LECTURAS
INTERESANTES N° 847
LIMA PERU 5OCT18
ESCENARIO
César
Hildebrandt
Tomado de HILDEBRANDT EN SUS TRECE N° 415, 5OCT18
INDULTO
¿Debo sentir
conmiseración? Sí, es un hombre viejo que exhibe su edad morosamente. ¿Tengo
derecho a un sentimiento piadoso y a olvidar quién es Fujimori y qué representó
y por qué se le condenó? La respuesta es: ¡no! Una cosa es la compasión y otra
la justicia. Y desde ese punto de vista la sentencia que anula el indulto
parece impecable en su arquitectura jurídica anclada en nuestros compromisos con
el orden legal internacional. ¿Y las lágrimas de Keiko? La recuerdo objetando
las circunstancias del indulto y, luego, con la colaboración decisiva de Producciones
Mamani, revelándole al país la turbia negociación que estuvo detrás de la
liberación de su padre, lo que produjo la caída del muy interesado benefactor
Kuczynski. Fue ella, como dice Nakazaki, quien demolió el indulto de su padre.
No creo en una sola de sus lágrimas. Que ese cuento se lo susurre a Kenji, que
podría ser el mejor de sus biógrafos y que, a su manera, predijo lo que acaba
de suceder. Al cerrar estas líneas leo que Alberto Fujimori ha dicho en un
video que su corazón no soportará un nuevo encierro. “No me condenen a muerte.
Yo no doy más”, ha dicho el hombre que premiaba a los Colina y que, al final,
indemnizó a Montesinos con 15 millones de dólares de plata sucia. Al final, no
resultó japonés. Se ha portado como los peruanos que guiaban las expediciones de
Gorostiaga contra Cáceres.
VELASCO
Cincuenta
años del gobierno más importante del siglo XX peruano. ¡Cómo odia la derecha a
Velasco! ¡Qué miedo tuvo! ¡Y cuánto mienten! El régimen militar que quebró el
orden constitucional en 1968 -año del mayo francés, de la invasión rusa a
Checoslovaquia, de la matanza de Tlatelolco en México- lo hizo en un país donde
la sensación de desgobierno, inmoralidad pública y revuelta social eran el
telón de fondo cotidiano. Los militares creyeron que era hora de actuar porque
los civiles elegidos estaban llevando al país al borde de la anarquía.
Y lo
hicieron, por primera vez en la historia del Perú, inspirados en ideas
progresistas. El Perú gamonal era insostenible. La alianza del Apra y Odría
había mostrado la ruindad de la clase política. Y las indecisiones virreinales
de Belaunde jugaron su rol. Las guerrillas habían sido un aviso. La reforma
agraria desactivó una bomba y la política industrial fue de las más pujantes (y
proteccionistas) de la época en América Latina. Lo que más temían los militares
era un foco cubanófilo instalado en los Andes y nutrido por la miseria y el desprecio
de Lima. ¿Se equivocó en muchas cosas Velasco? Por supuesto. Fue, al final, una
dictadura solitaria, alejada del pueblo del que siempre desconfió y de las
organizaciones que hubieran podido sostenerlo. Pero de allí a decir lo que de
él dicen y escriben los conservadores hay un trecho enorme. Lo más curioso es
que esos demócratas puritanos, escandalizados por la dictadura de Velasco,
aplaudieron a rabiar la dictadura de Fujimori, tal como lo hicieron con
Benavides, Sánchez Cerro y Odría. Hablar con ellos de democracia es inútil. Y
en relación al “fracaso” económico del gobierno de Velasco, se trata de una
mentira. Para tener una idea de la realidad de ese periodo decisivo de la
historia peruana recomiendo echar una mirada al libro “La revolución de Velasco
en cifras”, de Amílcar Vargas Gavilano, el general que fue uno de sus ministros
de Economía. Remítanse a las cifras y verán.
Ahora
resulta que los congresistas actuales sí podrán postular a su reelección en el
2021 porque la reforma aprobada en el Congreso recién entraría en vigencia en
el 2026. ¡No me digan! ¿Y Vizcarra aceptará? ¿El topo de la PCM lo convencerá?
Preguntas inútiles: entrevistado por un tal Chávez, el señor Vizcarra se tragó,
con sapos y todo, el cambiazo del aprofujimorismo. Lo cierto es que nada
esencial cambiará en el Perú si la política y la inteligencia siguen
divorciadas. Desde hace muchos años, la política está en manos de profesionales
del acomodo y el lobismo. Y los que podrían aportar honestidad personal y
talento, huyen del servicio público. Es esa separación
la que
nos mata como país. Y sí, claro: este Congreso es impresentable. Bastará decir,
algún día del futuro, que lo presidió Luz Salgado, la que servía café en el
SIN, para tener una idea de lo que ha sido el parlamento de los Mamani y los
Ramírez. No deberían tener un Canal del Congreso. Deberían pedirle el servicio
a Animal Planet.
MECHAIN Peru21 |
Si
fuéramos un país serio, el Fiscal de la Nación tendría que estar camino a la
cárcel. El señor Chávarriy pertenece al hampa de la magistratura y lo único que
demuestra es el estado de putrefacción en el que nos hallamos. Que el Congreso
lo apañe para que las suciedades de Fuerza Popular queden bajo la alfombra,
expresa el tamaño de esta crisis, el olor de esta descomposición. Lo diré
siempre: debimos tener nuestra revolución francesa.
URRESTI
URRESTI
Absuelto.
No sé qué participación tuvo en el infame asesinato del colega Hugo Bustíos.
Eran tiempos de nuestra retorcida guerra civil y se mataba al por mayor, en
rondas, al peso, por sospechas. Sendero sacó lo peor de lo que somos, siendo
ellos -los seguidores de Guzmán- lo más oscuro de lo peor. De lo que estoy
seguro, porque seguí parte del proceso, es de que la acusación estuvo muy mal
construida y se basó en testimonios sospechosamente extemporáneos o
abiertamente falsos. Y también estoy seguro de que la prensa presionó de un
modo que no la honra para que este general estridente fuera condenado. Como si
la justicia se dictase por cargamontón gremial, en las
pantallas de esa
televisión cobarde que jamás toca el asunto del poder minero y de la dictadura
mediática que aburre la agenda y acorta el horizonte. Fue una vergüenza. ■
Mechain Përu21 |