LECTURAS
INTERESANTES Nº 611
LIMA PERU
7 ABRIL 2014
Ricos y pobres: Informe de OXFAM
EL REINADO DE LAS
ÉLITES
Riqueza y
desigualdad en Latinoamérica y Caribe
OXFAM
MEDIA BRIEFING 2 abril de 2014
En el Foro Económico Mundial de Davos de
enero de 2014, OXFAM denunció que las élites se reparten el poder político para
manipular las reglas del juego económico, socavando la democracia y creando un
mundo en el que las 85 personas más acaudaladas acumulan tanta riqueza como la
mitad de la población más pobre del planeta. Ahora, ante el Foro Económico
Mundial de Latinoamérica, que se reúne en Panamá los días 1-3 de abril de 2014,
alertamos que, a pesar de los avances, superar la desigualdad extrema continua
siendo la gran deuda pendiente en la región. Durante la última década, los
países de Latinoamérica y el Caribe (LAC) han reducido sus niveles de pobreza y
desigualdad. Sin embargo, sigue siendo la región más desigual del mundo y sus
élites siguen acumulando extrema riqueza y excesivo poder. En los países de
LAC, mientras los más ricos captan en promedio casi 50% de los ingresos
totales, los más pobres reciben solo el 5%. Mientras que 164 millones de
personas viven en situación de pobreza (66 millones de ellas en pobreza
extrema), 113 latinoamericanos están en la lista de las personas
multimillonarias del mundo. Los ingresos -estimados- que sus fortunas generan
en un año, bastarían para que al menos 25 millones de latinoamericanos salieran
de la pobreza. OXFAM hace un llamado a los gobiernos de la región para que
asuman el reto de superar la desigualdad poniendo freno a la excesiva
influencia de las élites económicas en la toma de decisiones e implementando
políticas que redistribuyan la riqueza y acaben con la pobreza.
La región más
desigual del mundo
A pesar del crecimiento
económico y del esfuerzo de los gobiernos por superar el flagelo de la pobreza
y la desigualdad a través de políticas sociales, Latinoamérica y el Caribe
(LAC) sigue siendo la región más desigual del mundo. La desigualdad de ingresos
en la región, medida por el índice de Ginii,
pasó de 53,4 en 2002 a 49,9 en 2010,ii,iii
y disminuyó en todos los países de la región durante la última
década. Sin embargo, el nivel inicial de desigualdad en LAC era tan elevado,
que a pesar de su descenso, varios países latinoamericanos tienen todavía hoy
unos niveles de desigualdad comparables a los de algunos países de África
Subsahariana y del Sudeste asiático.iv
Según la CEPAL, en el año
2011, el ingreso del 20% más rico de la población en LAC era 17 veces mayor que
el del 20% más pobre, y esa diferencia llegaba a ser de hasta 25 veces mayor en
los países con mayor desigualdad.v
En el 2012, en promedio, el
quintil más pobre captaba solo el 5 % de los ingresos totales del país con
extremos que van desde menos de 4 % (en Bolivia, Honduras, Paraguay y República
Dominicana) a 10 % (en Uruguay). La participación del quintil más rico, en
tanto, promediaba el 47 %, con un rango que va desde 35% (en Uruguay) a 55 %
(en Brasil).vi
Es decir de cada 100 dólares
de ingresos que reciben los países, 5 llegan a los más pobres, cerca de 50 a
los más ricos. La desigualdad de ingresos y de riqueza en LAC está
intrínsecamente ligada a la persistencia de pautas de exclusión y
discriminación de toda índole que no han variado significativamente y que en
muchos casos se mantienen desde épocas muy remotas. Factores como el color de
piel, si se es hombre o mujer, si se nació en el campo o en la ciudad, en la
periferia o en la capital, o si se cuenta con riqueza por herencia familiar o
no, entre otros, condicionan las opciones reales de las personas de mejorar sus
ingresos y ejercer plenamente sus derechos. El acceso al crédito, a la tierra,
a los servicios públicos de calidad, a las herramientas que apuntalen la productividad
de los pequeños emprendimientos (como la tecnología), a los empleos dignos y a
la representación política, entre otros, siguen estando al servicio de
demasiado pocos.
El rostro de la riqueza
La
extrema concentración de la riqueza es una de las dos caras de la desigualdad.
En la región, mientras las élites económicas latinoamericanas ocupan un lugar
protagonista en las listas de los más ricos del mundo, 164 millones de personas
viven en situación de pobreza, 66 millones de ellas en pobreza extremavii. En marzo de 2014, la
lista “The World's Billionaires”, publicada anualmente por la Revista Forbes,
registraba a 113 latinoamericanosviii
(65 brasileños, 16 mexicanos,
12 chilenos, 8 peruanos, 5 argentinos, 4 colombianos, y 3 venezolanos) entre
las personas del mundo con patrimonios netos iguales o superiores a los 1000
millones de dólaresix. En
total sus fortunas suman 438,350 millones de dólares. Durante los últimos dos
años, a la lista Forbes han ingresado 51 nuevas fortunas latinoamericanasx, siendo Brasil -uno de los
5 países más desiguales de la región- el que más ha aumentado su número de
multimillonarios. Actualmente es el quinto país con más multimillonarios del
mundo: 65 en total.
De
acuerdo a Forbes, aproximadamente el 76% de la riqueza de los multimillonarios
de la región se concentra en 7 sectores económicos. La fortuna de estas 113
personas y sus familias están asociadas a las telecomunicaciones (16%), el
sector financiero (16%), la industria de la cerveza (16%), los medios de
comunicación (8%), las actividades extractivas -hidrocarburos y minería- (12%),
el sector de la construcción y las empresas minoristas (4% cada uno). Alrededor
del 12% del patrimonio de los multimillonarios de la región, que pertenece tan
solo a 6 personas, está vinculado a la actividad extractiva. De éstos, el
sector más concentrado es el de telecomunicaciones, controlado por la fortuna
de Carlos Slim, la más grande de la región y la segunda del mundo. Slim es Presidente
y Director Ejecutivo de América Móvil, la empresa que controla casi el 80% de
los servicios de línea fija y el 70% de los servicios móviles en Méxicoxi. Según Forbes, cuenta con
un patrimonio neto estimado en 72.000 millones de dólares; 4.000 millones de
dólares menos que Bill Gates. Es difícil dimensionar la magnitud real de lo que
significa, en términos de desigualdades, el nivel de riqueza acumulada por
estas 113 personas. Parte del problema radica en que no existen datos públicos
y completos para conocer, a ciencia cierta, a cuánto asciende el ingreso total
generado cada año por el patrimonio de los multimillonarios. En cualquier caso,
para estimar a qué equivale esa riqueza, bastaría con una premisa realista. Por
ejemplo, que los ingresos anuales de los multimillonarios representan un 3,5%xii de su fortuna; un mínimo
porcentaje. Siendo así, en 2014 los ingresos anuales de los 113
multimillonarios latinoamericanos equivaldrían a los presupuestos estatales de
3 países centroamericanos juntos (El Salvador, Guatemala y Nicaragua). También
serían equivalentes al presupuesto conjunto de salud pública de 9 países de la
región durante el 2011 (Bolivia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Perú,
República Dominicana, Honduras, Nicaragua y Paraguay)xiii.
Visto
de otro modo: con los ingresos estimados que esas fortunas generan en un año,
bastaría para que al menos 25
millones de latinoamericanos salieran de la
pobreza. Es decir, a todas las personas que viven en pobreza en Bolivia,
Colombia, Ecuador y El Salvador juntos
xiv.
A nivel de países, los ingresos anuales que genera la fortuna de Carlos Slim,
podrían pagar los salarios anuales de 440.000 mexicanos
xv. En Colombia, el 1% de la población más rica capturó
más del 20% de total de los ingresos que se generaron en el país, un nivel de
participación en el ingreso que ha mantenido desde 1980. A pesar de que estas
cifras ilustran la magnitud de la riqueza concentrada en pocas manos, es
altamente probable que se queden cortas: una cantidad considerable de los
ingresos de los más acaudalados se ocultan en paraísos fiscales. Oxfam estima
que, a nivel global, al menos 18,5 billones de dólares pertenecientes a
fortunas de individuos se esconden en paraísos fiscales
xvi.
Fiscalidad: traje a
medida de las élites
Existe
fuerte consenso alrededor de la idea de que la extrema concentración de poder
económico pervierte el proceso y la naturaleza de las decisiones sobre
políticas públicas. Cuando las élites económicas secuestran las políticas
gubernamentales, las leyes y regulaciones tienden a favorecer a los ricos y/o a
los más poderosos, incluso a costa de todos los demás.xvii
Oxfam ha denunciado la cooptación de las
políticas por parte de élites económicas en perjuicio de la mayoría de los
ciudadanos, y ha señalado por ejemplo, la pérdida de bienestar de los
ciudadanos mexicanos producto de políticas que han favorecido al monopolio que
ejerce América Móvil en México.xviii
Son múltiples las políticas públicas con las
que cuentan los gobiernos para reducir la desigualdad. La política fiscal –que
abarca tanto la gestión de ingresos como el nivel y la orientación del gasto-
es una de ellas, constituyéndose en una herramienta potente para combatir las
desigualdades de forma directa y aún más poderosa cuando se articula con otras
políticas públicas. Dado el potencial impacto redistributivo que supone, es
decir su capacidad para cambiar las estructuras sociales, no es casual que las
élites políticas y económicas de LAC, muy aupadas por organismos
internacionales como el Fondo Monetario internacionalxix, hayan modelado sistemas fiscales que en general
tienen un impacto muy limitado como correctores de desigualdades y de hecho, en
muchos sentidos, contribuyan a su profundizaciónxx. Un estudio reciente del Banco Interamericano de
Desarrollo vincula el menor nivel de impuestos sobre la renta personal
(fenómeno que caracteriza a los sistemas tributarios de la región) a la
existencia de una representación política desigual que favorece a las élites.xxi
Cuando se analizan los sistemas fiscales
latino-caribeños el resultado es bastante concluyente: queda mucho por hacer
para que sean instrumentos capaces de apuntalar sociedades más equitativas y
justas. Sin dejar de tomar en cuenta la heterogeneidad y las especificidades de
los países, que se evidencia en los distintos nivelesxxii y calidad del gasto públicoxxiii así como a los distintos volúmenes de recaudaciónxxiv, en general la
injusticia fiscal en los países de LAC tiene algunas características comunes:
Insuficiencia recaudatoria e insostenibilidad
En
general, se recauda menos del potencialxxv
y/o existe una fuerte dependencia de fuentes de ingresos públicos inestables,
poco predecibles y social y medioambiental insostenibles. Muchos de los
presupuestos públicos de los países de la región dependen en una magnitud
importante de ingresos no tributariosxxvi
y tributarios derivados de la explotación de recursos naturales.xxvii
Regresividad del sistema impositivo y desequilibrio en las aportaciones
de las distintas actividades y agentes económicos
Los sistemas tributarios latinoamericanos
suelen caracterizarse por una mayor presión impositiva efectivaxxviii sobre salarios y
consumo que sobre la renta y la riqueza. Parte del problema radica en un exceso
de exoneraciones y perversos incentivos fiscalesxxix que se utilizan para promover inversión nacional y
sobre todo extranjera. Al igual que la práctica muy asentada en los Estados
latino-caribeños por la cual las rentas no salariales o del capital
(colocaciones financierasxxx,
intereses de títulos públicos, beneficios de fondos de inversión, ganancias de
capital en bienes inmuebles y acciones, etc.) y el capital inmobiliario
(propiedades), que están concentradas en los estratos socioeconómicos más
altos, son casi intocables desde el punto de vista impositivo.xxxi
Inefectividad para promover el progreso económico digno y sostenible, y
la movilidad social ascendente de la mayoría de la población
Las políticas sociales son aún insuficientes para
combatir desigualdades estructurales derivadas de la exclusión y discriminación
así como para crear verdaderas oportunidades para los más pobres. Una mezcla de
recursos insuficientes y baja calidad, en particular de los servicios públicos
que usan los más pobres, siguen atentando contra este objetivo. Además, la
fiscalidad en LAC es extremadamente funcional a modelos de crecimiento basados
en la exportación de hidrocarburos y materias primas que dejan rezagados y
desplazan a otros sectores económicos como la pequeña agriculturaxxxii, xxxiii y pequeñas y
medianas empresas de servicios y manufactureras. Además, es inoperante en la
promoción de una formalización ajustada a las condiciones laborales y de vida
de muchos trabajadores y trabajadoras pobres.
La política fiscal suele reproducir visiones tradicionales del rol de
la mujer en la sociedad reforzando así las brechas de género existentes
|
En qué sectores invierten los ricos |
Debido
a la distinta posición en la que se encuentran hombres y mujeres en las
sociedades, los sistemas fiscales pueden contribuir a ampliar o reducir las
desigualdades de género existentes.xxxiv
La
política tributaria por ejemplo, puede terminar siendo más regresiva, costosa e
ineficiente para las mujeres que para los hombres dados sus diferentes patrones
de consumo, las actividades económicas que suelen emprender o debido al rol de
“cuidadoras” que por defecto les ha atribuido la sociedad.
Elevada propensión a la evasión y elusión fiscal
La evasión y elusión fiscal en LAC son
elevadas, y estas fugas están concentradas principalmente en el impuesto a la
renta personal y de las empresas.xxxv
La
fuga de recursos es apuntalada por la inoperancia e insuficiencia de los
mecanismos de control internos de las administraciones tributarias y es
reforzada por los vacíos de la regulación internacional, la opacidad del sistema
financiero y la ausencia de mecanismos integrales de cooperación y coordinación
fiscal a escala regional o subregional. Estas deficiencias limitan seriamente
la posibilidad de seguirle el rastro a valiosos recursos que se esfuman en los
paraísos fiscales.
Débil institucionalidad y representatividad
La
corrupción es persistente, la rendición de cuentas de los gobiernos hacia todos
los niveles es pobre y los procesos de planificación y ejecución de las
políticas fiscales son muy opacos. Todo esto está detrás de la baja cultura
tributaria que caracteriza a los países de la región.
RECOMENDACIONES
Los
líderes empresariales y políticos que participan en el Foro Económico Mundial
de Latino América en Panamá, tienen la responsabilidad de contribuir a la reducción
de las desigualdades que permanecen arraigadas en la región a pesar del
crecimiento económico y de las políticas sociales que se han implementado en
los últimos años.
Oxfam les pide:
No utilizar paraísos
fiscales para evadir impuestos ni en sus propios países ni en otros países en
los que invierten y operan;
No utilizar su riqueza
económica para obtener favores políticos que supongan un menoscabo de la
voluntad política de sus conciudadanos;
Hacer públicas todas las
inversiones de las que sean beneficiarios efectivos;
Respaldar una fiscalidad
progresiva sobre la riqueza y los ingresos;
Reclamar que todas las
empresas que poseen o controlan ofrezcan un salario digno a sus trabajadores;
Exigir a otras élites
económicas que también se adhieran a estos compromisos.
Oxfam
recomienda a los gobiernos de la región:
|
Distribución del ingreso en América Latina |
Una mayor regulación de
los mercados;
Poner freno a la capacidad
de la población rica para influir en los procesos políticos y en las políticas
que mejor responden a sus intereses.
El fortalecimiento de los
umbrales salariales y de los derechos de los trabajadores;
La eliminación de las
barreras a la igualdad de derechos y oportunidades de las mujeres.
La fiscalidad progresiva;
La adopción de medidas
firmes contra el secreto bancario y la evasión fiscal;
Las transferencias
redistributivas y el fortalecimiento de los mecanismos de protección social;
La inversión en el acceso
universal a una atención sanitaria y una educación de calidad;
La transparencia y
rendición de cuentas tanto en recaudación como en orientación y ejecución del
gasto púiblico, y favorecer el ejercicio del control ciudadano.
NOTAS
i El coeficiente de Gini es una medida de la
desigualdad. Normalmente se utiliza para medir la desigualdad en los ingresos
dentro de un país, pero puede utilizarse para medir cualquier forma de
distribución desigual. El coeficiente de Gini es un número entre 0 y 1, en
donde 0 se corresponde con la perfecta igualdad (todos tienen los mismos
ingresos) y donde el valor 1 se corresponde con la perfecta desigualdad (una
persona tiene todos los ingresos y los demás ninguno). El índice de Gini es el
coeficiente de Gini expresado en porcentaje y es igual al coeficiente de Gini
multiplicado por 100.
ii Gasparini
y Cruces (2012), Pobreza, Desigualdad y Políticas Públicas en América Latina.
Evaluación de resultados y agenda futura, CEDLAS (Centro de Estudios
Distributivos, Laborales y Sociales). CEDLAS (Centro de Estudios Distributivos,
Laborales y Sociales).
iii La estimación es conservadora pues se basa
en los datos de las encuestas nacionales donde suelen estar sub-representados
los ingresos de los más ricos.
iv Gasparini y Cruces (2012), Pobreza,
Desigualdad y Políticas Públicas en América Latina. Evaluación de resultados y
agenda futura, CEDLAS (Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales).
v “Cepal: la desigualdad es el problema más
urgente para América Latina”;
http://www.americaeconomia.com/economia-mercados/finanzas/cepal-la-desigualdad-es-el-problema-mas-urgente-para-america-latina.
Véase también Bárcenas (2011), “Distribuir riqueza. La pobreza y la desigualdad
han disminuido en américa Latina en los últimos años, pero aún queda mucho por
hacer”, CEPAL,
https://www.imf.org/external/pubs/ft/fandd/spa/2011/03/pdf/Barcena.pdf
vi CEPAL (2014), Panorama Económico y Social de
la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, 2013, p.30,
http://www.cepal.org/publicaciones/xml/7/52077/PanoramaEconomicoySocial.pdf
vii CEPAL (2014), Panorama Económico y Social de
la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, 2013, p. 29,
http://www.cepal.org/publicaciones/xml/7/52077/PanoramaEconomicoySocial.pdf
viii La lista
incluye la fortuna de personas y de personas junto a sus familias.
ix Para estimar
los patrimonios netos se toma en consideración los activos incluyendo
participaciones en empresas públicas y privadas, bienes raíces, yates, arte y
dinero en efectivo-una vez deducidas las deudas.
x En el
2012 y 2013, la lista Forbes registraba, 62 y 97 fortunas latinoamericanas,
respectivamente.
xi Fuentes-Nieva
R. y N. Galasso (2014), Gobernar para las élites. Secuestro democrático y
desigualdad económica, Oxfam,
http://www.oxfam.org/sites/www.oxfam.org/files/bp-working-for-few-political-capture-economic-inequality-200114-es.pdf.
xii Se ha
utilizado un rendimiento de inversión realista. A mayo de 2013, Oxfam estimó
que un 3,5% era el rendimiento de una cartera de inversiones equilibrada de
grandes fortunas que están depositadas en paraísos fiscales. Para estimar la
rentabilidad, Oxfam se basó en el Informe Anual de Inversiones del Credit
Suisse (Credit Suisse Investment Yearbook) del año 2013. Según este informe, la
rentabilidad real de un conjunto equilibrado de fondos de renta variable y de
renta fija era del 2%; a este porcentaje se le añadió la tasa de inflación de
Estados Unidos (1,5%) para obtener la rentabilidad nominal. El mismo Informe
(Credit Suisse Investment Yearbook) del año 2014 confirma la validez de los
cálculos de Oxfam. Véase Credit Suisse pág. 7; https://publications.credit-suisse.com/tasks/render/file/?fileID=0E0A3525-EA60-2750-71CE20B5D14A7818
xiii Estimaciones
en base a presupuestos del 2011. Último dato disponible en el Banco Mundial,
“World Development Indicators”,
http://data.worldbank.org/data-catalog/world-development-indicators
xiv El
cálculo se refiere al volumen de recursos anuales que son necesarios para que
al menos 25 millones de personas de LAC pudieran salir de la pobreza monetaria.
Cálculos propios utilizando a CEDLAS (Centro de Estudios Distributivos,
Laborales y Sociales) y el Banco Mundial, http://sedlac.econo.unlp.edu.ar/eng/
, y al Banco Mundial, “World Development Indicators”,
http://data.worldbank.org/data-catalog/world-development-indicators Para
estimar los recursos anuales necesarios para reducir la pobreza monetaria en un
país X se utiliza la siguiente fórmula: FGT1 *Línea de la pobreza (4 dólares al
día en PPP en paridad de poder adquisitivo)*N (Población Total del país X)*365
días. El FGT1) es una medida per cápita del déficit en el bienestar de los
pobres en relación a la línea de pobreza, expresado como una proporción de
dicha línea de pobreza. Se utiliza como una medida que calcula el costo per
cápita de la eliminación de la pobreza (como proporción a la línea de la
pobreza), a través de transferencias perfectamente dirigidos a los pobres, en
la ausencia de costos de transacción y asumiendo que no va a ver cambios de
comportamiento. Los países a los que se hace referencia en este cálculo son
Bolivia, Colombia, Ecuador y El Salvador. Los datos del FGT1 corresponden a
2012.
xv B. Milanovic
(2012) citado por Fuentes-Nieva R. y N. Galasso (2014), Gobernar para las
élites. Secuestro democrático y desigualdad económica, Oxfam,
http://www.oxfam.org/sites/www.oxfam.org/files/bp-working-for-few-political-capture-economic-inequality-200114-es.pdf.
xvi “Miles de millones de dinero “privado”
escondidos en paraísos fiscales podrían acabar dos veces con la pobreza
extrema”,
http://www.oxfam.org/es/eu/pressroom/pressrelease/2013-05-22/miles-de-millones-de-dinero-privado-escondidos-en-paraisos-fiscalesdata.worldbank.org/data-catalog/world-development-indicators
xvii Fuentes-Nieva
R. y N. Galasso (2014), Gobernar para las élites. Secuestro democrático y
desigualdad económica, Oxfam,
http://www.oxfam.org/sites/www.oxfam.org/files/bp-working-for-few-political-capture-economic-inequality-200114-es.pdf.
xviii Ibíd.
xix
Véase Itriago D. (2011), Dueños del
Desarrollo. Impuestos para reducir la pobreza, págs. 18-20, Oxfam,
http://www.oxfam.org/sites/www.oxfam.org/files/rr-owning-development-domestic-resources-tax-260911-es.pdf
xx
Sobre todo, el menor impacto redistributivo se atribuye a los impuestos más que
al gasto público.
xxi
Martín y Scartascini (2011), Why Don’t We Tax the Rich? Inequality, Legislative
Malapportionment, and Personal Income Taxation around the World, Banco
Interamericano de Desarrollo (BID),
http://www.iadb.org/en/research-and-data/publication-details,3169.html?pub_id=IDB-WP-282,
El estudio incluye a 17 países de Latinoamérica y el Caribe. Véase el gráfico
sobre Desigualdad en la representación política versus Impuestos a la Renta
Personal como porcentaje del PIB en el siguiente link:
http://www.iadb.org/es/noticias/articulos/2011-12-02/representacion-politica-desigual-e-impuestos,9710.html
xxii Por
ejemplo, varios países de América del Sur se encuentran entre los de mayor
gasto en salud pública por habitante, como Argentina, Brasil, Chile y Uruguay,
a los que se suma también Costa Rica. En el extremo opuesto se hallan algunos
países centroamericanos, como Guatemala, Nicaragua y Honduras, que presentan
los valores más bajos por habitante junto con Bolivia (Estado Plurinacional de)
y Paraguay. Véase CEPAL (2014), Panorama fiscal de América Latina y el Caribe
2014. Hacia una mayor calidad de las finanzas públicas,
http://www.eclac.cl/publicaciones/xml/8/52008/PanoramaFiscal2014.pdf
xxiii
Véase CEPAL (2014), Panorama fiscal de América Latina y el Caribe 2014. Hacia
una mayor calidad de las finanzas públicas, http://www.eclac.cl/publicaciones/xml/8/52008/PanoramaFiscal2014.pdf
xxiv Véase
un detalle sobre las presiones fiscales y tributarias de LAC en Rebossio
(2013); “Los países latinoamericanos donde se pagan más y menos impuestos”;
http://blogs.elpais.com/eco-americano/2013/03/los-pa%C3%ADses-latinoamericanos-donde-se-pagan-m%C3%A1s-y-menos-impuestos.html
xxv
Véanse estimaciones del BID (2013), Recaudar no basta: los impuestos como
instrumento de desarrollo,
http://www.iadb.org/es/investigacion-y-datos/publicacion-dia,3185.html?id=2013
xxvi Se
refieren a aportaciones a la seguridad social e ingresos públicos que se
obtienen por rentas por exportaciones, como contraprestación a un servicio
público (derechos), del pago por el uso o explotación de bienes del dominio
público o privado (productos), o de la aplicación de multas y recargos
(aprovechamientos).
xxvii Estimaciones
señalan que Trinidad y Tobago es el país latinoamericano que muestra el mayor
grado de dependencia fiscal respecto de los recursos naturales, con una
participación relativa de 45,8% de los ingresos totales durante el trienio
2009-2011. Le siguen Venezuela con 40% de dependencia, Ecuador (34,5%), México
(32,5%), Bolivia (29,9%), Chile (17,3 %), Colombia (16,2 %), Argentina (13,5%)
y Perú (9,3%). Véase CEPAL (2013), Panorama fiscal de América Latina y el
Caribe. Reformas tributarias y renovación del pacto fiscal, págs. 16-18,
http://www.eclac.cl/publicaciones/xml/6/49276/PanoramaFiscaldeALC.pdf
xxviii Después
de aplicar beneficios fiscales como exoneraciones o tasas reducidas.
xxix
Véase Itriago D. (2011), Dueños del Desarrollo. Impuestos para reducir la
pobreza, págs. 16-17, Oxfam,
http://www.oxfam.org/sites/www.oxfam.org/files/rr-owning-development-domestic-resources-tax-260911-es.pdf
xxx Colocaciones de fondos hechas en la banca a
plazo, desde siete días a más de un año, con intereses superiores a los de las
cuentas de ahorro.
xxxi “(…)
se observa la existencia de generosos tratamientos preferenciales que reciben
las rentas de capital (…) en la gran mayoría de los países de la región, las
que o bien están totalmente exentas o están sujetas a tasas efectivas sumamente
reducidas (…)”; Véase Gómez S. J.C., Jiménez J.P y D. Rossignolo (2012),
Imposición a la renta personal y equidad en América Latina: Nuevos desafíos,
CEPAL, http://www.eclac.org/de/publicaciones/xml/9/46529/SERIE_MD_119.pdf.
Véase también al BID (2013), Recaudar no basta: los impuestos como instrumento
de desarrollo, gráfico 1.9 (El sesgo antilaboral de los impuestos: razón de las
cargas tributarias del trabajo y del capital),
http://www.iadb.org/es/investigacion-y-datos/publicacion-dia,3185.html?id=2013
xxxii Véase
por ejemplo para el caso de Paraguay en Itriago (2012a); Tributación en
Paraguay: el ostracismo de la pequeña agricultura, Oxfam,
http://www.oxfam.org/sites/www.oxfam.org/files/rr-taxation-paraguay-smallscale-producers-24052012-es.pdf
y en Itriago (2012b), Itriago (2012b),Justicia tributaria para la población
campesina paraguaya,
http://www.oxfam.org/es/crece/policy/justicia-tributaria-para-la-poblaci%C3%B3n-campesina-paraguaya,
xxxiii Véase
Guereña (2011),Derecho a producir. Invertir más y mejor en la pequeña agricultura
de América del Sur, págs. 17-25, Oxfam,
http://www.oxfam.org/sites/www.oxfam.org/files/derechoaproducir_oxfamcrece-04102011.pdf
xxxiv Coello
Cremades y CIASE (2013). Pendiente de publicación. Otras autoras y autores han
estudiado cómo las políticas macroeconómicas, y en concreto las políticas
fiscales, no son neutrales al género y tienen efectos e impactos diferenciados
en hombres y mujeres que inciden en las desigualdades existentes, pudiendo
contribuir a incrementarlas o por el contrario, a reducirlas. Léase por ejemplo
a Nilufer Cagatay, María Pazos, Lucía Claria Pérez Fragoso, Francisco Cota
González, Corina Rodríguez Enríquez, Caren Grown e Imraan Valodia, entre otras
(os).
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