jueves, 6 de marzo de 2014
martes, 4 de marzo de 2014
DISCURSO EN HOMENAJE A MARCO ZAMBRANO POMAREDA
Señor Presidente y
miembros del Consejo Directivo, queridos consocios, Marco y digna esposa, Señoras
y señores:
Muy buenas noches tengan todos los
presentes. Hoy 3 de marzo de 2014 nos encontramos reunidos para dar curso a un
homenaje de reconocimiento al distinguido y muy querido asociado Marco Zambrano
Pomareda. Y felizmente lo hacemos cara a cara, sin las veleidades de los
homenajes póstumos y sin falsos
halagos protocolares.
Imposible
es disimular la emoción que nos produce esta selecta y numerosa asamblea,
reunida para testimoniar su homenaje a nuestro asociado, que significa en
esencia el deseo unánime de directivos y asociados de Brisas del
Titicaca de recompensar a nuestro co-asociado y común amigo, todo lo que hasta
ahora ha hecho por esta institución y por la cultura puneña, en la viva
esperanza de que lo siga haciendo.
Por
ello, resulta un señalado honor para quien les habla, tratar de
interpretar el sentimiento asociativo común que ha sabido inspirar una persona
que mediante su invariable sincera amistad y mediante la entrega constante y
desprendida de su arte e identificación con nuestra entidad, nos ha demostrado
ser un hombre cabal, inteligente, y artista puneñista muy sensible. En fin, alguien
que se ha hecho acreedor merecido del cariño y estimación de todos.
Marco
Zambrano Pomareda nació hace 69 años un 21 de octubre de 1945, aquí en Lima.
Hijo del matrimonio entre Juan de Dios Zambrano Gallegos y Rosa Pomareda
Ballón, ambos naturales de Pizac, Cusco. Casó en 1973 con doña Ana María Duran
Blanco, natural de Pisco, con quien tuvo a sus hijos Rosa Elena y César Augusto
Zambrano Duran.
Todavía
niño de pecho fue a radicar a Moquegua a donde recaló su señor padre por
razones de trabajo. En esa ciudad estudió en la Escuela Pre-vocacional Rafael
Díaz y luego en la Gran Unidad Escolar Simón Bolívar.
Al
término de sus estudios secundarios ingresó en 1966 a la Escuela Superior de
Bellas Artes con sede en la capital de la República. Egresó en 1971 junto a sus
50 condiscípulos.
Por
cuatro años ejerció la docencia en la Escuela Regional de Bellas Artes de Ica.
Al término de ese tiempo fue a radicar a Moquegua para estar cerca de sus
padres. Allí empleó su arte gráfico en el Proyecto Cuajone y en la Southtern
Perú Corporation, laborando en este último caso durante seis años en los
talleres gráficos de la empresa.
Desde
1982 pasa a radicar en Tacna, en la que, desde su ingreso a la filial tacneña
del Instituto Nacional de Cultura, desarrolla intensa vida artística y cultural,
formando parte de un círculo de intelectuales entre los que estaban los
historiadores Cavagnaro y Livio Gómez, el poeta Gambetta y el sociólogo Grover
Pango más tarde Ministro de Educación.
Marco
tuvo la grata experiencia de haber organizado el exitoso Festival de la Rayma
(o recojo) de aceituna en 1984. Organizó también un concurso de Peñas Criollas
de Tacna, que se cumplió con gran suceso.
Fue
Presidente de la comisión organizadora de la Escuela de Bellas Artes de Tacna y
su primer Director desde su funcionamiento en 1990.
En
1991 pasa a radicar en Lima, ingresando a laborar en el Instituto Nacional de
Estadística. Después de 23 años de trabajo ocupa en la actualidad el cargo de Director
de la Oficina de Edición Audiovisual y Gráfica.
Durante
todo ese tiempo y en paralelo, cumple en Lima nutrida labor artística como
pintor, realizando muchas exposiciones tanto en forma individual como
colectiva.
Entre
las muestras públicas de su arte pictórico debe decirse que en 1968, 1969 y
1970 realiza exposiciones colectivas de la mano con los estudiantes de Bellas
Artes de Lima. A los tres años en 1971 expone en la Universidad Nacional de
Ingeniería. Desde ese año hasta 1979 participa en diversas exposiciones tanto
individuales como colectivas en Lima, Ica Chincha, Moquegua Ilo y Tacna. Ya en
Lima, en los años 1991 y siguientes, expone en los clubs departamentales de
Tacna y Moquegua, Banco de Comercio y en la Asociación de clubs Departamentales
del Perú y ACDP.
En
Brisas del Titicaca ha sido co-expositor en varias ocasiones. En 2010 realiza
una muy comentada exposición individual mostrando dieciséis oleos y acuarelas
sobre paisajes urbanos y campestres de Pomata.
A
partir del año 2000 empezó a frecuentar nuestro local institucional juntamente
con el asociado de entonces Adolfo Huirse quien también laboraba en el INEI.
Ingresó como asociado durante la presidencia de Helbert Rondón. Desde entonces
a la fecha ha demostrado su admiración y cariño por Brisas, lo que se tradujo
en su presteza permanente para brindar su franca colaboración cuantas veces le
fue solicitada, en acciones que signifiquen el progreso de la asociación.
La
otra faceta destacada de su personalidad es la de músico como guitarrista y
cantor. Originalmente integró activamente la Peña Naranja promovida por
personal que pertenecía a la compañía de aviación Faucett y que tenía como
local el Centro Musical Villa de los Libertadores de Pueblo Libre. Ese fue la
matriz de donde salió el Trio Naranja que Marco conformó con Zacarías Zapata y
Atilio Scotto, conjunto conocido en canales de Televisión y centros musicales
de Lima ligados a la música criolla y romántica.
Su
fuerte pero bien cultivada voz ha llevado alegría a diversos escenarios y a
acontecimientos sociales públicos y privados. En esas actuaciones sabía
derrochar la afabilidad y bonhomía que adornan su personalidad.
Sabemos que en estos últimos tiempos Marco
lidia todos los días con los quebrantos que han sobrevenido en su salud. A
pesar de ello, afortunadamente hoy contamos con su presencia, lo cual nos
permite decirle de frente que los asociados de Brisas del Titicaca estamos muy
preocupados por su salud y que lo que más deseamos es que logre superar ese
bache inevitable e indeseable que se ha presentado en el transcurso de su
fructífera vida.
No
es fácil expresar toda la enorme satisfacción que sentimos al verlo aquí junto
con todos nosotros, pero nos ayuda el hecho de que ésta
es una muy
buena ocasión para expresarle, toda la especial consideración y estima personal
que le tenemos, por su don de gentes y por sus virtudes y habilidades, por ser
una persona agradable, dedicada y noble. Estamos orgullosos de conocerlo y ser
–en alguna forma- parte de su vida.
Sabemos que está luchando duro por
recuperar su bienestar sicofísico que desmejoró por la inevitable fragilidad de
la salud que a todos nos afecta tarde o temprano en el transcurso de nuestras
vidas. Pero vemos
que se está levantando, sobreponiéndose con optimismo al momento adverso que le
ha tocado vivir.
Hacemos fervientes votos para que en
esa ardua lucha le vaya bien, y tenemos fe en que vencerá, pues tiene el tesón
y la capacidad moral para salir adelante.
Nuestro común anhelo es que vengan para
él muchos
años más, llenos de alegría y felicidad junto a sus seres queridos. De paso, podrá seguir dando lo mejor de sí, y seguir siendo el destacado asociado,
el amigo leal, respetuoso y querendón que todos conocemos, especialmente de
quienes hemos tenido el privilegio de su amistad.
Permítanme
decirle ahora, públicamente a Marco Zambrano de manera muy especial, que allí
en el Bar de Asociados nos está haciendo mucha falta su presencia llena de
sinceridad, su respeto y aprecio, su alegría, su voz cantarina, su destreza en
el juego de billar.
Finalmente,
quiero dejar el testimonio de mi agradecimiento al Consejo Directivo y a la
vocalía de Cultura, por haberme dispensado el honor de hacer uso de la palabra
en este acto.
Muchas
gracias.
GUILLERMO
VÁSQUEZ CUENTAS
domingo, 2 de marzo de 2014
Articulo mio en Los Andes
¿VERDE POR AZUL?
Escribe: Guillermo Vásquez Cuentas. Los Andes 2MAR14
Desde de la milenaria llegada a la meseta de los primeros hombres
antepasados de uros, pucaras, aimaras, desde la expansión cultural
tiahuanacota, desde la irrupción violenta de las hordas que subieron desde
Atacama, desde que los j'akkes formaron los pueblos colla, lupaca, pacaje,
omasuyo y otros; desde que los incas lo identificaron como su paccarina, el
lugar donde emergieron al mundo, desde mucho antes de todos esos hitos
históricos, el Lago Titicaca mostraba ya –hace millones de años– sus límpidas
aguas predominantemente azules al cielo del continente.
Diego de Agüero, el primer europeo en llegar a estas
tierras, debió quedar absorto en aquel 1533, al contemplar desde las alturas de
Amantani la serena y azul inmensidad de la "gran laguna".
Muchos de los cronistas de la invasión española, viajeros, funcionarios coloniales, personalidades y científicos venidos de todas partes, han descrito en diferentes épocas y en muy diversas formas el singular paisaje lacustre. Son muchos también los poetas, pintores y músicos que tuvieron en el lago azul su fuente predilecta de inspiración. Basta examinar la abundante producción intelectual y artística de los puneños para confirmarlo.
Muchos de los cronistas de la invasión española, viajeros, funcionarios coloniales, personalidades y científicos venidos de todas partes, han descrito en diferentes épocas y en muy diversas formas el singular paisaje lacustre. Son muchos también los poetas, pintores y músicos que tuvieron en el lago azul su fuente predilecta de inspiración. Basta examinar la abundante producción intelectual y artística de los puneños para confirmarlo.
Puno, lago y azul, están indisolublemente unidos. Este color
ha llegado a ser componente principal de la simbología que se usa
–particularmente pero no exclusivamente en la capital del departamento– para
distinguir y expresar la identidad puneña. Escudos, banderas, uniformes
deportivos, insignias y en general, todo objeto o artefacto a través del cual
se busque afirmar tal identidad, usan obligadamente el azul.
Incluso, se advierte que ese subyacente propósito
identificatorio rebasa los lindes regionales puesto que, en ciudades del
entorno geográfico y aún en la capital de la República, instituciones
representativas conformadas por migrantes de Puno y sus provincias, equipos de
fútbol, básquet o vóley y otros deportes que esgrimen prosapia altiplánica,
establecimientos comerciales como tiendas y restaurantes de propiedad de
puneños o sus descendientes rinden, todos, pleitesía al color azul. Los ejemplos
abundan.
En Puno capital, parece haberse perdido correspondencia o
coherencia fáctica con el empleo alegórico y distintivo del azul, ya que éste
ha sido desplazado desde hace décadas por el color verde en gran parte de la
llamada “Bahía Interior”, sobre todo en la parte más cercana al casco urbano.
Todos, propios y extraños, podemos advertir fácilmente que una espesa capa
vegetal verde claro viene cubriendo la bahía y se expande y desenvuelve
agresivamente, al punto que mató ya a la que alguna vez fue una rica fauna y
flora lacustre. El azul disminuye cada vez más mientras el verde avanza
alojando en su maloliente superficie, desperdicios, basura, desechos de todo
tipo.
¿Estará próximo, entonces, el cambio del azul por el verde
en la simbología distintiva puneña?
Resulta increíble que el gravísimo problema de la contaminación del Titikaka, particularmente de la Bahía Interior de Puno, no haya sido acometido con decisiones firmes e irreversibles por los gobiernos de distinto nivel y época. Y resulta asimismo increíble que el pueblo puneño se haya acostumbrado a la adopción de una actitud contemplativa y resignada frente al que debiera haber generado cuando menos la protesta permanente de los indignados.
Resulta increíble que el gravísimo problema de la contaminación del Titikaka, particularmente de la Bahía Interior de Puno, no haya sido acometido con decisiones firmes e irreversibles por los gobiernos de distinto nivel y época. Y resulta asimismo increíble que el pueblo puneño se haya acostumbrado a la adopción de una actitud contemplativa y resignada frente al que debiera haber generado cuando menos la protesta permanente de los indignados.
En efecto, la permanencia de dicho problema dice muy mal de
los puneños –entre los que, naturalmente, nos incluimos–, porque no han podido
concretar en los hechos una lucha política y una acción política dirigidas a
solucionar de una vez por todas el crimen ecológico que se perpetra
cotidianamente.
Pese a que en este tema se ha insumido toneladas de papel en
“estudios”, proyectos, ensayos, artículos, etc. y gastado mucha saliva en
foros, mesas redondas, conversatorios, conferencias, ruedas de prensa y eventos
similares, la situación problemática sigue inmodificada y progresivamente
agravada bajo el manto de las buenas –e hipócritas– intenciones.
Es indignante que se siga soslayando y postergando año tras
año, gobierno tras gobierno, una intervención oportuna y drástica en el asunto
de la contaminación lacustre, que se agrava día a día ante la mirada miope (porque
solo miran hasta el malecón), daltónica (porque ven azul donde hay verde) e
indolente (porque les importa poco el problema número 1 de Puno) de una tecnoburocracia
regional que evidencia no haberse planteado seriamente la necesidad de buscar y
lograr soluciones definitivas, reales, efectivas. No se hace nada significativo
y la “mecida” es moneda corriente. ¿Hasta cuándo?
¿Tendremos que terminar –los puneños, los peruanos, los
amantes de la vida natural– por admitir la pérdida irreparable del hermoso azul
del lago Titikaka? ¿Dónde están las organizaciones populares, expertas en solo criticar
y entretenidas ahora en cubiliteos para
acceder al poder regional o municipal?.
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