A N Á L I S I S
VOTO RACIAL PRIMÓ ENTRE
QUECHUAS Y AYMARAS EN LA SEGUNDA VUELTA
Escribe: Los Andes | Política - Los resultados publicados por la Oficina
Nacional de Procesos Electorales (ONPE) al 100% dieron como ganador a Juan
Luque Mamani como presidente del Gobierno Regional Puno con un 53.81% sobre su
rival Walter Aduviri Calisaya que obtuvo 46.19%, alzándose con la victoria
Luque en 7 provincias quechuas y Aduviri en 6 provincias aymaras.
Estos resultados reflejan un
fraccionamiento entre la cultura quechua y aymara, pues Aduviri tuvo una
victoria en las provincias de El Collao, Yunguyo, Chucuito, Puno, Huancané y Moho,
casualmente de pobladores (en su mayoría) de origen aymara y Luque en las
provincias de San Román, Lampa, Melgar, Azángaro, Carabaya, Sandia y Putina de
origen quechua.
Para el abogado y sociólogo
Alberto Quintanilla Chacón, sí hubo un fraccionamiento político en los votos
realizados el último domingo 7 de diciembre, pues dos grupos culturales como
los quechuas y los aymaras se enfrentaron emitiendo su votación en cuanto a la
representación.
Quintanilla, señala que los
pocos quechuas radicados en las provincias aymaras del sur votaron por Luque y
los pocos aymaras radicados en las provincias del norte votaron por Aduviri,
por ello, primó el voto racial de quechuas contra aymaras.
Sin embargo, dijo que este
divisionismo lo impulsó primero Walter Aduviri en la primera vuelta con un
discurso radical reivindicando solo a los aymaras y dejando de lado a los
quechuas, “debía dar un discurso integracionista y no de división entre el
norte y el sur, eso le jugó una mala pasada y le contribuyó a su propia derrota”,
señaló.
Del mismo modo, el director
regional de Educación Puno, Jorge Luis Choque Mamani, precisó que las
elecciones de segunda vuelta fue una lucha racial, donde primó la supremacía de
los quechuas ante el temor de un Walter Aduviri que amenazaba postergarlos en el
desarrollo regional, según su perspectiva.
“Fue una lucha racial,
nosotros debemos romper estas formas mesiánicas de querer incorporar la
política, debemos entender que somos personas que tenemos diferencias pero que
tenemos intereses y ese interés social nadie supo plantearlo, no hubo una
discusión de programas, sino hubo discusiones por temas triviales”, dijo.
Sin embargo, para algunos
expertos en temas político-sociológicos, no hubo un fraccionamiento entre ambas
culturas, solo hubo un divisionismo de coyuntura electoral promocionado por
Walter Aduviri, quien en la primera vuelta emitió un discurso de reivindicación
aymara en contra del centralismo y contra los quechuas.
Para el sociólogo Raúl
Rodríguez Challco, no hubo un fraccionamiento de culturas durante la emisión de
votación en la segunda vuelta electoral, solo hubo una confrontación, un
disloque de culturas que favoreció grandemente a Juan Luque Mamani.
“Si hubiera fraccionamiento,
entonces diríamos que todos los quechuas votaron por Luque y todos los aymaras
por Aduviri, pero no fue así, en El Collao el 80% de aymaras apoyó a Aduviri y
hubo un 20% que apoyó a Luque, en Juliaca fue igual, un 79% respaldó a Luque y
el 21% de quechuas a Aduviri, hubo un disloque, una confrontación de culturas”,
dijo.
Desde el punto de vista
sociológico, Rodríguez precisó que hay una serie de elementos que unen a
quechuas y aymaras, “yo creo que hay más características que los unen a que los
desunan, tanto quechuas como aymaras reivindican a la naturaleza como la madre
de todo, para iniciar una fiesta o celebrar alguna costumbre. Tienen los mismos
rituales”.
“Los tiempos de siembra y
cosecha se hacen con rituales parecidos, eso pesa más que cualquier diferencia
coyuntural. Habrá personas que argumenten que hubo confrontación política y
coyuntural que responde a estos tiempos. Esto va a variar en las próximas
elecciones presidenciales”, dice Raúl Rodríguez Challco.
Similar opinión tiene el
docente universitario, Eland Vera Vera, el fraccionamiento entre quechuas y
aymaras no pasa de ser sólo una ficción, pues dijo que la primera reflexión es
que estamos asistiendo a un cambio en la historia política de Puno con
políticos venidos de provincias.
En segundo lugar, se
reconfirma que las elecciones en Puno tienen un fuerte acento etno cultural,
porque se vota en función al grupo al que el candidato representa, al sector
social y cultural al que pertenece y no por sus ideales políticos.
Un tercer elemento es que con
la elección de Juan Luque se da un paso a una decisión de abandonar ciertas
posturas radicales de izquierdas, aunque se mantiene una tensión entre esta
reivindicación etno cultural de posiciones radicales y la aparición de un
factor más modernizador, porque, quiérase o no, el voto por Luque es un voto
por la modernización andina
JULIACA TIENE SU GOBIERNO
REGIONAL
Escribe: Juan Rojas Vargas | LOS ANDES 14DIC14.- Ha terminado las elecciones político-electorales
en la región. Como militante del Poder Democrático Regional (PDR) he decidido
no hablar en la campaña electoral de la segunda vuelta, porque apenas terminado
las elecciones regionales y municipales del 05 de octubre, muchos militantes y
simpatizantes del PDR ya estaban ubicados en el bando de Juan Luque Mamani y
Walter Aduviri Calisaya. Mi intención ha sido no herir a ninguno de los
camaradas y compañeros que habían tomado posición para la segunda vuelta
electoral, por lo que he propuesto que hay que dejar en libertad a la
militancia y simpatizantes del PDR.
El 02 de diciembre, nuestro
movimiento ha decidido dejar en libertad a las militantes y simpatizantes y no
sacar de manera pública ningún pronunciamiento, por lo que, lo publicado en Los
Andes de fecha 03 de diciembre con el título “Alberto Quintanilla llama a votar
en blanco o viciado el 07 de diciembre”, ha sido la posición personal del
camarada Alberto Quintanilla.
El 07 de diciembre, la zona
norte de la región ungió como presidente regional (en mayoría quechua
hablantes) a Juan Luque Mamani. El ex rector le ha ganado a Walter Aduviri con
las mismas armas del aymara, recordemos que el 2011, Walter Aduviri acuñó el
aymarazo, una denominación sectaria de corte racista, que en algunos casos ha
llevado a una confrontación fría de quechuas y aymaras. La calificación
divisionista aymarazo y la zona norte (o quechua) es de dimensiones mayores,
que muchos trataremos de amenguar a través de la brega de integración regional.
A la aberrada denominación de
aymarazo (zona norte contra zona sur), ha alimentado el patrioterismo de ciudad
puneñista y ciudad juliaqueñista, porque Mauricio Rodríguez Rodríguez no ha
realizado una obra de significación en la ciudad de Juliaca, por lo que Luque
Mamani ha desplegado una campaña político electoral por realizar obras que
sobrepasan la media decena y que serán grandes como la construcción de la vía
de evitamiento de 02 carriles, estadio de fútbol para 40 mil espectadores,
construcción de un mercado mayorista, agua potable a través de Lagunillas,
construcción de pabellones de la Universidad Nacional de Juliaca, construcción
del Hospital Regional Materno Infantil… Esto indica que el Proyecto de la
Integración para la Cooperación (PICO) y Juan Luque Mamani será el Gobierno
Regional de Juliaca, mientras que las demás provincias tendrán que abstenerse
de demandar obras.
Estas elecciones tienen
connotación de derecha e izquierda, porque apenas que ha terminado la primera
vuelta política, el economista Pedro Pablo Kuczynski de Alianza por el Gran
Cambio y Lourdes Flores Nano del Partido Popular Cristiano–Unidad Nacional, han
llenado de elogios a Juan Luque, incluso han destacado cuadros políticos a la
región como Guido Lombardi (Guido Ricardo Lombardi Elías) de Unidad Nacional y
Pablo Alberto Secada Elguera del Partido Popular Cristiano–Unidad Nacional. El
actual congresista por Cajamarca, Jorge Antonio Rimarachin Cabrera ha estado de
apoyo al candidato de Democracia Directa, aunque; Walter Aduviri no ha hecho
vislumbrar posiciones firmes de izquierda.
El PICO, ha pintado a Juan
Luque de ser un ciudadano pacífico, atrayente de la inversión privada para el
desarrollo; contra un violentista Walter Aduviri que ahuyenta la inversión
privada minera y turística. La campaña política electoral de Luque Mamani ha
puesto en cuestión las luchas de las organizaciones sociales de la Región Puno.
De manera cierta hay que respetar la decisión democrática de los ciudadanos,
pero hay que marcar que en el Gobierno Regional ya tenemos 02 presidentes
regionales que no confrontan o confrontarán con el Gobierno Central y
empresarios privados, Rodríguez Rodríguez no chocó con el Gobierno Central y
tampoco con las empresas privadas transnacionales extractivistas.
“ES FÁCIL GANAR UNA
ELECCIONES, PERO DIFÍCIL MANTENERSE EN ELLA”
Escribe: Felipe Supo Condori LOS ANDES 14DIC14.- Los
resultados de las elecciones de la segunda vuelta donde la majestad del
electorado puneño le otorga el poder del Gobierno Regional por 04 años a Juan
Luque, con más del 50% de respaldo, es una expresión formal de una
representatividad legítima; pero sólo una expresión de “representatividad
legítima” y no una legítima representatividad, porque, dice el adagio que, es
fácil ganar unas elecciones electorales, pero difícil mantenerse en ella,
porque sobre todo la legitimidad es el ejercicio del poder, es decir, que el
hecho que haya ganado con más del 50% es sólo la expresión que Juan Luque ha
ganado por una amplia mayoría que le da representatividad –pero sólo
representatividad.
Así, la legitimidad o
ilegitimidad de un gobierno político que es la muestra del ejercicio del poder,
recién podrá ser demostrado en éste caso por el gobierno político del PICO,
representado por Juan Luque Mamani. Muchos gobiernos que han ganado formal y
legalmente por más del 50% se han vuelto gobiernos ilegítimos como lo fue con
Alejandro Toledo que casi termina su gobierno defenestrado por la sociedad
peruana, como también hay gobiernos ilegales como es el caso de Alberto
Fujimori (luego del cierre del Congreso) terminan siendo legítimos con una
aprobación mayoritaria por la sociedad peruana (sólo hasta el final de ése
período de gobierno). Entonces, la legitimidad es la expresión no sólo de
aprobación mayoritaria de un determinado gobierno, sino la aceptación de las
medidas políticas hechas por ese determinado gobierno por satisfacer las
expectativas del electorado de una determinada sociedad.
En el caso de nuestra región,
recién sabremos si el gobierno de Juan Luque tendrá legitimidad o ilegitimidad,
considerando que la mayoría de los últimos gobiernos presididos por David
Jiménez, Hernán Fuentes y Mauricio Rodríguez, han culminado sus gobiernos como
ilegítimos por no haber satisfecho las expectativas de la población electoral
de la sociedad puneña, si hubiera habido una norma de revocatoria para
gobiernos locales, de seguro hubieran terminado vacados.
|
Aduviri y Palacin |
En este marco, lo que queda
de Juan Luque es asumir este gobierno como mucha inteligencia y tino político,
más que con capacidad técnica de gobierno; en lo político, es necesario
establecer estrategias y tácticas de negociación con los movimientos políticos perdedores,
sobre todo con Walter Aduviri que es la expresión de más del 40% del electorado
puneño, que de seguro será su talón de Aquiles y espina más punzante del
gobierno de Juan Luque, convocar a sus cuadros más representativos sería una de
las tácticas quizá más acertadas, luego es necesario convocar la
representatividad de la sociedad civil para buscar consensos y concertaciones
que son partes importantes para lograr una legitimidad de gobierno político. En
lo técnico, establecer nexos de relaciones con la Comisión de Presupuesto
presidido por nuestro paisano Rubén Condori y sobre todo con altos funcionarios
de decisión –de peso– del Ministerio de Economía y Finanzas (para ello no está
demás asesorarse con los “buenos” consejos de Lucio Ávila y Edgardo Pineda que
en el caso del gobierno de la UNA-Puno, han demostrado capacidad de gestión
presupuestal), no está demás ser modesto y bajar un poco al llano, con tal de
garantizar una buena gestión de gobierno. Estas son algunas acciones que de
carácter inmediato Juan Luque debe hacer.
En lo que viene de tiempo de
carácter mediato, como acciones de carácter político y técnico es necesario que
el líder de un gobierno tenga visión de conjunto que no sólo vea el árbol sino
el bosque en su conjunto, es decir que se adelante al escenario como
visionario, de ahí que el padre de la planificación estratégica decía que
“planifica quien gobierna” y para ello, la planificación brinda al líder
métodos, técnicas e instrumentos como herramientas para buscar el desarrollo integral
y sostenido de una determinada sociedad (ver el libro: Método, técnicas e
instrumentos de planificación estratégica - UNA Puno). Si Juan Luque realmente
tiene la intención de buscar un derrotero como desarrollo de la región Puno,
debe tomar como referentes dos instrumentos de desarrollo que ya están
trabajados, sólo falta validarlos y socializarlos con la población puneña para
que sean considerados como suyos y apuesten por ella.
Así en este contexto de la
sociedad del conocimiento y la información, las sociedades modernas más
importantes occidentales y europeas, las emergentes asiáticas y en vías de
desarrollo como las latinoamericanas tienen definido su visión, misión y
objetivos estratégicos; es decir, su derrotero a largo aliento (50-100 años).
Es en este marco que la UNA-Puno, con participación de un equipo inter y
transdisciplinario (del cual el suscrito ha sido miembro) ha formulado un plan
de desarrollo para la región Puno denominado Plan de Desarrollo a mediano y
largo plazo de la región puno al 2060, documento que es necesario considerarlo
como referente e instrumento de desarrollo para nuestra región Puno. Otro
documento que necesariamente debe ser considerado es el Plan de Desarrollo
Concertado de la Región Puno. Retomando estos 02 documentos técnicos como
instrumentos de desarrollo referenciales, sólo es posible hablar del desarrollo
de Puno como región en palabras mayores con responsabilidad; de lo contrario,
como sospecho, este gobierno de Juan Luque pasará a ser una parte más del
corolario de presidentes regionales que han pasado a la historia como
presidentes ilegítimos y se habrá perdido otros 04 años.
ELECCIONES REGIONALES: MÁS IDEAS SOBRE SUS RESULTADOS
Escribe: Luis F.
Vilcatoma Salas | LOS ANDES
14DIC14.- La Segunda Vuelta
Electoral ha concluido el 07 de diciembre con los resultados que todos sabemos.
En el caso de Puno con la victoria de Luque sobre Aduviri por un margen cómodo
y con un crecientemente amplio concierto del descontento y el pesimismo por como
se dan las cosas en el escenario político de la región y el país.
En el triunfo relativamente
holgado de Luque sobre Aduviri han incidido ciertamente diferentes factores que
van desde lo económico, transcurriendo por lo organizacional, hasta lo
cultural, en una sistemática que configura la política como un fenómeno
complejo, denso y contradictorio, especialmente ahora en que la globalización y
el neoliberalismo se han encargado, con notable eficiencia, de desmontar los
antiguos referentes racionalizadores de la política en el mundo moderno en un
contexto de profunda transformación cultural y psicológica de los sujetos de la
política.
Lo económico es, míresele por
donde se le mire, un factor de peso, particularmente en este mundo capitalista
donde la imagen mediática juega más que muchas palabras y mil discursos. Y ello
cuesta sumas inmensas de dinero que inducen compromisos de corrupción entre los
candidatos y sus financiadores poderes fácticos que luego pasan la factura a
los elegidos, cerrándose un círculo vicioso que involucra a las propias
instituciones del Estado, con perjuicios enormes para la población que más
necesita de hospitales, escuelas e infraestructura vial que se deja de
construir, se construye a medias o se construye con mala calidad porque gran
parte de los dineros del Erario Nacional fluye a los bolsillos particulares de
directivos y funcionarios de uñas largas. La impresión más inmediata que se
tiene de la propaganda electoral desplegada por ambos candidatos nos lleva a la
conclusión que Luque ha aventajado largamente a Aduviri con un despliegue
económico, de infraestructura, logística y recursos humanos envidiable desde
todo punto de vista.
|
Avila y Luque |
Lo organizacional es otro
aspecto cardinal en estos hechos. Tiene que ver con la cantidad de involucrados
militantes, ayayeros, amigos y directivos de mando superior, medio y local;
enlazados con algún tipo de vínculos que producen cercanías, compromisos (bien
o mal habidos), cooperaciones y voluntades activas para hacer de la
organización política una organización efectiva para ganar protagonismo,
audiencia pública y poder político. Aspecto en el cual Luque, como es fácil de
establecer, ha aventajado también a Aduviri dado su mayor tiempo en esta lid
electoral y, en especial, su tiempo de experiencia al frente de la Universidad
Andina Nestor Cáceres Velásquez (UANCV) en calidad de Rector con todos los
cuestionamientos que arrastra a partir de allí y que de algún modo han de
motivar legítimas aprehensiones y dudas ciudadanas a lo largo de sus años de
gestión gubernamental.
Pero lo cultural ha sido, quizás,
el aspecto más importante en todos estos ingredientes que han concurrido a la
victoria de uno y la derrota del otro. Lo cultural en tanto prejuicios, normas,
reglas sociales, cosmovisión y estereotipos históricamente hechos sentido común
en una visión popular jerarquizada del mundo andino, donde lo que no está
fagocitado por la cultura occidental, su modelo de vida, estilos, gustos y
creencias es parte de una “otredad” no aceptada y en el fondo despreciada por
barbárica. Es lo cultural dominante del paradigma eurocéntrico que impone una
relación asimétrica y arbitraria entre los diversos culturales donde lo
indígena protestante, sublevado y no prosternado ante las normas y abusos de
los neoencomenderos del capitalismo moderno, es congelado en los estereotipos
del “destructor”, “violentista”, “antisistema”, “terrorista” y otros adjetivos
más descalificantes orientados a producir temor e incertidumbre, como ha
sucedido con Walter Aduviri aprovechando su calidad de líder andino en las
acciones aquellas conocidas como el “aymarazo”.
Este cultural dominante, para
garantizar su hegemonía política y cultural, reconvierte a los sujetos de la
“otredad” cultural en sujetos ideológicamente encuadrados en los marcos de las
ideas claves del sistema dominante, escarbando en su “hábitus” (estructura
mental y simbólica) y condicionando sus voluntades, mediante diversos
mecanismos donde juegan las reglas del mercado, el derecho, las relaciones
institucionales y la educación. Entonces podemos tener a un sujeto proveniente
de las canteras culturales ancestrales, reconvertido asimétricamente por la
cultura hegemónica, aceptado aunque diferenciadamente, en los predios de la
ideología oficial y que en el peor de los casos actúa contra sus propios
hermanos social y culturalmente hablando.
Un electorado principalmente
marcado por estos estereotipos y espejuelos ideológicos, y especialmente clase
mediero, puesto ante la visión de una indigenidad moderada y disciplinada, y
ante una indigenidad rebelde y arisca ante los cartabones disciplinarios del
sistema global, opta indudablemente por lo que considera el “mal menor” como ha
sucedido en las recientes elecciones regionales. Un electorado en cuyo recuerdo
han gravitado morbosamente las imágenes autoconstruidas de una “invasión”
indígena de “incendiarios”, “desordenados”, “sucios” y “malolientes” extraños
que durante el “aymarazo” se apropiaron de las plazas y calles de Puno dejando
sin oxígeno y jodiendo a una pudorosa clase media del decoro, el orden y el
“buen decir”, del respeto hipocritón y de cierta academia a veces cultivada en
el arte y la literatura, en las formas y el sentido artístico pero reacia a los
compromisos históricos y prácticos con la transformación social y la justicia.
Un electorado que en este como en otros casos ha optado por el “mal menor” que,
en otras palabras, es un votar prejuiciosamente contra una opción diferente. El
voto por Luque, así, en su gran dimensidad, ha sido el voto contra Aduviri.
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