus protestas al margen de la ley están rodeadas de impunidad y que no les
va a pasar nada. A inicios de este año, el país ha quedado impactado por las
decenas de muertos a causa de la acción de policías y militares. Pero también
duele la muerte de un policía quemado vivo y 6 soldado ahogados en el río
Ilave. Es decir, peligrosamente el Departamento de Puno se convierte en un
campo sin ley. Encima los dirigentes políticos bolivianos azuzan al quiebre
total de la autoridad para una anexión territorial. En Lima, el Gobierno
Central y el Congreso viven ajenos a a la realidad regional de Puno, no tienen una
estrategia de abordaje. Quieren conversar con las cúpulas dirigentes, cuando el
problema va más allá, pues compromete a la población misma. Estamos en un punto
muerto y la impunidad adiciona a la corrupción y la ilegalidad para crear un
escenario secesionista y desafiante y la
impunidad continúa.
Ineficiencia
y corrupción de la burocracia regional
La ausencia de inversión
pública, básicamente, no es por falta de dinero. Conforme podemos apreciar en
el siguiente cuadro el año 2021 las autoridades de Puno y Lima dejaron de
gastar 930 millones de soles y al año siguiente 2022 no gastaron otros 767
millones de soles que estaban no sólo presupuestados, sino listos para ser
girados cuando le fuesen solicitados.
Sólo en dos años le
devolvieron al Tesoro Público 1,697 millones de soles, como si en Puno no
hubiera necesidades urgentes e históricas que atender. Los que más dejaron de
gastar fueron los Gobiernos Locales que devolvieron presupuestos por 746.9
millones de soles, olvidándose de las necesidades de sus pobladores, en
especial durante la pandemia.
Otro tema importante es
resaltar, que Puno (en los 2 años) apenas logró financiar 1,652 millones de los
12,637 millones que efectivamente fueron gastados por las autoridades
departamentales, Es decir que de cada 100 soles que el Estado gasta en Puno,
sólo 13 son producidos por la región y los restantes 87 es el esfuerzo del
resto del Perú y entregados a Puno para su Desarrollo.
En
conclusión
De no afrontarse
satisfactoriamente los cuatro desafíos (secuelas de la pandemia del COVID, la
sequía provocada por el fenómeno del Niño, la
ineficiencia corrupta de las autoridades regionales y las
insatisfacciones sociales violentistas) las pérdidas económicas volverán más
pobres a los campesinos y también a pobladores urbanos. Baste señalar que el
año 2022 Puno ha retornado al grupo de los 4 departamentos, más pobres del
Perú. Se necesita desideologizar la confrontación, acercarse a la base
campesinas, demostrar que no hay impunidad sobre la violencia y el delito. Que
no sigamos enterrando las riquezas y potencialidades de Puno en ideologías
trasnochadas y malsanas. Hay que romper la maldición apocalíptica de que los
puneños son pobres en una región rica, en donde lo que falta son líderes que
gestione adecuada y honradamente las opciones de capital y trabajo, pues los
recursos naturales allí están. Y cuidado que la tecnología pueden volver
obsoletos alguno de los recursos que podemos explotar. <>