viernes, 23 de julio de 2021

LA COYUNTURA POLITICA PERUANA SEGUN HILDEBRANDT

 

PRUDENCIA

NO ES MALA PALABRA

César Hildebrandt

Tomado de HILDEBRANDT EN SUS TRECE N° 549, 23JUL21

C

obraban 82,000 soles por una cama UCI para enfermos graves de la Covid! ¡Y lo hacían en el hospital Almenara, de EsSalud!

Bueno, esos buitres lo que estaban haciendo era empezar la privatización completa de la salud, esa que se habría llevado a cabo si Porky era elegido y la bancada de alias La Chica apoyaba esa idea. O si alias La Chica era elegida y las bancadas de Porky, Hernando de Soto, César Acuña y Luna Gálvez apuntalaban la iniciativa.

La Constitución de 1993 maldice al Estado y le da al capital un estatuto de derechos especiales e inapelables. Una consecuencia perversa de ese marco constitucional es la abolición del concepto de nosotros. Por eso es que, en el Perú, la compasión social es comunismo, la búsqueda de la igualdad (ante la ley) es terrorismo y los bomberos, a quienes deberíamos reverenciar, resultan grandes cojudos. En el mundo del populacho conservador, que el fujimorismo arrea en buses, los machomanes y las machomanas se sienten realizados cuando pueden gritarle a alguien “caviar”. Eso les aclara el mundo y les simplifica el léxico: los caviares dudan, mariconean con sus matices, arruinan la luz.

La derecha ve marxismo hasta en una sopa de sobre, pero lo que no sabe es que al convertir la Constitución del 93 en “sagrada biblia” está demostrando, marxistamente, que dicho documento le pertenece, tiene su firma, es de clase, fue hecho por Fujimori para proteger exclusivamente sus intereses. Esa es la razón por la que alias La Chica, su heredera, ha estado a punto de llegar a la presidencia por tercera vez. Esa es la razón de tanto odio cariado: ¡quieren cambiar la Constitución que su golpista favorito redactó para la eternidad! ¡Y la eternidad es eternidad, comunistas de mierda!

¿Cuánto costaba no morirse en las clínicas privadas? ¿Cuánto pagaban los familiares de los que, a pesar de todo, terminaban muriéndose en la clínica San Felipe? ¿Cuánto costaba un panadol en ese mundo que dominan algunas compañías de seguros y otros accionistas insaciables?

¿La enfermedad es un gran negocio? Claro que sí. Y la parca que merodea angurrienta ¿es una ventana de oportunidad para los emprendedores? Por supuesto que sí. ¿No es la Covid un buen escenario para que el sacro mercado funcione, con su mano de dios y sus uñas peseteras? La respuesta también es sí. Así de inventivos somos los peruanos cuando vemos una rendija, una necesidad desesperada, un dolor dispuesto a cualquier váucher.

El neoliberalismo apostó por una jungla de egoísmos en batalla campal permanente. El resultado está allí.

Si la plata manda y el mercado decide, ¿cuál es el escándalo?

¿No tienes dinero? ¡Muérete! ¿No tienes chamba? Es porque no la buscas. ¿Eres un miserable? Así lo quisiste. ¿Te duele el éxito de los que prosperan? Eres un rojo sin remedio. Pero, eso sí: a mí no me cambias mi constitución, la que en 1993 logramos hacer después de barrer con el congreso y todos los contrapoderes. ¡No me vengas con eso, terruco!

Es cierto: rentaban camas UCI en un hospital público de Lima. ¿Y acaso no hemos decidido desde hace muchos años quiénes deben vivir sin agua y sin luz, con todo lo que eso significa en materia de salud y calidad de vida? Nosotros, los embajadores criollos del destino, ¿no hemos impuesto la pobreza en buena parte de nuestras regiones rurales? La miseria histórica en Huancavelica ¿no nos parece natural?

¿Cuántas muertes causa en el Perú el desprecio? ¿Cuántas el racismo? Todos vamos a morir, es cierto, pero en el Perú muchos se mueren de exclusión. Son los que viven en los bantustanes que seguimos llamando “asentamientos humanos”, las víctimas del maltrato a la agricultura que no exporta, los viejos herederos del Perú mediterráneo.

Por todo ello es que la proclamación de Pedro Castillo es, antes que nada, una gran lección.

El civilismo varias veces reencarnado creyó que los militares, empujados por el clamor reaccionario, sacarían las castañas del fuego. Creyeron que el Jurado Nacional de Elecciones cedería ante su prepotencia y se encontraron con unos servidores públicos que hicieron, al final, su trabajo. Creyeron que Mario Vargas Llosa, disfrazado de pobre diablo, ayudaría decisivamente y se tropezaron con que hasta en el diario “El País” tomaron higiénica distancia. Creyeron que los criptólogos, la voz del PP en Madrid, Hume y sus mascotas, “El Comercio” y la matancera darían una mano. Se encomendaron a los muertos en el VRAEM, a los terrores anunciados por Willax, a los insultos del periodismo a destajo, y no pudieron.

La derrota no es del fujimorismo solamente. La derecha histórica ha recibido un sopapo que le recuerda los peores momentos de Velasco. El problema es que Castillo ha salido de las urnas y no de los cuarteles. Y ese es el verdadero tema. Por eso es que ensuciar la elección con todo lo que cupiera en el colon descendente del sistema era un imperativo. Si las elecciones no fueron limpias, la guerra contra el gobierno surgido del fraude se anuncia como ‘legítima”. Ya lo dijo alias La Chica. Ya lo están haciendo RPP y “El Comercio” y su archipiélago.

Frente a este escenario, el presidente electo debería pensar que plantear la asamblea constituyente como eje de su discurso inaugural podría ser un desatino. No es que la Constitución del 93 no deba cambiar. Es que el primer deber de un gobierno enfrentado a un ejército de enemigos dispuestos a todo -Vargas Llosa dixit- es durar. Y para eso es imprescindible afirrqarse con una buena gestión de la crisis de salud y con un desempeño económico que no se traiga abajo la inversión, aunque empiece con algunas de las reformas prometidas. Debutar como presidente con la asamblea constituyente como prioridad podría ser el típico error maximalista. Como se lee en “El Paraíso” dantesco: “el tiro que se ve venir llega más lentamente”.

A la derecha se le hace agua la boca pensando en un Castillo confrontacional y temerario. Sería de sabios dejarla salivar inútilmente. ▒▒

miércoles, 21 de julio de 2021

SOBRE EL PRESIDENTE ELECTO

 EL ARDOR DEL SOMBRERO

Christian Reynoso

La Mula.PE

S

iempre me llamó la atención la última frase que Mario Vargas Llosa escribió en uno de sus artículos recientes: “Por eso, he hecho campaña por Keiko Fujimori y deseo ardientemente que gane esta elección” (ver “La República” del 6/6/21). Podemos suponer que se trataba de un deseo que iba más allá de cualquier arrebato y razón. Un deseo ardiente, quemante, llameante. Pues, el empleo de “ardientemente” le daba a la frase una connotación especial. Es posible suponer que ese sentir ardoroso fuera abrazado también por los simpatizantes y seguidores circunstanciales de Keiko.

Hoy, que Pedro Castillo ha sido proclamado oficialmente como presidente del Perú, luego de 43 días de haberse llevado a cabo la elección (un tiempo inédito en la historia electoral de nuestro país), podemos suponer que el deseo ardiente se ha transformado en ardorosa urticaria, en irritación permanente que podría lindar con la desesperación y el rencor, producto de la derrota. Pues, el Jurado Nacional de Elecciones ha resuelto en contra, la seguidilla delirante de recursos presentados por Keiko y compañía que alegaban un fraude, a todas luces inexistente.

Pero sería ingenuo pensar que esta historia de ardores y ardides terminará con la proclamación y próxima toma de mando de Castillo el tradicional 28 de julio. Más bien, ese día se iniciará un nuevo capítulo, pues la narrativa ardiente de tener en Palacio a un presidente ilegítimo que ahora ensaya el fujimorismo en combina con sus voceros y defensores “democráticos”, estará presente en la agenda y traerá pedidos de vacancia al menor movimiento errado de sombrero. Castillo deberá tener varios sombreros a la mano y estar atento a los vientos nuevos.

Trabajar y pensar en el país de una manera conjunta debería ser un deber de las fuerzas políticas, una necesidad más allá de los resquemores y de las discrepancias naturales; más allá de los sombreros y los ardores. Aun así que la realpolitik peruana nos haya acostumbrado más a los desencantos que a las certezas. En todo caso, nada nos impide pensar-imaginar-desear ardientemente que ojalá los próximos cinco años haya más certezas para el Perú, y respeto por las diferencias, y consensos que nos libren de la infamia, la sinrazón y la estupidez.

 

NOTAS PARA LA HISTORIA DEL PERIODISMO PUNEÑO

Tomado de PUNO ILUSTRADO Marzo 1919

Para honor de Puno, su periodismo jamás ha descendido a la forma pasquinesca, siempre se ha discutido tanto los problemas locales, como los del país y aún los personales, cuando ha llegado el caso, en forma que demuestra el es­píritu ponderado de sus directores. Sin embargo, el periodismo principista, recién apuntala, son las nuevas generacio­nes las que se empeñan en orientar el periodismo por este rumbo. Aminora­do, sino concluido para siempre, el ré­gimen del gamonalismo, los nuevos pe­riódicos marcan orientaciones muchas de ellas avanzadas tanto en el terreno po­lítico como en el literario.


A los periódicos "El Ciudadano" sub-decano de la prensa del Sur, "La Época", "La 2a. Época", "La Luz" "La Democracia", "El Eco de Puno", de cariz netamente informativo con ten­dencias conservadoras en el orden ge­neral de las ideas, reemplazan en estos últimos tiempos "El Siglo", "La Tea", "La Voz del Obrero", "El Collao", "Luz y Sombra", "Atalanta y "La Re­volución" que se editaba en Arequipa con tendencias radicales.

Seguramente es el periodismo que mejor interpreta la idiosincrasia de la mentalidad de Puno. La juventud puneña tiene ese distintivo sobre todas las demás de la república, comparable solo con la cuzqueña, la de llevar al periodismo la prosa viril y candente, el verso que in­terpreta la naturaleza serrana y canta los dolores y los anhelos de la raza. Tal vez si la forma no responda a las exi­gencias del clasicismo, pero en el fon­do no hay juventud cuyo pensamiento no sea más sólido y cuyas ideas no sean más fecundas que la serrana, entre las cuales está precisamente Puno.

El periodismo simplemente literario ha tenido sus épocas y sus representa­tivos, pero en muy pequeña escala. Es en estos últimos diez años cuando la juventud muestra tendencias al género literario sin desprenderse de su propó­sito fundamental cual es el lema de un marcado realismo, tanto en el verso como en la prosa. A los antiguos escri­tores ya conocidos en Puno, tenemos que agregar nombres de jóvenes, casi niños que se inician con fe en el campo del periodismo, ellos son: Arturo y Ale­jandro Peralta, Emilio Romero, Aure­lio Martínez, Emilio Armaza, José Solórzano Castilla, José Torres, Víctor Vi­llar, José M. Sierra, Juan Jiménez.

Al iniciar estas páginas tenemos for­zosamente que recordar a los que nos antecedieron en esta labor del periodis­mo cuya trascendencia es indiscutible en la formación del espíritu colectivo. Han de vivir en nuestro espíritu, los nombres de don Adrián Solórzano, Carlos Oquendo, Gustavo Manrique, Celso Briones, Antonio Cesar Ponce, y otros más.

PERIODICOS PUNEÑOS ANTIGUOS

 CIRRUS

“Revista mensual de letras, ciencias, pedagogía i sport” fundada en
Puno en 1925 (desconocemos la fecha de su primer y último número). Cada ejemplar tenía el valor de $1.50, siendo impreso en los talleres de la Tipografía Comercial.

El ejemplar digitalizado por el Instituto Iberoamericano de Patrimonio Cultural Prusiano (Año 1, nro. 2, 28 jul. 1925) contiene copiosa y variada información sobre el Centenario de la Independencia de Puno y su realidad social, política y cultural, entre reseñas históricas, bocetos, reflexiones, poemas y fotografías. Podemos rescatar algunos pasajes como: una nota titulada “Nuestro homenaje” con motivo de los cien años de la independencia puneña, seguido de un artículo denominado “Independencia de Puno”, el cual presenta una reseña histórica de dicho proceso histórico; un boceto biográfico en honor a Telésforo Catacora, maestro ejemplar de Puno a fines del siglo XIX; una descripción del proyecto de Francisco Carrascón y Solá con respecto a su plan formulado en 1801, el cual consistía en la creación de un nuevo virreinato en Puno; una nota denominada “Panoramas históricos del Cuzco”, el cual nos ofrece una mirada a los principales parajes históricos de la región; un artículo titulado “Nuestros problemas educativos”, donde se exponen los principales problemas que atraviesa la educación primaria en Puno. Además, se insertan registros fotográficos de Augusto B. Leguía, Manuel Pino (héroe de la batalla de San Juan), Pedro José de Noriega (senador por Puno y presidente del Comité Pro-Centenario), Félix Costa Laurent (prefecto de Puno), entre otros; incluso encontramos una fotografía del monumento erigido a los héroes de la independencia de Puno en la isla Esteves (lago Titicaca), entre otros.

Existencias digitalizadas:   Los siguientes números pueden ser consultados a través del Instituto Iberoamericano de Patrimonio Cultural PrusianO

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LA ACTUALIDAD (PUNO, 1879-[1880])

Periódico puneño de aparición semanal. Fue fundado en 1879 y tuvo
como editor a Jorge Bussy. Sus páginas guardaron cierto favoritismo hacia Nicolás de Piérola, incluso se podría decir que tuvo una posición anticivilista, todo ello en el contexto de la guerra del Pacífico. Desconocemos la fecha de su último número, pero se publicó al menos hasta 1880.

El ejemplar digitalizado por la Biblioteca Nacional del Perú (Año I, nro. 17, 21 feb. 1880) contiene diversas notas periodísticas, correos entrantes y salientes, documentos municipales, entre otros.  Resaltan algunos pasajes, como señalamos a continuación. Primero, una nota de E. del Pino titulada “Nuevo prefecto”, referida a la designación de Elías Malpartida como prefecto de Puno.

Otra, denominada “La Situación”, en el que el editor resalta el papel de Nicolás de Piérola durante la guerra del Pacífico, cuyo accionar fue el de reorganizar el ejército peruano sobre nuevas bases, mandando a todos los departamentos a personas decididas y comprometidas en salvaguardar la defensa nacional; además, hace un llamado a “los hijos del Titicaca” para que apoyen al prefecto en esta difícil tarea. Se inserta también una “Crónica local”, donde el columnista denuncia el accionar de los civilistas por difamar contra Piérola. Otro documento está dedicado al Tesorero del Concejo Provincial, de quien se presume la malversación de fondos del municipio. Finalmente, en la nota periodística titulada “Sucesos políticos de Huancané”, se informa sobre la protesta del pueblo de Moho por los atentados cometidos por el subprefecto Riveros y sus hijos contra estos ciudadanos.

--- Los siguientes números pueden ser consultados a través de la Biblioteca Digital de la Biblioteca Nacional del Perú: Año I, 1880: nro. 17 

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BOLETÍN TITIKAKA (PUNO, 1926-1930)

Revista literaria puneña en el cual tuvo el movimiento indigenista uno
de sus voceros más significativos. Apareció en agosto de 1926 bajo el nombre de Editorial Titicaca/Boletín, siendo desde diciembre de 1928 el primer número publicado como Boletín Titikaka. Publicó un total de 34 números hasta 1930, además de un ejemplar sin numeración de agosto de 1928. Fue dirigido por los hermanos Arturo (conocido como “Gamaliel Churata”) y Alejandro Peralta.

El número 34 de 1930 contiene un homenaje póstumo a José Carlos Mariátegui.

Existencias digitalizadas:

Los siguientes números pueden ser consultados a través del Instituto Ibero-Americano de Patrimonio Cultural Prusiano: 1926-1928: nros. 1-24 y nro. de ago. 1928

La colección completa ha sido compendiada por Perú Libertario en base a los ejemplares digitalizados del Instituto Ibero-Americano de Patrimonio Cultural Prusiano.




martes, 20 de julio de 2021

DESTACADOS PERIODISTAS PUNEÑOS

 GABINO VARGAS FLORES

PATRIARCA DEL PERIODISMO PUNEÑO 

Escribe: Fernando Chuquipiunta Machaca 

E

l “Jardín del Altiplano” es la hermosa ciudad de la primavera eterna y don Gabino Vargas Flores, nacido en Moho el 19 de febrero de 1923, es el patriarca del periodismo puneño. A la sazón, se relacionaría con personas amantes de las letras peruanas las cuales alimentarían su ingenio, es allí donde funda la Revista Cultural Moho en 1955, de edición mensual, por lo que es posible ahora conocer mejor todo cuanto sucedió en su amada tierra y al mismo tiempo, funda el Trío Musical de Moho, dando muestra de su filantropía y llevando consigo el arte de su tierra. 

Posteriormente nace el acucioso periodista consolidando su sueño desbordante. El 19 de septiembre de 1961, en plenas celebraciones de la Creación Política de la Provincia de Huancané, funda el periódico “Antorcha”, que en sus inicios se publicaría en el mural de la Plaza de Armas de Huancané, más adelante solventó el papel, el tipeo y mandó a mimeografear cada número que editaba y los gastos fueron asumidos por don Gabino Vargas Flores, quien a su vez, asume la labor de expendedor, es donde da a conocer los actos repudiables de violencia hacia el pueblo, luego frente a la adversidad de los gobernantes, incluso se informaba todo lo que sucedía en el pueblo huancaneño y en la región puneña. 


“Antorcha” fiel a sus postulados democráticos, cuya prédica es la unidad huancaneña y su lucha tenaz por una libertad irrestricta, es y será un vocero huancaneño al servicio del pueblo, que se convirtió en el primer periódico publicado en la revolucionaria ciudad de Huancané, difusor de verdades y defensor del pueblo. Dejó de arder para dar comienzo a otro capítulo en su existencia. Gabino Vargas Flores replica de esta manera. “Antorcha” fue mi gran sueño, me trajo alegrías y también ingratitudes”. 

Más tarde junto a selectos hombres de prensa, entre ellos, Heriberto Luza Bretel, Moisés Augusto Martínez Aparicio, Manuel Ortiz Coaquira, Miguel Pino Chávez, fundan en 1963 el periódico “Wala-Wala”, voz huancaneña al servicio de la provincia, convirtiéndose en la expresión pura del sentimiento y letras de la cultura puneña. 

Gabino Vargas Flores, al llegar a la ciudad lacustre de Puno, forma parte del Instituto Americano de Arte de Puno, del que más tarde fuera presidente. Además, colaboró en el diario Los Andes de Puno junto a Samuel Frisancho Pineda. Actualmente radica en la ciudad blanca de Arequipa. 

Su hijo Tirso Vargas Vargas dijo: “Si podría describir en pocas palabras a mi padre diría, es un hombre enamorado de las letras. El recuerdo que tengo de él es verlo diseñando a pluma y tinta sus primeras ediciones de su periódico “Antorcha”, sin duda, el periodismo era su pasión. Gabino Vargas Flores, a la fecha tiene cientos de hermosos poemas inéditos no publicados, destaca ese bello poema “A ti te canto Huancané”, muchos de ellos eran declamados por sus hijos, en diferentes escenarios. Es un orgullo que, a sus 98 años, muchos los recuerden como un hombre amante y defensor de la cultura de su pueblo. Gabino Vargas Flores, ya forma parte de la historia de su tierra natal Moho y de su querido Huancané”. 

Gloria Mendoza Borda escribió: “Los días discurrían entre el entusiasmo y la pasividad del pueblo allá por 1965. Don Gabino Vargas Flores siempre atento, delgado, con un terno gris, presuroso repartía su “Antorcha” por instituciones, colegios, oficinas, calles. En esas páginas leí un poema de José Luis Ayala. Cuando seguramente estaría empezando sus estudios superiores. En Puno se formó la Promoción Intelectual Carlos Oquendo de Amat integrada por seis jóvenes poetas. Dos de los integrantes éramos huancaneños. Dábamos lecturas de poesía en diferentes pueblos. El grupo publicaba Sur Intenso. Un buen día dimos un recital en Huancané con el apoyo del doctor Julio Mendoza Díaz. Fue en un teatro que quedaba en una esquina de la Plaza de Armas de Huancané. Cuando apenas comenzábamos se paralizó la planta eléctrica del pueblo. Percy Zaga Bustinza consiguió velas. Horas antes Gerardo García Rosales había ilustrado nuestros nombres en cartulinas y José Luis Ayala Olazával coordinaba el recital. Empezamos el acto, cada joven poeta con una vela en la mano, encabezados por el mayor de nuestro grupo José Luis Ayala, con solo 18 años de edad. Desde el público era inconfundible los perfiles de Gabino Vargas Flores, Hilda Perea, Betzabé Gironzini (…). Esa lejana noche fuimos presentados por el maestro Heriberto Luza Bretel (…). Hace años atrás, en un homenaje a Huancané, realizado en el Instituto Regional de Cultura de Arequipa, volví a ver el perfil de don Gabino Vargas Flores. Luego de casi un cuarto de siglo saludo públicamente a su antigua colaboradora. No pudimos conversar por la prisa de las horas. Solo dijo que publicaría su libro con el prólogo de Luis Alberto Sánchez. Nos queda en el recuerdo la imagen de don Gabino Vargas Flores surcando las calles de Huancané con su Antorcha en la mano”. 

Es menester hacer alusión que el periódico “Antorcha” circuló desde 1961 hasta 1972 y el periódico “Wala-Wala” tuvo dos años de publicación.  No obstante ello, la Municipalidad Provincial de Moho y la Municipalidad Provincial de Huancané, son las entidades llamadas para reeditar los periódicos “Antorcha” y “Wala-Wala”, ese sería, sin duda alguna, el mejor homenaje en vida al legado periodístico de don Gabino Vargas Flores. <>


ANALISIS DE LA COYUNTURA POLITICA PERUANA

 LOS GRANDES DERROTADOS

Por: Víctor Caballero Martin

Noticias SER.PE 19JUL21

Concluido el trabajo del Jurado Nacional de Elecciones, y en vísperas de la proclamación como ganador de las elecciones presidenciales del profesor Pedro Castillo, conviene reflexionar sobre los grandes derrotados.

No solo ha perdido por tercera vez Keiko Fujimori, le heredera de la dinastía fujimorista, sino, también la gran coalición de las derechas que amarraron su destino, sus principios y sus ideales tras el fujimorismo y lo que este representa.

De esta coalición de derechas derrotada, han sido doblemente derrotados los liberales peruanos, herederos del Movimiento Libertad que formara Mario Vargas Llosa (MVLL) en la década de los ochenta, y que se presentaba como la expresión moderna de la política peruana, dispuestos a combatir al totalitarismo, el estatismo, el atraso y defender la libertad, sobre todo, la libertad económica.

Esta vez, los más lúcidos representantes del liberalismo peruano, dirigidos por su buque insignia MVLL, hicieron un increíble traslape al sostener que defender al fujimorismo se defendía la democracia frente al comunismo. Lo dijeron sin pudor: el futuro de la democracia y la libertad en el Perú, dependía de que Keiko Fujimori gane, como sea, las elecciones.

No una derrota, sino muchas derrotas

Reflexionemos. Hagamos un recuento de una historia corta. La tercera derrota de Keiko Fujimori es también la tercera derrota de la propuesta de los liberales peruanos, pero con una particularidad: la primera derrota al liberalismo dirigidos por MVLL la propinó Alberto Fujimori. La segunda derrota fue en el periodo 2011 y 2016. La tercera, acaba de producirse.

 

La primera derrota: la experiencia del Movimiento Libertad y del FREDEMO

El más importante proyecto liberal que se gestó en el Perú fue obra de Mario Vargas Llosa y su partido Libertad. Se formó en 1986 como respuesta a la decisión del gobierno de Alan García de estatizar la banca privada; a partir de ahí levantaron un programa y un ideario libertario con el cual se trazaron como objetivo impulsar la más profunda revolución liberal. Se prepararon para gobernar, forjaron la alianza con los partidos AP – PPC – SODE y formaron el Frente Democrático FREDEMO con el cual emprendieron una gigantesca (y millonaria) cruzada para ganar el gobierno, pero perdieron. Fueron derrotados por Alberto Fujimori.

No fue solo una derrota electoral; fue, sobre todo, una derrota política y un descalabro orgánico porque sus principales ideólogos y entusiastas militantes terminaron pasándose con todo al gobierno de Fujimori incluso antes de que éste sea proclamado presidente.

MVLL los acusó de tránsfugas y de traidores, pero, en estos asuntos, como diría Talleyrand, “La traición es una cuestión de la fecha”(1) , porque antes de la segunda vuelta, fue el propio MVLL quien en una reunión clandestina no autorizada por su partido y frente, le propuso a Alberto Fujimori renunciar a la segunda vuelta a condición de que este aplique o ejecute su programa económico (que, al parecer, era lo único que le interesaba) y le ofreció como Ministro de Economía a uno de sus principales cuadros técnicos, Raúl Salazar.

Este pasaje de la “abdicación” de MVLL a participar en la segunda vuelta está minuciosamente narrada en su obra “El Pez en el Agua”. MVLL se había percatado que ya no era posible imponer su ansiado programa, que la “revolución liberal” o su “sueño libertario” ya no era viable. Fue una decisión personalísima, no lo consultó con nadie; solo después de la reunión con Fujimori comunicó a los líderes del FREDEMO quienes sorprendidos e indignados no aceptaron su posición. “Sólo Ghersi señaló que, en principio, no rechazaba la idea de una negociación con Fujimori si ella permitía rescatar algunos puntos claves del programa”.(2)

Fujimori no aceptó la propuesta de MVLL. Lo que vino después fue el descalabro: surgieron los tránsfugas como Hurtado Miller de Acción Popular (así lo calificó MVLL) quien junto a “otros colaboradores y asesores míos – escribe – se instalaron en cargos públicos”.

El fracaso mayor para MVLL fue cuando Alberto Fujimori dio un golpe militar, cerró el Congreso, intervino los diarios, el Poder Judicial, la Fiscalía. Para su sorpresa esta acción fue apoyada de manera entusiasta por militantes de Libertad y de los partidos del FREDEMO, quienes, sin reparos, se comprometieron con la dictadura y se olvidaron de la propuesta liberal. Sus palabras fueron duras: “intelectuales baratos, de buena sintaxis y de estirpe liberal o conservadora esta vez —a la cabeza de ellos mis antiguos partidarios Enrique Chirinos Soto, Manuel d'Ornellas y Patricio Riketts— se apresuraron a producir las adecuadas justificaciones éticas y jurídicas para el golpe de Estado y a convertirse en los nuevos mastines periodísticos del gobierno de facto” (3).

No todos se pasaron al otro lado del proyecto liberal. No todos se comprometieron con la corrupción fujimoristas, es verdad; hubo respetables intelectuales liberales que formaron parte de la oposición activa al fujimorismo, y trabajaron por derrotar el intento de perpetuación del dictador. Pero el núcleo principal de los grupos de poder empresarial, y los consultoras económicas que estuvieron con MVLL, participaron entusiastamente y fueron parte de la dictadura de Fujimori y Montesinos, comprometidos con la más espantosa y abominable corrupción (Mario Vargas Llosa dixit), pero lo hacían por dos razones: la primera, Fujimori estaba aplicando el programa económico neo liberal (privatización de las empresas públicas, eliminación de derechos laborales, liberación de trabas sociales a la inversión privada en los recursos naturales), todo ello concretado y consolidado en una Constitución Política elaborada a la medida de los intereses de los grupos empresariales privados. La segunda, el programa liberal se reduce precisamente a eso: libre mercado, reducción de la intervención del Estado en la economía, libertad económica, todo ello por encima de la demanda social de mejorar los derechos sociales, y sobre todo, de la defensa de la democracia y del Estado de Derecho.

Así acabó la primera experiencia libertaria. 

La segunda derrota: la reforma liberal traicionada

Con la derrota de la dictadura fujimorista, lo que tocaba era la reconstrucción de la institucionalidad democrática del país y la recuperación de la confianza ciudadana en sus autoridades. Desmontar el fujimorismo implicaba recuperar precisamente la confianza en el sistema político, pero sobre todo, acabar con una década de corrupción en el Estado. Se requería cambiar la vieja correlación de fuerzas en el control del Estado manejado por los grupos de poder económico. Se requería construir un nuevo consenso donde los derechos sociales y colectivos de la población fueran respetados; se exigía una lucha más firme contra la corrupción enquistada en el Estado y promovida por los grupos empresariales; se esperaba que en democracia se pudieran hacer los cambios constitucionales que garanticen precisamente estas demandas populares.

Todo ello se frustró. Primero se produjo la gran desilusión con el gobierno de Alejandro Toledo que después se descubriría lo involucrado que estaba con la corrupción; y luego con Alan García, en donde las protestas sociales llegaron a los niveles más altos de violencia y muerte. Luego también se descubriría la gran red de corrupción que se había construido durante su gestión.

No hay que desconocer que en estas críticas tanto al gobierno de Toledo como el de García, destacados intelectuales liberales cumplieron un destacado papel. Criticaban la corrupción de ambos; cuestionaban abiertamente a García y su gobierno mafioso; no obstante, fueron poco entusiastas en construir una alternativa política que los representase como opción de gobierno. En esas condiciones que se produjo su segunda derrota.

La particularidad de esta segunda derrota es que se produjo en dos momentos. La primera en el 2011, y la segunda el 2016.

En verdad pocos pensaban que el ex dictador Fujimori se iba a quedar a vivir tranquilo en Japón; pronto se descubrió que estaba tramado un plan de regreso al poder. Lo intentó para las elecciones del 2006 pero fue frustrado por su detención en Chile un año antes, deportado al Perú el 2007 y condenado el 2009 por delitos de corrupción y de lesa humanidad. Con ello se le cerró definitivamente su carrera política. Pero el proyecto fujimorista de recuperar el control se mantuvo activo. Para las elecciones del 2011, ya estaba preparado el retorno: Keiko era la elegida por la dinastía Fujimori para retomar el poder. ¿Cómo y en qué medida el fujimorismo volvió a recuperar el respaldo (y el financiamiento) de los grupos de poder económico, pero sobre todo de los partidos de la derecha con sus mentores ideológicos liberales?. ¿Cómo así Keiko Fujimori logró reconstruir y presidir la coalición derechista?

La respuesta, indudablemente está en el temor que les generó la candidatura de Ollanta Humala, a quien acusaban de castro – chavista, de querer aplicar el “socialismo del siglo XXI”. No les interesó investigar o analizar respecto de las simpatías populares que despertaba un candidato con un fuerte discurso antifujimorista y con una promesa de cambio social.

Keiko Fujimori perdió las elecciones del 2011 en la segunda vuelta. Pero el mensaje estaba dado: el fujimorismo se había recuperado bajo el liderazgo de Keiko. Ella había conseguido afianzar un núcleo partidario sólido, había logrado conformar una bancada parlamentaria bastante agresiva, pero sobre todo, había logrado el respaldo de una coalición de partidos de las derechas y de los grupos de poder económico que incluía, por supuesto, a los grupos de la corrupción empresarial que financiaron toda la campaña. Es en esa coalición de las derechas que se sumaron economistas liberales; no así de Mario Vargas Llosa que, con reparos, apoyó a Ollanta Humala. En cierta medida, MVLL – que a despecho de sus seguidores en la intelectualidad liberal - fue un factor determinante para que Humala abandone las promesas de cambio de la Constitución y de la aplicación de su programa original de la Gran Transformación.

Para las elecciones del 2016, la oportunidad parecía propicia, el campo parecía despejado para que Keiko Fujimori ganase las elecciones. A fin de cuentas, la izquierda estaba dividida, ya no había una amenaza real de ganar las elecciones. Esas elecciones habían dejado solo dos opciones de las derechas peruanas: Fuerza Popular con Keiko Fujimori y el partido de PPK. Si algo caracterizaba la improvisada candidatura de PPK era que no tenía ideas, carecía de un programa político coherente, peor aún, su partido era una suma improvisada de aliados ocasionales. En verdad, pocos lograban encontrar diferencias ambas candidaturas salvo por un pequeño hecho: la corrupción fujimorista, y porque en torno a Keiko se había nucleado la expresión más conservadora y corrupta de la derecha empresarial.

Keiko Fujimori volvió a perder en la segunda vuelta. Ella nunca reconoció su derrota ni supo entender quién la derrotó. La victoria de PPK que, a fin de cuentas, era un improvisado, solo fue la alternativa ocasional del movimiento antifujimorista. El antifujimorismo, o el “antikeiko”, en esa segunda vuelta, fue la expresión de la más amplia coalición de sentimientos que se solidificaba para cerrar el paso a todo intento de regreso del fujimorismo al poder. Nada más que eso. No había en esa coalición un voto por el plan de gobierno o el ideario político de PPK, que no había logrado cautivar o emocionar a la población. PPK tuvo la fortuna y la habilidad de canalizar ese sentimiento popular que luchaba desde hacía tiempo contra el regreso del fujimorismo al poder.

Que el gobierno de PPK haya sido un desastre es culpa no solo de PPK, sino fundamentalmente de Keiko Fujimori, su bancada y su partido. Como era de esperar la furia desatada por su derrota la pagamos todos los peruanos. Peor aún: en el quinquenio 2016 – 2020, el fujimorismo se empecinó en dejar en escombros la democracia peruana. 

La tercera derrota: a la cola del Fujimorismo y la aceptación del liderazgo conservador reaccionario

La campaña electoral del 2021 era propicia para que los representantes del pensamiento liberal construyeran una alternativa política viable y seria, que aportara a construir las bases de un verdadero sistema político de partidos. Pero no ha sido así. Quizá se deba a la impronta liberal de no estar sujeto a colectividades, de no estar contaminados del poder, de ser solo asesores o fiscalizadores del poder antes que actores políticos para la construcción de un sistema democrático(4).

Todos habíamos visto – y sufrido – la manera como Keiko Fujimori y la bancada fujimorista demolió lo poco que había de institucionalidad democrática en el país. Todos estaban pendientes del juicio a Keiko y a su partido por graves delitos de corrupción por la recepción de fondos ilegales provenientes de la corrupción. Pocos pensaban que Keiko era una opción de gobierno. Asimismo, pocos percibimos que el electorado peruana vivía una profunda decepción del sistema partidario y de las candidaturas que tenían delante.


Como sabemos, la derecha se presentó dividida; los partidos de la izquierda también. Esa no era la novedad. El problema real era que ningún partido ni candidato gozaba de las preferencias del electorado peruano. Pero la sorpresa fue el segundo lugar de Keiko Fujimori, seguida de Rafael López Aliaga que representaba la ultra derecha, cuyo partido, Renovación Popular, obtuvo cerca del 13%; seguido a continuación de Hernando de Soto que se decía, así mismo, como el representaba del pensamiento liberal peruano.

Decidida la segunda vuelta entre Pedro Castillo de Perú Libre y Keiko Fujimori de Fuerza Popular, las fuerzas políticas volvieron a reagruparse. Keiko Fujimori volvió a liderar la coalición de los partidos de la derecha, pero esta vez con posiciones muy conservadoras, reaccionarias y profundamente antidemocráticas. El fujimorismo, a pesar de todo el estropicio que causó a la institucionalidad democrática, a pesar de los graves cargos de corrupción volvió a recibir el respaldo unánime de los dueños de las grandes cadenas periodísticas (televisión – radio – prensa), canalizó el apoyo de los grupos de poder económico incluso de aquellos vinculados con la corrupción.

Lo sorprendente, no obstante, no era esa coalición conservadora tras el fujimorismo, sino que los más connotados representantes del liberalismo peruano(5), aquellos que se opusieron tenazmente al fujimorismo, a la corrupción que ella encarnaba; aquellos que combatían al mercantilismo de los grupos empresariales que el fujimorismo promovía y defendía, terminaron por ceder sus principios, su prédica y su talante democrático para apoyar sin tapujos ni reparos… a Keiko Fujimori(6). Y perdieron, otra vez. Perdió Keiko. Perdieron los partidos de la derecha extrema, y con ello, arrastraron a los representantes de lo quedaba del liberalismo peruano.

Este descalabro de los liberales peruanos los ha llevado a situaciones límites, como justificar un golpe contra Pedro Castillo. Lo ha manifestado sin ningún pudor y sin reparo Keiko Fujimori quien ya manifestó que no reconocerá el triunfo de Castillo. Lo repitió con todas sus consecuencias Rafael López Aliaga, líder del partido Renovación Popular quien proclamó la muerte de Castillo, y al comunismo y a los comunistas; le siguieron en ese desvarío el ex marino y ahora congresista Jorge Montoya, Lourdes Flores, Daniel Córdova, quienes afirman (sin pruebas) que Keiko ganó; y, por si fuera poco, a ellos se ha sumado Mario Vargas Llosa, nada menos, al sentenciar sin ningún rubor que "Todo lo que se haga para frenar esa operación turbia (que Castillo asuma el gobierno) que va contra la legalidad, en contra de la democracia, está perfectamente justificado”(7). Se supone que justifica el golpe contra el Estado de Derecho, desconoce los resultados electorales y justifica con eso el derrocamiento de Pedro Castillo.

¿Cómo así, los que en un momento se declaraban adalides del liberalismo peruano y de la democracia y del respeto del Estado de Derecho, terminan no solo liderados por la expresión más corrupta de la política peruana, y parapetados detrás de líderes que sin reparo se declaran admiradores del fascismo español, de aquellos que enarbolaban por calles y plazas la Cruz de Borgoña, nada menos, en momento en que el país celebra el Bicentenario de la proclamación de la independencia peruana?

No solo Mario Vargas Llosa termina elaborando una narrativa que concluye con un llamado al golpe, sino que otros adalides del liberalismo como Enrique Ghersi, el autocalificado “pensador liberal” termina llamando a sus huestes a recoger firmas para un referéndum con el propósito de quitar el derecho ciudadano a producir cambios constitucionales . Alucinante. Que se sepa, los referéndums se convocan para conquistar derechos ciudadanos, no para quitarlos. Sabiendo, por lo demás, que la actual constitución considera improcedente toda iniciativa que recorte derechos consagrados en el Artículo 2 de la Constitución.

El naufragio liberal

Reducir la reforma liberal al funcionamiento del libre mercado ha sido para ellos el error fundamental. Exigir el retiro del Estado de toda forma de regulación de la economía, poner reparos a una mejor mayor redistribución de la riqueza hacia las poblaciones pobres y excluidas, minimizar los riesgos ambientales y los derechos territoriales de las comunidades originarias ha sido su peor error, su escasa comprensión de lo que pensaban las poblaciones de los sectores populares rurales y urbanos.

No lo entendieron así. Prefirieron enfrentarse a toda posibilidad de cambio del modelo económico, y de la intangibilidad de la constitución fujimorista. Por esa vía se fueron alineando poco tras la dinastía fujimorista encabezada por Keiko, le perdonaron toda su corrupción, no la de su papá, sino la de ella y su grupo político; le aceptaron y toleraron los desmanes que hicieron hasta llevar al país a la más profunda crisis política en el periodo 2016 – 2021. A fin de cuentas ella era preferible a un gobierno de Pedro Castillo.

Cuesta entender por qué los liberales llegaron a tal grado de sumisión al fujimorismo y a su lideresa Keiko. Esta desventura de los liberales peruanos en estas últimas décadas requiere, ciertamente una explicación. ¿Qué pasó?. O mejor ¿qué les pasó? ¿Por qué terminaron subsumidos por el fujimorismo? ¿Por qué aceptaron el liderazgo ya no solo del fujimorismo sino del conservadurismo religioso reaccionario de Renovación Nacional y López Aliaga bajo las banderas de la bandera imperial española?

Quizá quien explique mejor este naufragio sea el buque insignia del liberalismo peruano: Mario Vargas Llosa. Recordemos que él, con el movimiento Libertad, levantó un programa de gobierno de reformas económicas para el cual pedía un mandato expreso al pueblo peruano, programa con el cual se proponía un shock de ajuste fiscal que ocasionaría despidos en el Estado, abrir la economía peruana al mundo. Reformas que según MVLL, se sustentaban en las propuestas económicas que su bienamado Friedrich Von Hayek “llamaba la trinidad inseparable: la legalidad, la libertad, la propiedad” (9).

Nótese que no cita en esa trilogía la democracia. Y eso es precisamente lo que pasó. Los liberales peruanos, aquellos que se cobijaron y crecieron a la sombra de Mario Vargas Llosa no pusieron por delante la democracia ni los derechos sociales de la población bastante castigada por tres décadas de neoliberalismo económico y dictadura del mercado, sino la defensa cerrada de la economía de mercado.

En ese aspecto, y solo en ese aspecto fueron fieles a Hayek, personaje que ni por asomo le interesaba la democracia y los derechos sociales. El propio Mario Vargas Llosa reconoce ese hecho en una anécdota de Hayek que hoy cobra actualidad: “una dictadura – decía Hayek –que practica una economía liberal es preferible a una democracia que no la hace”. Lo dijo dos veces cuando visitaba Chile. “llegó al extremo – dice MVLL – de afirmar en dos ocasiones que bajo la dictadura militar de Pinochet había en Chile mucha más libertad que en el gobierno democrático populista y socializante de Allende.” (10).

No es la primera vez en la historia que esto sucede. Al parecer, en circunstancias históricas muy concretas, los representantes del liberalismo político arriaron banderas de la democracia. Lo destacó José Carlos Mariátegui al analizar el ascenso del fascismo en Italia: “Las elecciones italianas – decía -, en verdad, significan más que una derrota de la revolución, una derrota del liberalismo y la democracia”. “La burguesía – continúa – armó y financió el fascismo. La prensa demo – liberal le concedió su favor y ternura”. “El liberalismo no quiso asumir la defensa de la legalidad” (11).

El parecido con nuestra realidad actual, no es mera coincidencia. Estamos frente a procesos políticos similares.

Siempre se reclamó – desde el lado de la derecha – que los partidos de izquierda deban modernizarse, que debían construir partidos que respetaran la democracia y las elecciones. Es hora de decir a los liberales peruanos que también ellos deben modernizarse, de construir verdaderos partidos democráticos y defender la democracia, y no plegarse apenas surja una crisis políticas bajo las banderas del conservadurismo religioso extremo ni a agitar las banderas de la Cruz de Borgoña, banderas del fascismo español, menos en plena celebración del Bicentenario de la Independencia peruana.

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(1) Fuente: https://citas.in/frases/2025928-andre-therive-la-traicion-es-una-cuestion-de-la-fecha/

(2) Mario Vargas Llosa. “El Pez en el Agua”. Memorias. Seix Barral Biblioteca Breve. © 1993. Página 267

(3) El Pez en el Agua, página 297.

(4) Quien expresó estas ideas fue Mario Ghibellini en una entrevista a Desco. <<Pienso que estamos relacionados con la política, pero ninguno desea ser un actor político. Más que querer acceder al poder, me parece que los liberales están preocupados por fiscalizar>>. https://www.desco.org.pe/recursos/sites/indice/44/194.pdf

(5) Pedro Cateriano escribía poco antes de las elecciones: “El fujimorismo es uno de los causantes del colapso político del país. Además, es la agrupación que gestó la corrupción más escandalosa de nuestra historia republicana”. https://elobrero.es/internacional/58861-pedro-cateriano-bellido-estos-cinco-anyos-van-a-ser-recordados-como-una-etapa-vergonzosa-de-beligerancia-politica-en-peru.html

(6) Mario Ghibellini: <<El liberalismo es sencillamente incompatible con la práctica antidemocrática>>. https://www.desco.org.pe/recursos/sites/indice/44/194.pdf

(7) https://www.europapress.es/internacional/noticia-vargas-llosa-asegura-gobierno-peru-tomado-partido-pedro-castillo-elecciones-20210710154902.html

(8) https://willax.tv/enrique-ghersi-propone-recolectar-firmas-para-referendum-que-prohiba-cambiar-la-constitucion-por-asamblea-constituyente/

(9) El Pez en el Agua, página 296.

(10) Mario Vargas Llosa: “La llamada de la Tribu” Penguin Random House Editorial, marzo 2018, página 70. Las citas corresponden a la noticia publicada en El Mercurio de Santiago de Chile el 12 de abril de 1981.

(11) José Carlos Mariátegui: “La batalla liberal en Italia”. Obras Completas Tomo 1, página 1073.

domingo, 18 de julio de 2021

ARTE PICTORICO Y VIVENCIAS ALTIPLANICAS

 


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ABAJO:
QATATI: juego entre jóvenes que se practica durante la cosecha de papas. Consiste en llevar a rastras a las muchachas para dejarlas sobre los montones de papas. 

ANALIZANDO LA ESTRUCTURA POLITICO SOCIAL PERUANA

 LOS EXCLUIDOS DEL FESTÍN 

Omar Aramayo

En FACEBOOK, 18JUL21

H

ace unos días se presentó el informe técnico del INEI Evolución de la Pobreza al 2010. Allí se indica claramente que la medición de la pobreza es de carácter monetario. Pero la pobreza en el Perú es más grande, viene de la estrechez de corazón de quienes manejan la política, eso no se puede medir en soles o en dólares, de manera inmediata, sino después, cuando el caos se apodera de las posibilidades de gobernabilidad. Cuando nacen los niños sin un pan bajo el brazo.

¿Quiénes son los excluidos? ¿Dónde están? Repartidos en el Perú, como la semilla mala, aquella que queremos ignorar y que ignoramos; pero es imposible ignorarlos, porque son muchos millones y aparecen como una pesadilla en medio del día, en medio de la pista, con sus inmensos cartelones y le dicen a los transeúntes, a los turistas, a los transportistas, hasta aquí llegaste, no puedes continuar. Algunos de ellos son legatarios de la más profunda sabiduría prehispánica, que es la sabiduría del futuro. Del futuro inmediato. Piense usted en los transgénicos, porque ya es la hora. La policía no podrá detenerlos, los ministros tampoco, los negociadores menos, porque no están capacitados para la oportunidad.

VIEJITO. acuarela de LUIS PALAO

Son excluidos los mineros informales, que arriesgan su vida enterrados vivos en las entrañas de la cordillera, que no reciben educación para sus hijos, servicios médicos, seguro social, protección para el hallazgo del poco oro que juntan en sus botellas y siempre corren el riesgo de ser robados, asaltados. Son náufragos en el mar de la indiferencia voluntaria de los gobiernos. Mineros informales y formales que trabajan veinte o treinta años, hasta morirse. Transitan por trochas que debían estar asfaltadas de oro, plata, de cualquier mineral, porque le han dado al Estado y a las empresas hasta más no poder.

Son excluidos los aymaras de las riberas del lago Titicaca y de todos los lagos, pero en especial esa población que se dedica al contrabando hormiga, que jamás ha usado un cepillo de dientes, que no sabe lo que es un dentista; que son doctores en dolor de muelas. Sus mujeres mueren en el parto, tienen niños anémicos, raquíticos, abandonados; profesores de escuelas unidocentes.

Los habitantes de las islas del Lago, con profesores que van dos o tres días a su escuela y nunca llegan a cumplir con los planes de estudio; es decir, concluyen el año muchas veces después de la clase introductoria y algunos escarceos de enseñanza-aprendizaje; de tal modo que los pequeños estudiantes jamás podrán tener calificación para ingresar a las universidades o institutos, si lo hacen no podrán seguir en igualdad de condiciones con los estudiantes citadinos el desarrollo de sus estudios superiores.

Los pastores de las alturas, que viven a más de tres mil quinientos metros sobre el mar. En cada friaje mueren cientos, miles de alpacas y llamas, camélidos en general. Para nosotros son animales solamente, para ellos su compañía y todo lo que tienen. Un presidente de la república, Toledo, dijo alguna vez, que esas alpacas se repondrían, pero nunca dijo cómo; tal vez se reproduzcan para el año 2500 o en otra dimensión del universo.

En cada friaje los técnicos siguen soñando con cobertizos, silos para pacas de forraje, casas mejores donde los niñitos no se mueran de frío por las enfermedades del IRA, infecciones respiratorias. Los que no son atendidos cuando el río inunda sus tierras de cultivo, sus casas. Las víctimas de los terremotos. Ahí están los de Pisco, los de Piura, que a la fecha no son atendidos como se les prometió.

Los campesinos de Ayacucho, atacados por el bocio crónico, primera víctima del terrorismo en los años sesenta. Desde entonces no ha cambiado su situación. El caldo de cultivo cada vez más caliente, humeante, y los gavilanes esperan su momento; vale decir, el narcotráfico y cualquier aventurero con ideas adánicas que nada tienen ya de Adán, porque el mundo es amargo. Cualquier político que quiera levantar una cortina de humo.

Los habitantes de los ríos de la amazonia, niños de vientres inmensos, teniados, mal alimentados, deben caminar a pie o en sus peque-peques, horas antes de llegar a sus escuelas, en ciertas épocas del año olvidar la idea de ir a la escuela porque su obligación es acompañar a la familia en las faenas de producción agraria.

Quienes cultivan naranjas, plátanos, rocoto, papaya, otros productos en la cabecera de selva, no pueden llegar a los mercados porque la carretera es imposible, los ríos avanzan sobre las carreteras o los huaycos se apoderan de sus esperanzas y las destruyen hasta dejar solo migajas de hambre, hormigas de tristeza. Los que acceden a un camión y tienen que abandonar su mercadería a la vera de las carreteras, porque se ha podrido y es el fin de la película.

Los que piden titulación de tierras y son posesionarios milenarios de sus tierras y de pronto sienten la llegada de las empresas para desposeerlos con el apoyo de las leyes del Estado. Aquellos que no se explican de cómo sus tierras ya no son sus tierras, como ocurrió en Bagua, el saldo dramático que dejó Alan Gracia, y que siempre será motivo de revisión política y judicial.

Excluidos los reservistas, los soldados, policías que sirvieron a la patria, luego descartados como todo se descarta en un mundo light, un mundo chatarra. Gente que se quedó lisiada, lastimada, o simplemente desocupada; valientes que peinaron el Perú para erigir una candidatura y que creen con el corazón que a través de esa elección va a cambiar el país.

Excluidos del festín la multitud de jóvenes que no pueden acceder a la educación en sus tres niveles, deben ir a trabajar para la supervivencia. Las madres niñas. Las víctimas del centralismo. La descentralización no funciona, sino para enriquecer a una costra de taimados burócratas.

Los artistas y artesanos de provincias y de Lima. Las palabras proyecto cultural, no figuran ni por casualidad en los planes de gobierno de los candidatos que aspiran a manejar el país. Su visión economicista los hace militantes del más burdo capitalismo materialista contemporáneo, lo cual es un pecado, por decir lo menos, en un país considerado por las ciencias sociales de cualquier universidad del mundo, como una de las siete cunas donde se generó la cultura de la humanidad. Candidatos que no cultivan el hábito de la cultura jamás se preocuparán por que los niños y jóvenes tengan libros, sean creativos, cultiven las artes, la artesanía, visiten museos, exposiciones .

Excluidos del festín los cientos de puneños que se cambian de apellido en la ciudad de Tacna y que inundan las páginas (sábanas) del diario Correo para anunciar judicialmente ese cambio, y que quieren ser incluidos. Los estudiantes de la Católica que cambian su apellido andino para ser aceptados por sus compañeros. Excluidos los que no son aceptados (sic) en los clubes por el color de la piel y que no pueden cambiársela porque no son congresistas o miembros relevantes de algún otro poder. Ni por su dinero los aceptan.

ANCIANAS REUNIDAS. Fotografía de URIEL MONTÚFAR

Los monolingües quechuas y aymaras, aunque lleguen al congreso, siempre habrá una lingüista llamada Martha Hildebrandt.

Son muchos, esta relación debe crecer. ¿Qué generan los excluidos del Estado? Resentimiento, envidia peruana, egoísmo (el cuento del cangrejo que no pueden salir del canasto), bajas pasiones, frustraciones. Gestan venganza. Amenaza. Manjar para los políticos emergentes, quieren comérselos vivos para sus fines oscuros.

¿Quién ha generado esa ancha franja de desposeídos? Los ladrones. Los gobiernos sucesivos que quisieron cerrar los ojos y los cerraron hasta quedarse dormidos. Ahora la marmita social nos deja frente a una gran expectativa. Gran ex-pec-ta-tiva.

¿Podrá el próximo gobierno incorporar a esta ancha margen de excluidos?  ▒▒