LECTURAS INTERESANTES Nº 920
LIMA PERU
27 SEPTIEMBRE 2019
GOLPE DE ESTADO
César Hildebrandt
Tomado de HILDEBRANDT EN SUS TRECE N° 461 27SEP19
L
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a mafia ha dado
un golpe de Estado.
¿Debemos
felicitarla?
Que la
feliciten los indignos, los periodistas a tanto el kilo, los empresarios de
estómagos revueltos, los analistas con kimono, los neutrales que se despachan
en la tele que ayer nomás se subastaba en el SIN.
Que la
feliciten la mami de Gringasho, el tío del Cojo Mame, Martin Rivas, Kerosene y
Montesinos.
La mafia
gobierna desde ayer.
Al presidente
Vizcarra le faltó pueblo, garra, cojones, brillos, asesores, planes y
sinapsis.
Se le dijo, se
le advirtió, se le sugirió y casi se le rogó. Que hiciera algo, señor
presidente, que actuara, que se decidiera, que escuchara a la gente asqueada y
acatara al asco mismo que se desbordaba. Pero está claro que en Palacio penan
los decisivos fantasmas del miedo, del empequeñecimiento, del amor por las
puertas falsas y los dilemas sin solución. En Palacio hay un duende maligno y
capador.
El Congreso
mafioso que iba a ser cerrado, que pudo disolverse de modo constitucional y a
la luz del día, ha tomado por asalto el poder.
Nos gobierna la
jefa de una organización que lavaba dinero, que es herencia de un ladrón de
caudales públicos, que procede de las Chávez, los Colina, las Salgado.
Rosa Bartra es
primera ministra de facto. Luis Galarreta dirige el Interior. Martha Chávez
merece una embajada.
Celebraba ayer
la mafia. Había arrasado con un gobierno que no encontró mejor respuesta que
sacar a escena a Salvador del Solar para decir nada con dicción de actor y
vacuidad de farándula.
Pobre gobierno.
Pobre país. Pobres diablos. Pobres de espíritu.
Y ahora viene
lo del Tribunal Constitucional, el nuevo botín de esa mafia fujimorista a la
que se ha sumado, con comprensible regocijo, lo que queda del Apra después de
ser la banda de García.
Con el TC en la
mano, el Poder Judicial anuente, el Ministerio Público amenazado, el Congreso
hecho madriguera, el Ejecutivo catatónico y los medios de comunicación domados
por el susto y afinados por la CONFIEP, el golpe está consumado.
No habrá
adelanto de elecciones. El gobierno que nos iba a fumigar la casa ahora
negociara con el bichaje. Nos espera un bienio de secuestro. Nos esperan dos
años de Vizcarra en manos de quienes lo lacearon y lo destituyeron sin
necesidad de vacarlo.
Que esta sea
una lección. Que de algo sirva este episodio. Con las mafias no se negocia. Y
el aprofujimorismo no es una alianza de partidos: es una boda de conveniencia
entre gente que teme estar en la lista de los codinomes y cuyo programa
político consiste en tumbarse a los fiscales del caso Lava Jato.
Con las mafias
no se dialoga. El fujiaprismo no es el partido civilista, no es el pradismo, no
es ni siquiera el odriismo. No son los gamonales quienes están detrás de su
agenda. No se trata del conservadorismo empresarial. No hablamos, cuando del
fujiaprismo se refiere, de las viejas ideas de José de la Riva Agüero o de
Víctor Andrés Belaunde. Cuando del fujimorismo hablamos no podemos omitir la
longitud de su prontuario, el tamaño de sus crímenes, la hondura miserable en
que situaron al Perú cuando gobernaron con Fujimori y Montesinos a la cabeza.
Y del aprismo de Haya, nada queda. Queda un piso en París, una inmensa fortuna
inexplicable y un grupo de guardaespaldas póstumos. Ya no queda del Apra ni “30
años de aprismo”, el libro en el que Haya anunció su viraje a la derecha. La
diferencia es que el Haya al que entrevisté en su casa polvorienta de
Vitarte era un
hombre decente, un líder al que la persecución había hecho prudente y
reflexivo. Volvería a morirse si viera en qué demonios se ha convertido lo que
él dejó como legado.
Nos espera un
gobierno pasmado y un Congreso que seguirá gobernando. Nos hemos vuelto
democracia parlamentaria gracias a este golpe de Estado apenas disimulado. No
hay ningún Cronwell en esto. Sólo hay un Becerril, varios traidores, una legión
de grises.
Que nos sirva
de lección. Que lean bien este capítulo los jóvenes que votarán en las
elecciones del 2021. Si el fujimorismo que perdió las elecciones ha sido capaz
de tumbarse a un presidente, liquidar a otro manteniéndolo como prenda y copar
las instituciones desde el Congreso, ¿se imaginan lo que hará cuando llegue,
si es que llega, a la presidencia?
No es una
pregunta retórica. Ya vivimos esa experiencia. El tetudaje pretendió
convencemos de que el fujimorismo había cambiado y que Keiko Fujimori corregía
a su padre y rompía el cordón umbilical que la unía a las sombras. Qué
ingenuidad.
Señor
presidente de la república: no es posible enfrentar los bajos fondos de la
política sólo con palabras. Usted debió presentar una cuestión de confianza
cuando eso era todavía posible. Usted no debió aceptar jamás la dilación de las
Bartra. Usted no debió esperar hasta el 30 de setiembre. Han jugado con su
buena fe, señor, y se han vuelto a burlar del país. El entrampamiento, del que
usted me habló en la entrevista que tuvo a bien concederme, ahora nos alcanza a
todos. Y no hay salida a la vista. Su parsimonia, señor, ha permitido esta debacle
democrática.
Ni adelanto de
elecciones ni renovación ni desentrampamiento. Lo que nos aguarda será la
ostentación de poder de dos partidos zombis que, calculando la languidez de su
adversario, han precipitado todo y obtenido un triunfo sombrío e innegable.
Usted, señor
presidente, mientras hablaba de que no cedería autorizó a su escénico primer
ministro para que negociara una salida suave con la mafia. Y el primer
ministro, señor, se enredó en compromisos con los representantes del aprofújimorismo.
¿Qué supuso,
señor presidente?
¿Que aquellos
negociadores hablaban en serio? ¿Que iban a cumplir? ¿Que eran fiables?
Y en todo caso,
¿por qué negociar por lo bajo con quienes había usted descalificado públicamente?
Eso no fue
serio, señor Vizcarra. No fue limpio. Y ni siquiera fue ingenuo. Fue una manera
de exhibir su debilidad.
Mechain en PERU21 27SEP19 |
Las fieras olieron
sangre, entonces. Y decidieron atacar, cuando usted menos se lo esperaba. A las
ovejas les suele suceder.
¿No sabía con
quiénes trataba, señor presidente? ¿Los subestimó?
Ya no importa
eso. Usted les ha entregado el país que hasta ayer pertenecía a aquel 70% de
peruanos que apostaban por el adelanto de elecciones.
¿Y ahora?
No sé qué hará
en las próximas horas, señor. Pero estoy convencido de que lo que decida será
insuficiente después del literal golpe recibido.
La pregunta
fatal es hoy esta: dadas las circunstancias, ¿por qué no cederle el paso, de
una vez, a Mercedes Aráoz? De esa manera las cosas se sincerarían. La señora
Aráoz aliada al aprofujimorismo es una perspectiva triste, ya lo sé. Pero es
más melancólico aún ver a un presidente que iba a hacer lo que usted se propuso
realizar, vuelto ahora un pálido rehén. ▒